Antes de que comiencen a oírse las pamplinas y amenazas habituales en vísperas de una final de Copa, hay que recordar que la Audiencia Nacional ya ha sentenciado como mínimo en un par de ocasiones –en 2009 y 2016– que una pitada al himno o un abucheo al rey en los prolegómenos de un partido de fútbol puede ser maleducado, pero no es un delito porque está amparado por la libertad de expresión. Que lo pone bien claro en la Constitución. Y, por ello, ni la Comisión Antiviolencia, ni los diversos comités de la Federación Española de Fútbol, ni mucho menos LaLiga (aunque Javier Tebas se acalore mucho con estas cosas), pueden sancionar a quien ejerza ese derecho fundamental. Que no es que creamos que vaya a pasar, pero por si ocurriera...