El fútbol y sus tópicos es algo que hace bastante aburrido a este deporte y lo que le rodea. Uno que lleva instalado en el imaginario futbolístico es ese que dice que Osasuna es un equipo duro, correoso y que va bien por alto. Sobre todo esto último es una de las mentiras más grandes dichas desde que empezó el siglo XXI, como mínimo. Y el próximo que lo diga debería de verse el partido de Getafe. 

Osasuna adoleció, otra vez, de problemas de contundencia defensiva aunque esta vez estuvo concentrada en los balones por alto. Los tres goles del Getafe fueron de cabeza. Excesivo regalo para competir cualquier partido.

Es bastante contradictorio que eso le pase al equipo rojillo cuando tiene unas buenas torres en la parcela defensiva. Pero lo de Getafe solo fue una exposición más. En Brujas o contra el Barcelona, los rojillos sufrieron excesivamente por alto. 

Que luego saldrá algún iluminado ya sea en una rueda de prensa o en alguna intervención en un medio de fuera para decir que Osasuna es algo parecido a una línea aérea de primer nivel. Pero no. Arrasate tiene trabajo (y mucho) ya que con esta contundencia defensiva el equipo está abocado a sufrir. Sí, a sufrir. Si cualquiera te hace goles, aunque en el otro área estés medianamente acertado, se van a ir más puntos de los que se van a quedar. 

Tocar remangarse tras un partido en el que varios de los rojillos salieron amoratados por las caricias locales.Que una cosa es ir duro y otra cosa es comprender cuántos “golpes fortuitos” fueron a parar a la cara de integrantes del once rojillo y se marcharon sin amonestación. Cosas del arbitraje español, del CTA y de la RFEF. Que ya que estamos en medio de una catarsis del ente federativo gracias a la pelea de las jugadoras de la selección, podría limpiarse también un poquito el estamento arbitral, a ver si mejora, sube de nivel y ayuda a que la Liga sea un espectáculo, pero no en uno bochornoso, como es ahora.

Así que nada, en este caso no queda otra que intentar hacer buenos a los tópicos y que Osasuna se vuelva a convertir en un equipo que va bien por arriba y esas cosas que quedaron en el olvido con el fútbol moderno.