La salud de jugadores y aficionados está garantizada en el Torneo Interescolar gracias a la labor del equipo de Cruz Roja. Entre tres y cinco voluntarios se desplazan cada día hasta Tajonar para que la jornada se desarrolle con plenas garantías médicas. “Estamos siempre preparados y nuestro trabajo es que, si pasa algo, sea lo menos posible”, explica Jesús Mari Muniáin, miembro de Cruz Roja desde hace 42 años.

“Al final, las atenciones que realizamos suelen ser vendajes, curas y pequeñas lesiones producidas por algún golpe. Habitualmente es bastante sencillo porque el contacto entre ellos tampoco suele ser muy fuerte”, asegura.

El veterano voluntario de Cruz Roja acude todos los años al Torneo Interescolar. “Cuando tengo fiesta en el trabajo aprovecho para venir porque me gusta mucho. Me encanta el fútbol y siempre veo el Promesas, el Femenino y todo lo que puedo”. Este día de Nochebuena, el equipo estaba formado por cinco personas, que van cambiando cada jornada en función de la disponibilidad. Los cinco miembros del grupo coincidían en el mismo deseo: que no pase nada. “En todos los años que llevo viniendo no ha ocurrido nada grave. Esperemos que no pase nada, pero nosotros estamos preparados y tenemos los medios para afrontar lo que sea”, concluye Muniáin.