Real Madrid-Osasuna, el análisis | 'Apuntes de una derrota'
El Real Madrid se lleva la victoria ante los rojillos, que ofrecen en un gran tono defensivo, con un gol de Mbappé por una pena máxima confusa en una jugada evitable
El estreno en Liga del Osasuna de Lisci no ofreció las novedades que cabe esperar de todo inicio, más aún cuando el nuevo entrenador se presenta con un perfil distinto al anterior. Los rojillos estuvieron diestros en las artes defensivas ante un rival de tronío, pero apenas acertaron a desplegar fútbol de ataque.
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Primer apunte: era un partido para puntuar. Frente a un Real Madrid justo de preparación, bajo de ritmo, sin argumentos para sortear el sistema defensivo de Osasuna, perdiendo la batalla de los balones colgados, cargando siempre el juego sobre un Vinicius desdibujado y provocando más sobresaltos con disparos lejanos que con remates en el área, frente a este rival en proceso de reconstrucción y que se protegió con el control del balón, ni jugadores ni entrenador encontraron alternativas para desplegar acciones de ataque. El Madrid ganó como solo podía hacerlo ayer: en un contragolpe que desmontó a la defensa corriendo hacia atrás, con Mbappé echándose el equipo a la espalda, con Juan Cruz entrando al engaño del recorte y derribando al francés. Penalti, gol y partido.
Segundo apunte: defender como nunca, perder como siempre. Durante 49 minutos, los jugadores desarrollaron al pie de la letra la estrategia de Lisci. Un 5-3-2 con Rubén García ayudando al medio campo y Moncayola reforzando a un eficaz Rosier en su zona. Destacada actuación de Boyomo en ese tramo y hasta el final. Osasuna transmitía la impresión de seguir un plan en el que guardaba para la segunda parte, ante un Madrid que se suponía estaría cansado, la orden de dar un paso adelante, refrescar el ataque y tratar de ir a por el partido, algo que no parecía descabellado tras contemplar el desarrollo de la primera parte.
Tercer apunte: ¿dónde está el plan B? Por mucho que los merengues se quejaran durante días del maltrato recibido por no aplazar este partido –minutos antes de la puesta en juego en la televisión del club hablaba de una competición adulterada–, cabía esperar de la superior calidad de sus futbolistas que esa inferioridad por el corto periodo de preparación no fuera un obstáculo para adelantarse en el marcador. Así ocurrió. Sin embargo, no hubo una rápida maniobra de Lisci para dar la réplica. Pasaron quince minutos hasta el primer cambio y acabaría renunciando a dos. La sustitución de tres jugadores no alteró para nada ni el dibujo ni el comportamiento del equipo, más allá de las incursiones de Rosier por su costado o las excursiones del debutante Víctor Muñoz, mediatizado en su interpretación del juego por verse en ese escenario con otra camiseta. Solo a falta de pocos minutos el entrenador italiano buscó una variante, con Raúl García de Haro junto a un Budimir, que pasó la noche muy lejos del territorio de Courtois y casi siempre jugando de espaldas y en abrumadora inferioridad ante un central de dos metros de alto.
Alessio Lisci: “No es penalti. Mbappé pisa antes a Juan”
Cuarto apunte: penalti y expulsión. Perder de penalti en el Bernabéu es siempre una evocación del pasado. ¡Aquellos atracos a silbato armado que daban para gruesos titulares! No es el caso de ayer, aunque el Real Madrid volvió a ganar a Osasuna por la única vía que encontraba siempre cuando los rojillos le complicaban los partidos. Y en esas aguas se movía el encuentro de este martes, con algunos silbidos para Vinicius, ahora cuestionado por su parroquia. El penalti cometido por Juan Cruz no admite esta vez debates. Otra cosa es la expulsión de Bretones; donde los colegiados parecen apreciar una agresión o una entrada violenta no hay nada más allá que una carga con el hombro. Exagerado.
Quinto apunte: ahora falta ver cómo juega Osasuna en ataque. Aunque no sirviera para nada más que una derrota decorosa, el ejercicio defensivo de los chicos de Lisci presenta a un equipo al que será complicado meterle mano. Avanzados en esta asignatura, queda por ver cuál será la exposición de principios de Osasuna cuando lleve el mando del partido como local. Lo del Valencia será otra historia.