pamplona. El cerco al Ayuntamiento no dio ayer una vuelta al Consistorio, sino varias más. El llamamiento realizado por el Movimiento de los Derechos Civiles de Euskal Herria logró que decenas de personas se congregasen ayer a las 13.00 horas en la plaza del Ayuntamiento. El propósito, denunciar "la vulneración y cercenamiento de derechos ciudadanos, la persecución de todo tipo de iniciativas populares y la criminalización de la disidencia y la critica municipal", según declaró Patxi Belasko. Megáfono en mano, se fue solicitando la presencia de participantes en la cadena humana, mientras se desplegaban dos pancartas que rezaban Herritarrok gure eskubideak, herritarrok kalera del Movimiento por los Derechos Civiles de Euskal Herria (Eskubide Zibilen aldeko mugimendua). "Éste es un momento histórico", anunciaron desde este colectivo, tras haber completado "el cerco", entre proclamas como Yolanda Barcina, mala mujer, Euskara gure hizkuntza da (el euskera es nuestra lengua), Hay untamiento en este ayuntamiento o Santamaría, fascista policía.
De nuevo, todos reunidos frente a la fachada del Consistorio, se leyó, en euskera y castellano, un comunicado titulado Iruña, tierra quemada (Iruñea, erretako lurraldea). En él, se desgranaron "ejemplos" de actuaciones municipales como "el sometimiento de los Sanfermines a un modelo oficial, casposo y rancio, la supresión de las barracas, el ahogo policial del chupinazo y la marginación de las peñas, la subordinación del patrimonio histórico al pelotazo y al cemento, etc". Desde este movimiento consideraron que "no podemos permanecer inactivos", por lo que hicieron un llamamiento a que "el clamor contrario a estas vulneraciones de derechos se exprese también en el espacio público".
la chula potra La nota musical y de agradecimiento la puso la poeta rochapeana Julieta Itoiz, conocida como La chula potra y que esta semana se enfrentaba a una querella por injurias de la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, por su canción La bofetada. Minutos antes de salir al centro de la plaza, Itoiz reconoció sentir "un subidón de emociones, he vivido la Semana Santa como en un parque de atracciones". Una vez tuvo el micrófono en la mano y, constantemente interrumpida por los aplausos, Itoiz quiso "dar las gracias a todos los que me habéis acompañado". Ataviada con una peluca y unas gafas, dio paso a La bofetada, cuyo estribillo fue acompañado por el público presente.