50 años de Struendo
JOSÉ JAVIER ECHARTE, FUNDADOR DE LA FIESTA, EXPLICA SU ÉXITO
Echarte es uno de los dos fundadores que siguen en activo desde entonces, junto a Julián Velasco.
La ya tradicional celebración, en la que cualquier pamplonés puede sumarse al bullicio, surgió así: "Hace cincuenta años no existía ningún tipo de ambiente nocturno. Un día, casi sin pensarlo, bajamos al bar Marceliano con tres bombos. Como esa tontería salió bastante bien, empezamos a reunirnos. Ahí hablamos de salir por las noches, y así empezó todo".
Existen otra serie de eventos relacionados con el Struendo, como el Struendo txiki, son más recientes. "Empezó en 2003 debido a que le sugerí la idea a mis compañeros y estos lo aprobaron encantados", explica Echarte.
También hay tiempo para echar de menos a los ausentes o fallecidos en estos años. De hecho, este año se les recordará especialmente coincidiendo con el 50 aniversario: Javier Leránoz Zanqueta, los hermanos Aguirre, Ricardo Aparicio...
una fiesta en alza Las anécdotas de estos años, contadas por boca del propio Echarte, siempre resultan más que curiosas: "En 1981, en nuestro vigésimo aniversario, Velasco nos sugirió llevar un carro con frigoríficos en los que se conservaba champán. Se nos ocurrió meter en el mismo seis orinales nuevos para que la gente bebiera de ellos" comenta.
Para el fundador del Struendo, la fiesta podría definirse como "un acto popular, multitudinario, estruendoso e insustituible. Es el acto más esperado y barato para todos: los que participan no tienen que pagar nada" asegura.
El comienzo oficial será el día 7 con una ofrenda de treinta y seis rosas rojas a San Fermín a la altura de El Pocico. El evento se desarrolla de la siguiente manera: "Después de tirar el cohete y cantar el Agur Jaunak, intentamos llegar al Ayuntamiento. Siempre tardamos media hora, y algunas veces hasta 50 minutos, debido a la cantidad de gente que acude", admite.
"Luego vamos a la plaza del Castillo, nos desplazamos por la calle Estafeta hasta llegar al Pocico, en San Saturnino. Allí se dan un par de vivas a San Fermín y de esa manera se termina el acto. Todo el recorrido se completa entre dos y tres horas" puntualiza.
Pero ese día no termina la fiesta, porque el día 20, el Struendo organiza una cena que finaliza con el lanzamiento de unos cohetes a medianoche en la plaza del Castillo. "Esa es la verdadera despedida hasta el año siguiente" aclara el fundador.
Eduardo de Lorenzo, uno de los miembros de Struendo, recuerda que: "En ninguno de estos años ha habido ningún follón serio, sólo puntuales quejas por el ruido y algún incidente con la policía". Quizá una de las claves es la buena elección de la fecha, ya que Lorenzo explica que "siempre se intenta que nunca se salga un viernes o un fin de semana, sino un día tranquilo a mitad de fiestas".
Muchos elementos de la fiesta, como el bombo gigante, han pasado de generación en generación. Según Echarte, los hermanos Aguirre, que eran carpinteros, fueron los que lo fabricaron. "Ahora son sus respectivos hijos los que siguen con la tradición como recuerdo a sus padres, ya fallecidos", explica.
Como el número de fundadores en activo es muy reducido, José Javier Echarte tuvo que echar mano de una "nueva hornada" a la que pertenece el ya citado Eduardo de Lorenzo, además de Koldo Amezketa, José María Vicente, José Luis Nobel o Paco Oteiza, entre otros.
Una de las particularidades sigue siendo que el Struendo no aparece en el programa de fiestas. El fundador se justifica: "Yo digo que es una desorganización desorganizada que siempre sale bien. Si apareciera en el programa significaría que nos tendrían que decir la hora, el día y el recorrido para salir". Parece claro que los intentos que se hagan en este sentido no contarán con el apoyo de ninguno de los participantes, según coinciden de Lorenzo y Echarte.
Un hecho que prueba la gran acogida del Struendo es su proyección internacional: "Hay un inglés, Malcom Wood, que viene desde su país con toda su familia solo para participar en esto. También un italiano al que se le podría considerar casi fundador" bromea Echarte.
Incluso un catalán de orígenes navarros, José Gabriel Mendicoa, viene cada año. El fundador afirma que "hay que agradecerles su colaboración, porque yo solo no puedo hacer todo lo que es el Struendo".
Estos hechos son llamativos ya que, de hecho, no se cuenta con ninguna dirección o teléfono propio que permita localizarles.
Echarte, por su parte, espera aguantar algún año más al pie del cañón puesto que, según él, "uno no se cansa cuando ve que el público responde a lo que tú haces".
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