Es lo que tiene una competición de 38 jornadas, que no hay equipo que no recuerde algún partido en el que mereció/tuvo que/pudo obtener un resultado mejor. Algo que ahora, en el desenlace del torneo, le vendría de maravilla para lograr la permanencia o ir a Champions, Liga Europa o Conference.

Y Osasuna, por supuesto, no es una excepción, porque ésta ha sido una temporada en la que hasta en nueve ocasiones se adelantó en el marcador en partidos que acabó no ganando, incluso por 2-0 (ante el Villarreal, 2-2) o pasar de la victoria a la derrota (del 0-1 al 3-1 en Vallecas, del 1-0 al 1-2 ante el Getafe y del 0-1 al 2-1 en Bilbao). O empates ante rivales netamente inferiores en esos encuentros –Alavés, Las Palmas, Valencia, Leganés...–. Con solo un punto más, Osasuna dependería de sí mismo para ir a Europa, en vez de tener que esperar los improbables traspiés de Celta o Rayo. Un solo punto. Tan poco y tanto.