La avenida de Zaragoza se reabrirá al tráfico al inicio de la próxima semana

pamplona. En el tramo afectado, entre las calles Jesús García Leoz y Sadar, todavía podía verse ayer maquinaria y materiales en la cuarta semana de obras. Desde el área de Urbanismo explican que, aunque el mes de abril ha sido algo complicado para los trabajos por la lluvia, los plazos van según lo previsto.

Del otro lado, algunos vecinos y comerciantes de la zona piden una mejor coordinación y comunicación para disminuir los perjuicios de unas obras que, comprenden, "hay que hacer". Las molestias se deben, principalmente, a que el tráfico se complica estos días en la zona al coincidir el corte de la avenida de Zaragoza (que responde al proyecto de urbanización de la zona sur de la Milagrosa) con las obras de renovación de las redes de saneamiento y abastecimiento que la Mancomunidad está llevando a cabo. A estas últimas, que afectan sobre todo al barrio de Azpilagaña, se debe el cierre al tráfico el pasado lunes de la calle Buenaventura Íñiguez, otra de las vías que más tráfico absorbe.

menos clientela Los comercios situados en las vías afectadas por los cortes coinciden en señalar un descenso de las personas que se acercan a su establecimiento. Desde Duramás, un taller especializado en tubos de escape situado en Buenaventura Íñiguez, Manuel Sanz explicó ayer que aunque los trabajadores de la obra facilitan el acceso de los vehículos hasta su garaje, prevé un descenso de público. "El problema no son las pegas para el cliente que viene, porque se arreglan, sino el que no viene porque piensa que está cerrado", apuntó, y afirmó que confía en que con el avance de las obras pueda facilitarse un acceso desde la avenida de Zaragoza.

Los establecimientos situados en la propia avenida, en cambio, lo han notado más. El gestor de la gasolinera La Milagrosa, que prefirió no dar su nombre, explicó que tuvieron que poner ellos mismos carteles aclarando que seguían abiertos durante el transcurso de las obras y que muchos usuarios se han quejado de "las vueltas" que han tenido que dar para llegar hasta ahí. A pesar de su señalización, estiman la caída de las ventas en torno a un 30%, lo que ha repercutido sobre el personal de la estación. "Tratándose de una vía de acceso primordial a la ciudad creo que habría que darle más prioridad para acelerar las obras", señaló, aludiendo a la segunda fase de los trabajos, que comenzarán tras los Sanfermines y se prevé que se prolonguen por tres meses.

Desde el comercio vecino, Cimer outlet de electrodomésticos, Teresa Alonso también señala que ha afectado a las ventas. "Hemos tenido menos clientes y, sobre todo, las ofertas y promociones que tenemos no han funcionado como esperábamos", aseguró. De cara a la segunda fase, esta comerciante pide que se les tenga más en cuenta, porque en su caso se ha cerrado también el acceso a la calle García Leoz desde avenida de Zaragoza. "No tiene ningún sentido cortarlo así", explicó y añadió que les afecta porque se acerca menos clientela y los repartidores tienen que alejarse para aparcar.