Osasuna tumba al campeón

Osasuna realizó el único encuentro que se puede hacer ante el Athletic para ganar en San Mamés y, con sufrimiento, acierto, actitud y carácter, también con la pizca de fortuna que se requiere para llevarse una victoria lejos de casa, se llevó por delante al campeón de Copa, le robó todas sus ilusiones y se las metió en el bolsillo en forma de confianza y convencimiento. La mejor versión de Osasuna hizo acto de presencia en La Catedral y plasmó una de sus mejores actuaciones del curso. La altura del trabajo del equipo de Vicente Moreno hay que medirla con la talla y el comportamiento del rival, un Athletic poderoso y ambicioso, honrado en el tesón hasta el final, y por eso el magnetismo que desprendió la actuación de los rojillos fue arrebatadora.

Osasuna dio la cara en un encuentro en el que pasaron muchas cosas, en el que siempre estuvo presente un fútbol vibrante y la emoción resultó incontenible. Un partido ardiente y desbocado en todo momento, en el que se puso a prueba la resistencia emocional de jugadores –de éstos también la física–, técnicos y aficionados. En el mejor encuentro de esta edición de Copa, Osasuna y Athletic reconciliaron al espectador con el fútbol porque metieron en la batidora todos los elementos que dan alegría y picante a este juego.

Osasuna se puso a dos goles de distancia gracias al acierto de sus futbolistas diferenciales, Aimar Oroz y Budimir, impulsados en las dos acciones –el remate fantástico del primero y el gol de penalti del segundo– por Areso, un huracán. El Athletic estropeó la fiesta con un gol en el descuento de Nico Williams y, tras empatar al poco de la reanudación, hizo todo lo que estuvo en su mano para darle la vuelta al marcador. La resistencia, ayudada por el orden defensivo y el fútbol previsible del Athletic, que se empachó de soltar centros sobre el área para encontrar defensas de Osasuna o remates malos de los suyos, fue el argumento donde se cimentó la victoria final.

Budimir, que siempre enseñó el fúbtol molesto de un ariete de categoría, apareció dos veces en la segunda parte para dejar su receta: primero, con una ocasión clara que remedió Vivian casi bajo palos; segundo, con un gol tras un rechace con un toque sutil con la zurda.

Así se escribe la historia, con currelas y artistas. Y héroes caídos. Sergio Herrera, excepcional en todo momento, uno de los protagonistas de la noche, se tuvo que marchar en camilla noqueado por uno de sus compañeros –Boyomo–. El meta se rebeló ante su marcha grogui, con la ceja abierta y mirada perdida. Su relevo, Aitor Fernández, no tembló. Hasta el drama sonrió a Osasuna en una tarde feliz. 

Nada tiene que ver irse al descanso con dos goles de ventaja o con uno y a Osasuna le fue a ver la fatalidad en la que casi la última acción de la primera parte, cuando entre los Williams recortaron distancias. Fue lo peor del primer acto, en donde el equipo de Vicente Moreno congeló la salida ardorosa del Athletic, fue hábil con el balón y supo aprovecharse de ello. La primera parte vio a una buena expresión coral de los rojillos, ordenados en defensa, combativos en el eje, ambiciosos con el balón, Destacaron por encima de todos Aimar Oroz, entregado al juego en todas las facetas, que marcó un golazo tras otra carrera de Areso, imparable, por su banda. El atacante de Arazuri conectó un derechazo de futbolista de clase, de jugador brillante. Areso también estuvo en el segundo gol, esta vez penalizando la cesión de un defensa que acabó con el penalti de Agirrezabala sobre Budimir. El croata no falló. Iñaki y Nico Williams, siempre atentos e implicados, enredaron el desarrollo del partido en el descuento del primer tiempo. El primero fue el asistente del segundo, que marcó de un pepinazo esya vez imposible para Herrera.

La segunda mitad exigió otra versión de Osasuna. Del equipo emegente con el balón y dispuesto a mantener la pugna en un duelo a pecho descubierto, le tocó bajar la guardia y consentir. El Athletic sometió al conjunto navarro a un asedio incesante que se cobró a los diez minutos el gol del empate, obra de De Marcos. Fue una acción fuera de la rutina del Athletic, porque resultó de un pase en profundidad y de un golpeo excelente del lateral desde el meollo del área.

Aunque el Athletic asedió, Osasuna ni sufrió en exceso ni le hicieron ocasiones claras, porque los atacantes locales no atinaron con la puerta. Sólo Galarreta acertó a empalmar entre los tres palos como para obligar a una parada de Herrera, que ya había dejado su recital especial en la primera parte. A un Osasuna que sufrió le dio aire Budimir, con una aparición en la que picó por encima del meta local para casi marca. Su aparición definitiva fue tras un golpeo de Rubén García que no acertó a detener Agirrezabala. Budi no perdonó y se acabó. El campeón no se levantó.

Notas:

Vicente Moreno: 7

Gran encuentro que le da la razón al entrenador por la elección de los jugadores en las dos últimas citas. Bien con los cambios.

Valverde: 5

Buen partido del Athletic que salió con los mejores y sometió a un asedio constante a los rojillos. Le hundió la falta de puntería.

Árbitro, Busquets Ferrer: 4

Casero en algunas decisiones muy facilonas, a Aimar Oroz le sometieron a una dura persecución. Osasuna le reclamó un penalti a Budimir.