Osasuna y Betis lo dejaron todo para el final y más allá, cada uno a su manera. Los hombres de Arrasate, concediendo los metros suficientes para que los chicos de Pellegrini, contundentes en sus modos, se aprovecharan de los fallos. Las sensaciones de Osasuna no pueden ser más encontradas, porque a pesar de haber ido completando un partido muy alejado de una buena actuación, abrazó en los instantes finales el sueño del empate. Uno de esos milagros del fútbol.

Estaba siendo un partido horrendo, con mínima presencia con peligro por las áreas, uno de esos encuentros difíciles de digerir, cuando Osasuna se había cobrado un golazo en su única acción de mérito, en su único remate entre los tres palos. Un desplazamiento largo de Catena –marca de la casa del central– y una carrera fantástica de Rubén García con control fino y definición de ariete, le concedieron a los rojillos un gol a cinco minutos del 90 tras haber completado una actuación muy discreta. Era un premio increíble para los méritos mostrados, pero que Osasuna, en una tarde para olvidar, tampoco fue capaz de guardar. Isco, en un golpeo con calidad, remitió el balón al fondo de la portería tras un córner mal defendido –el goleador fue el que puso el balón en movimiento desde la esquina y el que progresó, tras combinación con Abde, la zonas de remate–, con mediación de un despeje flojo y desafortunado de Mojica, que dejó el balón muerto a los pies del goleador.

Vídeo y goles del Betis - Osasuna en el Benito Villamarín DIARIO DE NOTICIAS

Ese minuto, el 94, fue decisivo y letal para Osasuna y el dolor de la derrota sufrida en ese momento crucial empapa y llena la primera reflexión del encuentro en el que, buceando, los rojillos no salen bien parados. Más allá de la jugada del gran gol de Rubén García no hubo acciones de peligro en la portería contraria y, todavía más, el equipo de Arrasate estuvo muy alejado de su perfil más común. Quizás formara parte del plan previo del partido que no pasara nada frente a un rival dinámico en ataque y con muchos argumentos para ir hacia adelante, pero no hay guion que aguante si en las zonas calientes y en los minutos decisivos no se mantiene un elevado nivel de concentración y de acción. No deja de ser revelador que los rojillos perdieran tras recibir gol en los dos únicos remates entre los tres palos y que ambas dianas llegaran con el tiempo reglamentario superado, cuando todo está a punto de decidirse pero no decidido. Coincidencia o no, quizás hay que repasar lo referente a la contundencia o concentración de todo grupo que se precie sólido. 

No fue un buen partido y hubo señales inequívocas de ello. Antes de que llegara el gol del Betis, superado unos segundos el minuto 45, el único remate entre los tres palos había sido cosa del defensa Chadi Riad, que en una pugna con Budimir cabeceó sin peligro para el lado de su portero. El primer tiempo tuvo un final de chiste tras no haber habido rastro de fútbol. Y en un partido extremadamente espeso y cansino, la jugada del gol no iba a llegar de nada científico. Ni siquiera de un arrebato de temperamento pasajero, sino que sucedió tras una pifia. Guido disparó tan mal a puerta que su intentona fue un centro malo a la banda derecha. Descolocado todo el mundo, a Isco le pilló dándose una vuelta por esa banda, le dio tiempo de armar el centro y a Willian José de ganarle la posición a Catena para marcar. Tras un primer tiempo más o menos controlado, sin sufrir ante el conjunto sevillano, a Osasuna se le caía el castillo de las buenas intenciones por no mantener la compostura y conceder, por dar aire. 

La imagen del equipo de Arrasate mejoró en el inicio de la segunda mitad, no tanto por la aparición de Mojica y Raúl García, los relevos de Moncayola y Chimy, sino porque Osasuna fue más Osasuna y activó por fin su juego en el campo del Betis, presionó, buscó y fue más ambicioso. Duró poco más de veinte minutos, cuando los rojillos volvieron a sentirse incomodados y, como colofón a la situación, vieron que el partido se les iba por el penalti que le señalaron por la caída de Diao en el área tras carrera loca con David García. El VAR le mostró al árbitro que el velocista del Betis se fue al suelo sin traba del defensa rojillo –la acción no deja de tener su punto de enredo–. Un alivio porque al capitán le quitaron también la segunda amarilla, la roja, y mantenía al grupo con posibilidades de pelea.

Había vida. Osasuna sin embargo no acababa de reaccionar, parecía languidecer con el gol en contra, y por eso el latigazo de Rubén García subió a las alturas al equipo. El centrocampista valenciano gusta de estas jugadas en las que reta a los defensas en velocidad y habilidad. El atacante hizo todo bien para controlar con la izquierda el envío lejano de Catena y fulminar con la derecha a Claudio Bravo. Osasuna se creyó dueño del punto y el Betis, en su segundo remate entre los tres palos, dejó de nuevo las cosas donde estaban tras otro lance de inusitada falta de concentración en un córner.

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El 1x1 de Osasuna DIARIO DE NOTICIAS

2 - Betis: Claudio Bravo; Bellerín, Pezzella, Chadi Riad, Miranda (Abner Vinícuis, m.87); Marc Roca (William Carvalho, m.87), Guido Rodríguez; Assane Diao, Isco, Ayoze (Ez Abde, m.75); y Willian José (Luiz Henrique, 64).


1 - Osasuna: Sergio Herrera; Areso, Catena, David García, Rubén Peña (Kike Barja, m.77); Torró (Rubén García, m.77); Chimy Ávila (Raúl García, m.46), Moncayola (Mojica, m.46), Aimar, Moi Gómez; y Budimir (Ibáñez, m.88).


Goles: 1-0, M.46+: Willian José. 1-1, M.85: Rubén García. 2-1, M.94: Isco.


Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amonestó a los visitantes David García (m.53), Moi Gómez (m.80), Catena (m.81) y Sergio Herrera (m.92), y a los locales Luiz Henrique (m.71), Isco (m.76) y Assane Diao (m.92).


Incidencias: Partido de la undécima jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio Benito Villamarín ante 49.123 espectadores. Antes del encuentro se entregó un brazalete especial al centrocampista mexicano Andrés Guardado al convertirse en el jugador extranjero con mas encuentros disputados con la camiseta del Betis, que hasta este domingo había vestido en 209 ocasiones con los minutos que sumó el pasado jueves en Chipre ante el Aris Limassol