La Catedral lleva meses acogiendo eventos de empresas, presentaciones, despedidas nupciales y unas pocas bodas menos multitudinarias, aunque esta semana se batirá el récord de asistencia. Es el resultado de una política del Arzobispado para "buscar una mayor utilidad a las estancias catedralicias" y lograr una nueva fuente de financiación. Las comidas tienen lugar fundamentalmente en el refectorio y se han de cumplir una serie de condiciones para que se autorice su celebración. En los enlaces matrimoniales, las siete de la tarde es la hora de referencia para que los asistentes vayan poniendo rumbo a otro lugar.

No obstante, lo cierto es que no existen unas condiciones prefijadas a la hora de la contratación. El precio, como el resto de condiciones, se negocia con los interesados. Y aunque desde la Iglesia no facilitan una referencia, subrayan que "no se trata de esquilmar a nadie con los precios, en absoluto". Gonzalo García, del Arzobispado explica la iniciativa: "Dentro de la ciudad catedralicia existen una serie de estancias que hasta ahora han hecho su papel dentro del Museo Catedralicio y Diocesano. Entonces, en un momento de auge del turismo MICE, el Arzobispado y el Cabildo ven la posibilidad de buscar a las estancias mayor utilidad. Durante años se han celebrado algunos conciertos o presentaciones de libros, aunque ha sido de manera muy puntual. Sin embargo, la intención ahora es que el refectorio tenga una utilización más constante con convenciones, presentaciones, bodas y despedidas nupciales, que es algo que ahora se organiza mucho el día antes de la boda para que los invitados se conozcan".

Esta iniciativa es fruto de las conversaciones entre el Arzobispado y ENECSA (Empresa Navarra de Espacios Culturales ), que terminó de facilitar la entrada de la Catedral en el turismo de Congresos. Aunque los comienzos de esta iniciativa se remontan a hace más de dos años, los eventos más importantes tuvieron lugar en junio. Fue entonces cuando Champagne Taitinger y la empresa de verduras Florette celebraron sus convenciones mundiales. "El éxito de los congresos es enorme. Hay que ver a los asistentes, sobre todo a los estadounidenses, haciendo fotografías con los móviles. Para la gente venida de fuera es algo impresionante", explica García.

En el caso de Champagne Taitinger, la convención fue animada por un concierto de música medieval y la cena tuvo lugar en el claustro. No en vano, tanto en el caso de las convenciones como en el de las bodas y las despedidas nupciales, las salas que se alquilan no se limitan al refectorio. Las otras estancias que se pueden utilizar son la cocina, uno de los patios y en determinados casos el claustro y el sobreclaustro.

En el caso de los enlaces matrimoniales, la contratación del catering o la empresa encargada de la organización corre a cargo de los contratantes. "No vamos a entrar en si ha de ser un restaurante u otro, o en si lo debe hacer un catering. Sin embargo, exigimos un mínimo de calidad y de trayectoria. No vale que el padre se encargue de hacer unas tortillas en la cocina. Tampoco hay unos precios estipulados, es un tema que se habla y se pregunta qué se quiere hacer", indica.

De la misma manera, en el caso de las bodas, existen una serie de limitaciones. "Hay que tener muy claro que nos encontramos en una Catedral. Entendemos que tras el banquete los novios bailarán un vals y que No te vayas de Navarra sonará un par de veces, pero no es el lugar para terminar bailando a altas horas como es evidente. Creemos que entre las siete y las ocho de la tarde es un buen momento para dirigirse a otro lugar a bailar tras una buena sobremesa", añade García.

El Arzobispado entiende que los eventos que se celebren en la Catedral tienen "el valor añadido" de que pueden visitar la exposición Occidens, "la joya de la corona", en su opinión. Y no niegan que sea una nueva fuente de financiación. "Claro que es una nueva fuente de ingresos. Es otra vía en un momento en que nadie está sobrado", concluye.