pamplona. El periodista navarro Juan Pedro Bator (Huarte, 1950) es el autor del prólogo del Viaje por los Pirineos y los Alpes. Buen conocedor y admirador de la obra de Víctor Hugo, defiende que sus relatos de viajes son, siglo y medio después, "radicalmente modernos" y en el de Pamplona transmite una impresión "positiva de la ciudad".
¿Por qué reeditar ahora a Víctor Hugo?
El libro se publica en una buena colección de literatura de viajes, Alhena Literaria, donde se han editado títulos de autores como Henry James, Robert Louis Stevenson y D.H. Lawrence, por mencionar solo los traducidos por Miguel Martínez-Lage, el prestigioso profesional pamplonés fallecido hace año y medio. Tiene mucho sentido que aparezca ahora porque el relato que elabora el viajero Víctor Hugo es en muchos aspectos radicalmente moderno. Se preocupa por el maltrato a los animales, entiende la naturaleza como un todo interrelacionado, denuncia los devastadores efectos de la primera guerra carlista, arremete con saña contra la arquitectura que simplemente se limita a copiar los dictados a la moda de París.
¿Qué supone la obra de Hugo?
Es una de las figuras más descomunales de la literatura occidental y un personaje público excepcional a lo largo de casi todo el siglo XIX en Francia. Poeta, dramaturgo, novelista, ensayista... también publicó abundante literatura de viajes, tanto durante su largo exilio en las islas inglesas del Canal como tras visitar casi toda Francia y países cercanos, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, España... Le encantaba dibujar, y lo hacía muy bien, así que algunos de sus libros se publicaron con las ilustraciones que realizaba durante los viajes, sobre todo de la naturaleza y de la arquitectura religiosa y civil.
¿Cree que podría considerarse un turista, tal y como entendemos ahora este término?
Un turista especial, o quizás mejor, uno de los primeros periodistas de viajes. Él recorría un país o una región concreta para publicar después detallados cuadernos de viaje utilizando las cartas que había enviado, las notas que tomaba, los dibujos que hacía o las flores que recogía.
En todo caso, debió ser de los primeros turistas extranjeros que visitaron Pamplona.
Sí, hubo antes cronistas que peregrinaban a Santiago, iban en el séquito de reyes, realizaban tareas de espionaje, buscaban rutas comerciales... Como viajero por placer o escritor decidido a animar a sus lectores a viajar, Víctor Hugo sería de los primeros que estuvo en Pamplona. Él no la cruzó de paso, como se supone que lo hizo casi 150 años antes Daniel Defoe, cuyo Robinson Crusoe pernocta en una invernal Pamplona.
¿Qué le parece la visión que se lleva de la ciudad?
En mi opinión transmite una visión positiva de Pamplona, de la que dice literalmente que "da más de lo que promete". Es verdad que le horroriza la fachada neoclásica de la capital -y también echa pestes del tipo de construcciones que ve levantar- pero queda arrebatado por el claustro gótico de la catedral, considera admirable la situación geográfica del casco urbano, se emociona ante algún palacete antiguo, las mujeres le parecen guapas y en general aprecia la animación que reina en las calles una vez que el sol se pone, ya que durante el día la ciudad permanece "taciturna y silenciosa".