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Juez de línea

Villarreal-Osasuna, el análisis | 'Manual de autodefensa'

"Si Osasuna dispusiera de un canal de televisión como el que manipula para sus intereses el Madrid, tendría ya material suficiente en las cinco primeras jornadas..."

Torró y Bretones hablan durante el partido.Agencia LOF

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Si Osasuna dispusiera de un canal de televisión como el que manipula para sus intereses el Real Madrid, tendría ya material suficiente en las cinco primeras jornadas para montar unos videos cuestionando decisiones arbitrales y adoctrinar a la parroquia con historias de manipulación, persecución, Negreiras, etece, etece. No serviría para nada que no implicara que en adelante te miraran con lupa y acabaras pagando un peaje en sombra.

Pero, ya digo, hay cositas en las decisiones de los árbitros que han modificado la marcha de los tres partidos que ha disputado Osasuna como visitante y en los que ha estado muy cerca de rascar puntos pero ha terminado regresando a Pamplona con los bolsillos vacíos. Vamos al recuento; en el Bernabéu, el equipo de Lisci pierde de penalti y termina con diez por una injustificable, desde el punto de vista reglamentario, expulsión de Bretones; en la visita al Espanyol hay un penalti a Víctor Muñoz (poco después del gol de los pericos) de los que no hace falta ni recurrir al VAR para sancionarlo; ayer, el rigor que Díaz de Mera aplicó para deshacerse de Rosier con dos tarjetas amarillas en 40 minutos, no lo repitió, sin embargo, a la hora de enjuiciar dos plantillazos de Pépé, uno a Moncayola y otro a Budimir, que en el caso del croata ameritaba casi la cartulina roja.

Como colofón al choque de Villarreal, el agarrón-empujón de Rafa Marín a Raúl García de Haro dentro del área y que se fue al limbo de los penaltis, se supone que en un momento de apagón en la sala de las mil pantallas. Con esto, ya digo Real Madrid TV monta una serie más larga que Yellowstone. Pero bueno, como no va a servir para que a Osasuna le devuelvan algún punto, quede el recuento anterior de agravios para aportar como autodefensa de un equipo que en su papel de visitante ha realizado las interpretaciones de cada partido desde un planteamiento inteligente y una interpretación de los futbolistas muy acertada, aunque sin premio.

Estas tres derrotas fuera de Pamplona no son lo que parece, lo que puedan dar a entender los marcadores; el osasunismo no ha visto a un equipo que solo aspirara a no perder; esa disposición defensiva desde la que empieza a armarse el juego tiene como faro el despliegue veloz para atacar. Este Osasuna discute la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque; con Lisci en el banquillo, la mejor defensa es una buena defensa. Lo vimos ayer; con 0-0 y un futbolista menos, el equipo sacó petróleo de una falta y la disputa del balón entre Juan Cruz y Thomas Partey.

En el descanso, el técnico italiano movió las piezas (entrando Osambela y Herrando por Rubén García y Juan Cruz) y durante muchos minutos las avalanchas del Villarreal no encontraban el marco de Sergio Herrera o las abortaba el guardameta. Finalmente, llegó el 2-1... de rebote. Y en el tramo final, Luiz Júnior, el portero que protagonizó un gol absurdo en la Champions, rechazó dos remates de Raúl que de cien veces, noventa son gol.

En su habitual mensaje post partido, un compañero de redacción resume la actuación de Osasuna en ocho palabras: “Tenemos un buen equipo y un buen entrenador”. No me cabe ninguna duda. La venta de Areso ha encontrado un solvente recambio en Rosier; Boyomo supera al Boyomo de la pasada temporada; Sergio Herrera estaba hasta el partido de ayer en cifras de Courtois; Moncayola es el nuevo Oier y mejora sus prestaciones; Budimir sigue sumando goles y Aimar Oroz crece en cada partido como la pieza clave del proyecto. Y la idea del entrenador es que el equipo tenga la misma personalidad en El Sadar y de visitante. Otra cosa es defenderse de los errores ajenos. Sería necesario redactar un manual. O poner en antena una Osasuna TV.