Los responsables del local, Carlos Villanueva y Francisco del Río, explican que el mobiliario contemporáneo con el que trabajan es ahora un concepto ampliamente asumido que, sin embargo, costó que calara entre la población pamplonesa a la hora de poner en marcha el negocio hace tres décadas.
Villanueva explica que de sus viajes por países como Austria, Alemania o Italia vio que estaba surgiendo un nuevo concepto de amueblamiento que trató de implantar en la capital navarra. En sus inicios, el establecimiento comenzó con el nombre de Bricokit, ya que comenzaron tratando de introducir la idea de que el hazlo tu mismo no tiene por qué ir ligado con el diseño. Con el tiempo se desligaron de la parte del bricolaje y cambió el nombre de la tienda, pero siempre apostando por un mueble moderno, que poco a poco ha ido calando. Prueba de ello es que "hoy en día en Pamplona apenas quedan tiendas clásicas, se han reconvertido al moderno".
La tienda que cierra en Iturrama tenía ya "una clientela afianzada y fiel" pero con la del Ensanche pretenden llegar a un público nuevo y abierto a la ciudad. La plantilla cuenta actualmente con nueve trabajadores, aunque llegaron a tener hasta 16 y recuerdan que, incluso, tuvieron grandes dificultades para encontrar personal dispuesto a trabajar en 2005 porque "no les interesaba por el horario comercial, que es más sacrificado".
Siete años después la crisis ha cambiado por completo esta situación y también lo ha puesto más difícil para quien vende mobiliario.
Sin embargo, Villanueva y Del Río confían en sortearla manteniendo la "coherencia" con unas líneas de trabajo que han defendido desde el principio: combinar la exposición con una fuerte faceta de estudio de decoración, y mantenerse en la línea de los niveles de calidad en los que se han movido este tiempo. "Lo que tiene que quedar muy claro es que tenemos una línea y es lo que ofrecemos para el que está dispuesto a comprar un mueble con unos niveles mínimos de calidad, por debajo de eso, no es nuestro mundo", resume Del Río.