Roberto Santamaría: "Sergio es el tipo de portero que te da puntos, ojalá me quite el récord, significará que sigue aquí muchos años"
El ex portero de Osasuna fue galardonado el pasado sábado 15 de febrero con la insignia de oro, en reconocimiento a una vida dedicada al club durante 38 años.
Roberto Santamaría (Pamplona, 62 años) fue el encargado de defender la portería de Osasuna durante 13 años, siendo el portero con más partidos en la historia del equipo rojillo, con 291. Pedro Mari Zabalza le dio la oportunidad y formó parte de noches que han pasado a la historia de Osasuna, como aquel 0-4 en el Bernabéu. Después de 25 años como entrenador de porteros en las categorías inferiores y el Promesas, Santamaría decidió poner fin a su carrera.
Cierra una etapa de 38 años vinculado al club de su vida con un homenaje a lo grande, ¿cómo vivió aquel día?
Primero me llamó Fran Canal, que me sorprendió mucho. Me comentó que quería verme y fui. Cuando llegué me explicó que querían darme la insignia de oro en el partido contra el Madrid por todo lo que había significado para el club. Cuando me dijo eso, me bloqueé totalmente, pero luego ya estuve más tranquilo. Ya los días posteriores a que me lo dijesen y previos al sábado los pasé con nervios, pero muy emocionado. Luego llegó el día y estaba un poco nerviosillo, pasaban muchas emociones por mi cabeza y muchos recuerdos. También pensé mucho en mis papás, que lo han sido todo para mí y me han enseñado a trabajar al máximo desde joven. Mi hija no pudo estar porque está en Canadá, pero estaba presente y ya le mandamos cosicas.
Además, en un Osasuna-Real Madrid, que siempre son grandes enfrentamientos.
Al final pasó todo muy rápido, pero el partido fue muy emocionante. Los partidos con el Madrid son muy entretenidos porque juegan muy abiertos. Pero Osasuna estuvo fenomenal y me gustó mucho cómo jugaron, además de los jugadores que tienen una calidad enorme, como Aimar. Luego Sergio, aparte de que es un buen tío, es un gran portero e hizo dos paradas increíbles. Disfruté mucho con el partido, aparte del homenaje. Además coincidí con gente contra la que había jugado en mi época. Butragueño estaba por allí y estuve un rato hablando con él y me decía: “¿Te acuerdas aquellos tiempos? Cómo ha cambiado el fútbol”. Luego, antes de salir al campo, estaba Chendo esperando a que saliesen sus jugadores y señaló a Courtois y me dijo: “Rober, mira qué pequeño, como los de antes”. Me lo pasé fenomenal y después me tranquilicé un poco. En casa estos días he visto lo que ha sido el homenaje, la verdad es que más no se puede pedir, he salido por la puerta más grande y estoy muy agradecido al club.
Butragueño estaba por allí y estuve un rato hablando con él y me decía: “¿Te acuerdas aquellos tiempos? Cómo ha cambiado el fútbol”
¿Cómo recuerda aquellos duelos contra el Madrid en su época?
Siempre ha sido especial, estamos hablando de un equipo grande contra el que, si haces las cosas bien, la repercusión es mayor. Aquel partido del 0-4 se queda para la historia del club, hay partidos que marcan épocas. Se viven con mucha intensidad y muchas ganas de que lleguen, pensando que te vas a enfrentar a un gran equipo y que, si haces las cosas bien y sacas un buen resultado, puede ser algo grande.
¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?
Como todos los críos. Nosotros vivíamos en San Jorge y hacíamos campos ahí para jugar a fútbol. Ahí empezó, con mis amigos de toda la vida. Con un balón, que cuidábamos un montón, jugábamos y me puse de portero y me encantaba. Es verdad que no había equipo, pero yo me lo pasaba fenomenal en mi barrio con mis amigos.
Luego llega la etapa de Oberena, ¿no?
Eso es. Un amigo llamó a mi hermano para ir a probar allí, yo tenía nueve añicos y fuimos mi hermano y yo al Oberena. Yo no solía subir a Pamplona para casi nada, cuando llegué vi todo tan bonito con un suelo tan liso, me quedé impresionado de lo que iba a disfrutar. Cuando hice las pruebas, el que las estaba viendo le dijo a mi hermano que tuviese cuidado al tirarme que me iba a hacer daño, pero no sabía donde me tiraba yo en mi barrio (ríe). Después de eso empecé en Oberena, que ha sido mi casa. Estuve desde los nueve años hasta los 20 y me han enseñado muchas cosas, no solo a nivel futbolísitco, sino también humano. Conservo muchas amistades de aquel entonces, nos solemos juntar dos veces al año a comer. Con esa cuadrilla pasamos por todas las categorías y conseguimos ascender a Liga Nacional.
Después fichó por Osasuna, esos primeros años en el Promesas, ¿cómo los vivió?
Cuando me ficharon jugué las 15 primeras jornadas con Oberena, aunque bajaba un día a entrenar con el Promesas. A la 15ª jornada, me vino el presidente de Oberena para que ya fuese a entrenar de seguido con Osasuna y jugase con el filial. El primer partido que jugué ganamos con el Nástic, hasta que terminamos salvando la categoría. Como anécdota, hasta que jugué con Oberena iban terceros, y cuando me fui terminaron descendiendo y el Promesas se salvó. No es ni que sea mejor ni nada, de hecho me lo recuerdan siempre mis compañeros en las comidas que hacemos.
Pero antes de dar el salto al primer equipo estuvo en Lleida.
Después de jugar esa temporada y otra con el Promesas ya tenía 22 para 23 y terminaba contrato. Estaba Iván Brzic de entrenador y no contaba conmigo porque mi físico no era para portero, no le cuadraba con el prototipo que él quería, así que me fui al Lleida. Allí estuve muy bien y fue mi trampolín para aspirar a algo más. Cuando terminé la liga tuve varias ofertas de equipos de primera como el Espanyol, el Zaragoza y el Murcia. Pero también tenía la oferta del Lleida para seguir y la de Osasuna para volver. Me lo tuve que pensar. Yo sabía que con Brzic, con todo el cariño del mundo, no iba a tener sitio porque no era el tipo de portero que tenía. Pensé en irme al Espanyol, pero después de pensármelo me dije a mí miso: “Siempre has querido jugar en Osasuna”. Al día siguiente hablé con el presidente y le dije que me iba a ir a Osasuna, que es mi equipo y siempre ha sido mi ilusión.
Ahí es cuando empieza su andadura con el primer equipo, ¿cómo fueron esos inicios?
Cuando llegué seguía Brzic y yo empecé sin jugar. Pero llegó Pedro Mari Zabalza y apostó por mí y le estoy muy agradecido.
¿Recuerda su primer partido en El Sadar?
Sí, fue contra el Betis y empecé de suplente. Cuando eres portero y estás en el banquillo piensas que no va a pasar nada, lo normal es que no juegues. Pero aquel día contra el Betis expulsaron a Javier Vicuña, el portero, y me dijero que tenía que salir. Yo casi no me podía ni levantar del banquillo de los nervios. Además estaba todo el campo lleno, contra el Betis... Al final ganamos el partidos y debuté en primera división.
Pero aquel día contra el Betis expulsaron a Javier Vicuña, el portero, y me dijero que tenía que salir
Luego llega su debut como titular en San Mamés, ¿qué recuerda de aquel día?
Estaba muy nervioso. Al principio de la semana Pedro me dijo que iba a ser titular, y me pasé toda la semana nervioso y dándole vueltas. Aque partido no lo hice bien, me metieron cuatro goles en San Mamés. Hubo muchas críticas que yo no supe aceptar o gestionar, fue muy duro. Además, la semana siguiente jugábamos contra el Madrid y Pedro Mari tenía sus dudas, y es normal. Ahí hablé con mi hermano, que era mi todo, y le dije que si el Athletic me había metido cuatro, el Madrid... Que era el de la Quinta del Buitre, además. Pero me dijo que si me tenían que meter 16 que me los metiesen, que había que jugar. En ese partido terminó saliendo todo muy bien y aprendí a aceptar lo que era una crítica negativa.
Uno de los grandes momentos que vivió con Osasuna fue la experiencia europea, ¿cómo fue?
El primer partido nos tocó contra el Slavia Sofía búlgaro, que nos ganaron 1-0 en la ida y les remontamos en Pamplona con un 4-0. Pero ya la siguiente ronda fue con el Stuttgart, que era el campeón de la Bundesliga, y nosotros casi no teníamos experiencia en Europa. En cas empatamos a cero y nos fuimos a Alemania a jugar la vuelta, Jan Urban marcó la diferencia y metió dos goles. Luego casi nos remontan pero acabamos ganando 2-3.
Y luego llegó aquel Ajax que terminó siendo campeón.
Era un equipazo. Entrenados por Van Gaal, con jugadores como Van der Sar o Bergkamp. Cuando jugamos contra ellos eran críos, pero corrían a una velocidad increíble, y perdimos 0-1 en Pamplona, nos metió Bergkamp. No jugamos en Holanda porque les habían cerrado el campo, tuvimos que jugar en Düsseldorf. Un campo helado con 10 grados bajo cero. Nosotros llevamos bota de taco más alto que nos resbalábamos, y el día que fuimos a ver el campo vimos a los holandeses que tenían unos minitacos con los que no se resbalaban ni nada, iban como balas. Pero al día siguiente nos fuimos a comprar zapatillas como las que tenían ellos. Al final tuvimos mala suerte en el partido, en Pamplona habían estado mejor, pero no merecimos perder y perdimos 1-0, lo tuvimos ahí. Pero todos los compañeros tenemos un recuerdo muy bonito de aquella experiencia.
Este año se puede repetir esa experiencia por Europa, ¿cómo lo ve?
Estamos ahí. Siempre digo que en la vida hay que ser ambicioso, aunque hay otros equipos con más presupuesto. En la historia de Osasuna, el premio máximo es mantener la categoría, pero no podemos renunciar a nada. Este año van a luchar por ello, tienen un gran entrenador y están respondiendo muy bien. Ojalá que a final de temporada esté ahí.
Este año van a luchar por Europa, tienen un gran entrenador y están respondiendo muy bien
Uno de los que puede ayudar es Sergio Herrera, ¿cómo le ve en la portería de Osasuna?
Lo conozco personalmente y de muy cerca y es un encanto de tío. Si la gente lo quiere es por algo, además de que es un porterazo. Es ese tipo de portero que te da puntos. Además se concentra con esa forma de ser que tiene, es un fenómeno. La afición le quiere porque se lo ha ganado, además de que para mucho. Ojalá se quede mucho tiempo con nosotros.
Si se queda más tiempo, le puede quitar el récord.
Ojalá. Eso significaría que se ha quedado más tiempo con nosotros.
Un portero muy diferente a usted, ¿cómo ha visto la evolución de los porteros?
En nuestra generación no había trabajos de coordinación. Ahora los porteros de 1,90 van arriba igual que abajo, solo hay que ver como para con los pies Sergio Herrera. O ves la parada que le hizo Courtois a Aimar Oroz abajo. Ahora sería imposible que nosotros jugásemos, la media de altura en la Liga de los porteros es de 1,90. Uno que mide 1,92 se mueve igual que uno de 1,80 y es más alto. El portero de ahora es muy alto y llega abajo con una facilidad enorme, además, con una velocidad pasmosa. En mis tiempos uno de 1,80 era alto, pero ahora son porteros atletas. También ha evolucionado la metodología y la forma de trabajar, que tiene mucho que ver.
El portero de ahora es muy alto y llega abajo con una facilidad enorme, además, con una velocidad pasmosa
¿Cuáles han sido sus momentos más felices en Osasuna?
Ha habido muchos, pero te voy a decir cuatro partidos. El 0-4 al Madrid, que va a quedar ahí para siempre, los partidos de UEFA, el partido de copa con el Lleida que jugamos contra el Barcelona, aunque este no es con Osasuna, y el partido de ascenso con el Oberena en Barbastro, que me dio mucho a conocer.
¿Tuvo algún referente deportivo cuando comenzó?
En casa de mis papás no teníamos televisión y bajaba a casa de un amigo que tenía, y quería ver siempre el Athletic para ver a Iribar, que me encantaba, era mi ídolo de pequeño. Me acuerdo un día, cuando estaba de delegado en el Athletic, que fuimos a jugar a Andalucía con el primer equipo y coincidimos en Madrid. Le vi y no me atrevía a decirle nada, pero al final me atreví y le pedí un autógrafo. Me lo dio y fue muy majo conmigo.
Para acabar, ¿qué significa Osasuna para usted?
Salud. Es garra, entrega, lucha, sacrifico. Son las palabras que definen a Osasuna. De principio a fin ha sido todo para mí, he trabajado como he querido y nunca me han puesto ninguna pega. He nacido aquí, soy de Pamplona, osasunista; este club ha sido mi vida y le tengo todo el cariño del mundo.