Osasuna ha aprovechado los tres penaltis de que ha dispuesto en lo que va de temporada. Uno lo anotó Aimar Oroz en Mestalla para poner a su equipo por delante en el marcador en un partido que terminó con triunfo rojillo contra el Valencia merced a un postrero gol de Nacho Vidal (1-2) y los otros dos han llevado la firma de Ante Budimir: el 2-2 en Getafe de un duelo que concluyó con victoria local por 3-2 y el 2-0 definitivo del pasado viernes contra el Granada en la que se convirtió en la primera victoria del conjunto navarro en El Sadar en el presente ejercicio.

El croata, que está completando con 5 goles (4 en Liga y 1 en Conference) su mejor inicio de curso desde que llegó a Osasuna (es su cuarta campaña en Pamplona), ha sido el ejecutor de las dos últimas penas máximas que han tenido los rojillos a su favor, pese a coincidir en el campo con otros lanzadores habituales como el Chimy Ávila y Aimar Oroz, demostrando que se trata de un especialista consumado desde los 11 metros. Y la estadística le avala, pues no falla un penalti en partido oficial desde noviembre de 2015, siendo por aquel entonces futbolista del Crotone italiano en la Serie B.

Budimir ha anotado las últimas 12 penas máximas que ha lanzado, lo cual habla bien a las claras de la sangre fría del delantero de Zenica, un atacante de los de antes que tiene en el remate su especialidad, sobre todo con la cabeza y también con su pierna izquierda. El punta balcánico, de 32 años y que recientemente amplió su contrato con Osasuna hasta junio de 2027, ha marcado los cinco penaltis que ha lanzado con la elástica del conjunto navarro: los dos ya reseñados en lo que va de temporada, uno en la tanda de los octavos de final de la pasada edición de la Copa (en la que los rojillos avanzaron hasta cuartos a costa del Betis en el Benito Villamarín de Sevilla) y dos más en la campaña 2021-22, ambos contra el Elche.

Pero antes de aterrizar en España la fama de buen lanzador de penas máximas ya le precedía a Budimir, que en su año y medio como jugador del Mallorca (2019-2020) anotó los tres penaltis que tiró, dos en Primera División y otro en Segunda, ampliando así su racha de aciertos desde los 11 metros que comenzó con los cuatro que anotó en la Serie B (la Segunda División italiana) durante su etapa como jugador del Crotone, el equipo con el que falló un penalti por última vez. Y de eso hace ya casi ocho años.

Ocurrió el 21 de noviembre de 2015, en un partido contra el Ternana que finalizó con una goleada del Crotone (3-0) pese a que Budimir marró un penalti en el minuto 65. Desde entonces, el croata no ha vuelto a desaprovechar una pena máxima. No han sido muchas, 12 en ocho años, pero todas han acabado en gol. El croata se ha convertido de esta forma en el nuevo especialista de Osasuna y, si continúa con este nivel de acierto, le va a servir para acelerar su escalada en el ranking histórico de goleadores rojillos.