A la directiva de Osasuna le salieron en la matinal de sábado las cuentas de una Asamblea que por segundo año consecutivo aprobó con una amplia mayoría unos números negativos, con pérdidas de 5,1 millones de euros al cierre de la pasada temporada y con la previsión de un déficit de 3,1 a la conclusión de la campaña en curso. Lo hizo con un apoyo algo menor que en sufragios precedentes, aunque rebasando en ambos casos el refrendo de más del 70 % de los votos emitidos, al igual que ocurrió para sacar adelante una nueva reforma de los estatutos, la tercera con Luis Sabalza en la presidencia del club, que implica, entre otros muchos asuntos, la leve reducción del aval para optar a regir la entidad.

Esta vez hubo algo más de debate que en citas anteriores, algo que no era muy difícil de superar, ya que con la actual composición de la Asamblea después de las controvertidas elecciones a compromisario de 2020 (fueron judicializadas sin éxito por un grupo de socios y socias) la directiva había sacado adelante la totalidad de sus propuestas siempre con apoyos superiores al 90 % de los votos emitidos, incluyendo el que permitió la adhesión al pacto entre la Liga y CVC y el de la modificación estatutaria que eliminó el límite de dos mandatos consecutivos de un mismo presidente por el que Sabalza pudo iniciar una tercera legislatura (la que ahora está completando, sin descartar que opte a una cuarta si la salud y la edad –tiene 76 años– se lo permite en 2025).

A excepción de un par de tirones de oreja para que se exploren caminos en busca de beneficios y de control del gasto –la deuda neta del club es de 61,6 millones de euros–, lo demás fueron salvas y aplausos para Sabalza y su equipo, con nuevo director financiero, José Antonio Marco, y tres directivos que se estrenaron, Juan Manuel Garro, Josetxo Pérez de Zabalza y José Andrés Burguete. Este último defendió unas cuentas y un presupuesto (de 76 millones de ingresos y 79 de gastos) que no son suyos, pero sí de los cuatro miembros de la junta cesados en julio, Fidel Medrano, Miguel Cuesta, Txuma Iso e Ignacio Yániz, que acudieron al Auditorio Fernando Remacha de Pamplona sólo como compromisarios.