pamplona. La Tómbola de Cáritas del Paseo de Sarasate abrió ayer sus puertas en medio de una gran expectación y con las habituales colas del primer día en los mostradores. En las dos primeras horas, hasta las nueve de la noche, se habían vendido en torno a los 30.000 boletos, una cifra similar a la del año pasado, según señalaron fuentes de la organización. Y, naturalmente, también salieron los primeros premios directos, algunos importantes como robots aspiradores, cámaras de fotos, televisores o cafeteras Nespresso.

El paseo de Sarasate era un hervidero de gente a las siete de la tarde, algo a lo que ayudaba la presencia de los escenarios del Festival Actúa, instalados a pocos metros de la Tómbola. Tras el acto de inauguración, multitud de pamploneses se agolparon en los mostradores para cumplir con una tradición ligada inevitablemente a las fiestas de San Fermín.

Este año la Tómbola mantiene los precios del pasado, 80 céntimos el boleto, de los que se ponen a la venta nada menos que 2.100.000 que repartirán hasta el 15 de julio más de cien voluntarios. La venta media diaria es de unas 20.000 papeletas, aunque en días punta se pueden alcanzar las 130.000. Cada día se entregan de media 11.000 premios, que los días de mayor afluencia pueden llegar hasta 70.000.

La Tómbola supuso el año pasado un 7% de todos los fondos que llegaron a Cáritas, algo más de 369.000 euros de los 5,18 millones que ingresó y gastó esta organización. Esta cifra es superior en un 20% a la del año anterior, lo que prueba que las personas necesitadas que acuden a Cáritas son cada vez más a causa de la crisis, hasta el punto de que las ayudas directas en sus sedes y en las parroquias, crecieron un 91% el último año.