LA empresa constructora pamplonesa Antonio Erro y Eugui nos vendió en el año 2004 unos pisos en Santa Engracia (zona Santa Engracia, Euntzetxiki, Buztintxuri) sitos en la avenida de Gipuzkoa de Pamplona. Los pisos eran de carácter libre y cumplían una serie de requisitos de vistas, luminosidad y condiciones de ubicación y entorno que justificaban su precio.

Dentro de sus características de entorno conocemos una: la trasera de nuestro bloque, a cuyo lado dan muchas de nuestras ventanas y las terrazas de nuestros 1º, tienen vistas a un solar que pertenece a la empresa constructora pamplonesa Andia. Este solar está destinado por ley a la construcción de locales comerciales de planta baja.

En junio de 2010, a través de una noticia publicada en DIARIO DE NOTICIAS, nos enteramos los vecinos, los más afectados por el asunto y con quien nadie cuenta ya desde el inicio de esta historia, de que Andia ha solicitado al Ayuntamiento de Pamplona el cambio de tipo de uso de suelo, de uso comercial a viviendas. Claro, de ser aceptado esto, la trasera de nuestro bloque quedará cerrada como si de un patio interior se tratase.

A partir de ahí, los vecinos nos movilizamos: asignamos un grupo de vecinos encargado de llevar el seguimiento del problema y hacemos una recogida de firmas que presentamos al Ayuntamiento. Nos ponemos en contacto con los diferentes grupos políticos que conforman la Corporación Municipal y les expresamos nuestro malestar y preocupación, es decir, nuestras viviendas van a ser encajonadas por el cambio del tipo de suelo que ha propuesto Andia: UPN está al 100% con la constructora, le argumentamos que el mercado de viviendas está saturado y que además es un solar en el que las viviendas que construyan y las de alrededor (las nuestras) quedarán muy pegadas, etc. Su respuesta (citamos palabras textuales) es que como comprenderemos, el constructor va a ganar más dinero con las viviendas que con los bajos comerciales.

PSN y NaBai acceden a verlo in situ y que les expongamos el problema. En agosto, bajan y lo ven. Ven el solar, el poco espacio que hay, qué encajonamiento va a suponer… Entienden nuestra postura: es una locura plantear unas viviendas en un espacio de esas características y más en un solar destinado a locales bajos, y con el impacto visual y de falta de espacio que va a suponer para nuestras viviendas. Mencionan además la escasa necesidad de construir más viviendas en la ciudad y que de construirse algo las viviendas pegadas a fachada sin vistas serán VPO (seguro que las suyas son de características libres, pero de precio VPO), etc. Nos prometen (de palabra, claro está) que cuando el asunto llegue a pleno votarán en contra del cambio de tipo de suelo y que evitarán la construcción de dichas viviendas. Así que los vecinos nos quedamos tranquilos, en principio.

En octubre de 2010, de nuevo en una noticia publicada en DIARIO DE NOTICIAS, nos enteramos de que todos los grupos han votado en el pleno a favor del cambio de tipo de suelo y de la construcción de las viviendas, excepto ANV que se abstiene. Sólo establecen una condición a la constructora: que intenten hablar con los vecinos (o sea, con nosotros) para escuchar las discrepancias que pudiera haber e intentar que la obra no fuera tan drástica hacia nuestras viviendas.

Nos resignamos a regañadientes a que al final construyan el dichoso bloque cerrándonos vistas y que nos va a crear un patio interior que jamás hubiéramos aceptado a la hora de comprar nuestras viviendas o, de saberlo, no las hubiéramos comprado. En nuestra primera conversación con Andia, exigimos como mínimo que el nuevo bloque sea lo más estrecho posible para que mantenga unas distancias mínimas de espacio respecto a nuestro bloque, acorde con los espacios amplios que tiene un barrio nuevo como Buztintxuri. Su respuesta ha sido clara y contundente: "¿De qué os quejáis? Si en Pamplona hay callejones más estrechos".

Una respuesta como la de alguien que tiene ya el papel firmado, la ley y el pleno a su favor y que sabe que no tiene por qué hacernos ni puñetero caso ni necesidad legal de limar ninguna aspereza con nosotros los vecinos a los que, como ciudadanos que somos, a los políticos les importamos tres cojones. Así que, queda comprobado, que en general, los políticos sólo se rigen por favores mutuos, regalitos varios y untamientos.