Raúl García es el perfil de jugador para alistar en el equipo propio y esquivar en el contrario. El centrocampista de Zizur, duda para el miércoles por un golpe en el hombro, no elude la emoción que supone cruzarse con Osasuna en las semifinales.

Hablar con usted de los partidos contra Osasuna quizás sea un repaso de obviedades, pero ¿esta eliminatoria de Copa quizás tiene algún ingrediente nuevo?

–Siempre es especial. Da igual que hayas jugado muchas veces. Volver a jugar contra Osasuna, jugar a tu casa siempre es algo bonito, es un partido diferente, y se trata de disfrutarlo porque nunca sabes cuándo puede ser el último. Por eso es especial.

Además, la Copa ofrece partidos de blanco o negro, de todo o nada.

–Sí, al final es la emoción, es lo que brinda la Copa. Es algo no solo gusta al futbolista sino también al aficionado y al final, como dices, son partidos muy diferentes a los que estamos acostumbrados.

El otro día comentaba Bittor Alkiza que en el sorteo de semifinales los tres equipos querían a Osasuna y Osasuna al Athletic. ¿Todos contentos con este enfrentamiento o a usted le ha hecho menos gracia?

–Está claro que, siendo sincero, para cualquier equipo una eliminatoria a ida y vuelta con Barcelona o Real Madrid es algo complicado, difícil, con una dificultad muy grande. Entonces, el pensamiento de nosotros y de Osasuna es entendible porque era el cruce que mejor se nos podía dar. 

¿Influye el hecho de que el primer encuentro sea en Pamplona y el segundo en Bilbao?

–Yo creo al final es una cuestión de costumbres. A todos los equipos nos gusta jugar la vuelta en casa porque estás arropado por tu gente, pero la realidad es que los primeros partidos son los que marcan las eliminatorias. El planteamiento es jugar un partido como si no hubiera una vuelta y, a partir de ahí, en el segundo, ver las sensaciones que ha habido en el primero, el resultado y ver hasta dónde estás condicionado por el primer marcador.

¿Cómo espera la eliminatoria?

–Puede darse de cualquier forma. En algunos partidos puede que por el respeto entre los equipos no sucedan cosas, pero tengo la sensación por el perfil de equipo que somos, por el hecho de jugar el primer partido en Pamplona, por el ritmo que Osasuna da allí y por lo que nos gusta a nosotros dar, quizás se generen más ocasiones. Por un lado me gustaría que fuese abierto porque el espectáculo sería mas bonito, pero hay que tener la calma y esa experiencia para ser consciente de que hay un partido de vuelta y que hay que hacer las cosas bien para lograr un buen resultado.

La veteranía es importante en este tipo de confrontaciones.

–La experiencia sí que tiene su importancia en estos partidos. Hay encuentros en los que ves que tienes que arriesgar, pero en estas eliminatorias hay un segundo partido. Son eliminatorias en las que se puede desnivelar por alguna decisión del árbitro, por alguna expulsión, fallos propios, pero son partidos muy igualados, en los que en muchas fases exista ese miedo o respeto a no fallar pensando en la vuelta.

¿Cómo está viendo a Osasuna en esta temporada? ¿Qué sensaciones trasmite de cara al exterior?

–A Osasuna le sigo siempre. Desde el día que salí de allí, siempre intento ver sus partidos, porque al fin y al cabo ha sido mi club, le tego mucho cariño, he salido de ahí y quiero que le vayan las cosas bien. Tengo amigos y me interesa que el club vaya bien. Ha habido momentos en los que se ha sufrido por cuestiones diversas, pero con el buen trabajo que se viene haciendo desde dentro y con la perspectiva de futuro, creo que el club está muy bien, está en una situación cómoda, con un equipo que se identifica mucho con lo que siempre hemos pensado lo que es Osasuna. Está haciendo las cosas muy bien en la Liga y en la Copa y está haciendo un año muy bonito, cosa que me alegra mucho.

Es un equipo reconocible, con apuesta por jugadores de la casa.

–Todo va de la mano. Se han cambiado las situaciones anteriores, cosas que no pasaban en el club, hay personas que están haciendo las cosas muy bien y se está notando en los resultados. Por todo ello, los jugadores y los aficionados se identifican con lo que se está haciendo.

Salió de la cantera de Osasuna, supongo que también se estará fijando en los nuevos jugadores que están surgiendo.

–Hemos vivido todas esas situaciones de cuando empezábamos y. en mi caso, mirabas a los veteranos con admiración, en ese momento Patxi Puñal y compañía, que eran un espejo. Salimos en su momento y ahora están saliendo y tendrán que dar un paso adelante otros. Es ley de vida, pero en el caso de un club como Osasuna es importante.

El Athletic es el segundo equipo con más títulos de Copa ¿Eso obliga a ir con un plus a este tipo de partidos?

–Nosotros siempre nos lo tomamos de esa manera, es una competición bonita que nos ha dado mucho. A pesar de que no hemos ganado las finales en las que hemos estado, es un torneo que nos lo tomamos como hay que tomárselo. La verdad que es una competición bonita para jugarla y también para el espectáculo.

¿Y es una presión añadida para los jugadores?

–Presión... Yo creo que en el fútbol no hay un solo jugador que no tenga presión. Vivimos en una sociedad en la que se busca el ya, en la que todo es inmediato y todos los clubes tienen en mayor o menor medida esa presión. La veteranía rebaja este tipo de situaciones. La presión se la tiene que poner cada uno y eso te lo debes imponer siempre, pero la experiencia también te da cómo debes afrontar las cosas. Cuando has vivido estas situaciones más veces, ya sabes lo que te viene bien o te perjudica. Hay que aprender de todo lo que te ocurre.

Va a cumplir 37 años, ha dicho que le gustaría seguir en el Athletic. ¿Cómo se plantea el futuro?

–En el hoy y en el mañana. En el siguiente entrenamiento, siempre he dicho que soy una persona extremadamente exigente conmigo mismo, con lo que rodea al fútbol y a mi trabajo. Intentó exigirme al máximo para estar bien y aportar donde me ha tocado estar, como he hecho siempre. Y ahora estoy en esa idea de disfrutar, sentirme bien y seguir aportando y en el día de mañana, ya se verá.

Está en la fase de contar los partidos oficiales en Primera. ¿Es uno de los retos seguir sumando?

–Sí, pero a ver. Si y no porque soy una persona que no me obsesionan esas cosas. Ahora lo valoro porque van pasando los años y lo que veo que voy consiguiendo tiene su dificultad. Antes quizás no le daba ese valor, pero no me mueven tanto los números como estar bien, sentirme bien y hacer todo lo posible para seguir rindiendo. En el día de mañana, sí que hablaremos de números porque estoy orgulloso de lo que voy consiguiendo.

Pero habla muy bien de un futbolista tener esa continuidad.

–Yo creo que tiene su dificultad. El otro día se cumplían 16 años de la eliminatoria con el Girondins –en Copa de la UEFA con Osasuna–, te pones a pensar y son muchos años. Debuté en 2004 con Osasuna y son muchos años en los que mi manera de trabajar me ha llevado a contar con todos los entrenadores que he tenido. Y eso es ley de vida, no sólo mi trabajo, sino con los valores que me inculcaron en casa hacerlo de la mejor manera y eso me está llevando a conseguir estas cosas. Soy consciente de que en la élite nadie te regala nada, he convivido con jugadores que han sido mejores que yo por las condiciones que tenían y luego no han conseguido mantenerse o competir tantos años. Intentó ganármelo todos los días.

Tiene buenos recuerdos de su trayectoria en Osasuna, pero ¿cómo espera el recibimiento del aficionado de El Sadar?

–A mí me podría pitar todo el estadio que mi pensamiento sobre el club va a ser siempre el mismo. Yo tengo muy claro lo que me ha dado Osasuna, los valores que me ha inculcado desde que era un crío, me lo ha dado todo a nivel personal. A nivel deportivo ha sido excelente, también hay gente que, como aquí en el equipo, que cuando yo debutaba estaban con los pañales puestos y no han vivido eso ni recordarán lo que yo hice por el club. Pero no me preocupo tanto de cómo me recibirán sino que mientras yo he estado en Osasuna no sólo a nivel deportivo sino en otros aspectos, he intentado hacer siempre lo mejor para el club y a día de hoy les sigo teniendo el mismo cariño y les deseo lo mejor.