Osasuna soñó durante 50 minutos con la posibilidad de puntuar en el Santiago Bernabéu en el estreno liguero de Alessio Lisci como entrenador del conjunto navarro, pero un penalti de Juan Cruz a Mbappé, que el francés se encargó de transformar en el gol de la victoria del Real Madrid, despertó a los rojillos, que, eso sí, apenas generaron peligro, ni antes ni después del único tanto del partido.
Completó Osasuna una gran actuación a nivel defensivo con el planteamiento con tres centrales que tan bien ejecutó en su única victoria de la temporada (3-0 contra el Mirandés) y también en su último amistoso del verano (2-2 en Friburgo en un partido de 135 minutos), sobre todo en una primera mitad en la que el Real Madrid sólo fue capaz de disparar entre palos desde fuera del área, lo que facilitó la labor de un Sergio Herrera que resolvió con solvencia todos los remates que llegaron a su portería.
Fue Mbappé el que más problemas le creó a la zaga de Osasuna. En la primera parte, con una jugada personal que frenó Boyomo lanzándose al suelo después de que el francés dejara atrás con un par de quiebros a Moncayola y Rosier. Peor fortuna tuvo Juan Cruz al poco de comenzar el segundo tiempo, cuando se lanzó al suelo para intentar frenar una internada del 10 del Real Madrid, con tan mala fortuna que impactó levemente en las piernas de Mbappé, un contacto que el árbitro, Adrián Cordero, interpretó como penalti.
Es cierto que Osasuna defendió muy bien en el Bernabéu, pero también lo es que técnicamente no disparó entre palos en todo el encuentro. Antes del gol del Real Madrid, Budimir envió a las nubes una disparo con la pierna derecha en la que se precipitó a la hora de resolver la única aproximación peligrosa de los rojillos en la primera mitad. Y en la segunda, ya con el 1-0 en el marcador, Bretones aprovechó un buen centro de Rosier para rematar en el segundo palo, casi sin angulo, un balón que estuvo a punto de sorprender a Courtois después de golpear en Militao. Y Budimir remató fuera de cabeza casi al final del choque tras una asistencia, también con la testa, de un Raúl García de Haro que ingresó en los minutos finales.
Fue tan escaso el bagaje ofensivo de Osasuna que al Real Madrid se le puede considerar justo vencedor de un partido en el que los rojillos estuvieron tan cerca de lograr un punto como tan lejos del área de Courtois. Un error defensivo le condenó en un escenario poco propicio para las sorpresas.