pamplona. La asociación juvenil Yoar es la única entidad de carácter infanto-juvenil que ofrece actividades de ocio y tiempo libre en los barrios de La Milagrosa y Azpilagaña. Después de 17 años trabajando en la protección de la infancia y la juventud, este año ha tenido que suspender sus actividades desde septiembre hasta enero por los recortes y la falta de apoyo que ha sufrido por parte del Ayuntamiento de Pamplona. Hasta ahora, los voluntarios que la forman han financiado este proyecto a través de subvenciones del Gobierno de Navarra -mantienen la de este año- y del Consistorio, cuya última convocatoria a la que concurrieron ha cambiado y debido a esto han recibido menos de la mitad de presupuesto en relación a otros años.
Itsaso Aranguren, de 24 años y María Berro, de 25, llevan siete trabajando en esta asociación, y como representación de ella explican que debido al cambio de convocatoria -antes concurrían a una especializada en ocio y tiempo libre y ahora a una más global de acción social-, han recibido una cuantía menor y se encuentran en una situación difícil que les ha llevado a suspender sus actividades programadas. Unido esto al retraso en la resolución de la convocaria, ya han gastado el presupuesto total con el que contaban para todo el año. "Debido a la tardanza de la resolución de la convocatoria de Acción Social a la que concurrimos, en la actualidad nos encontramos con un déficit mayor que la cuantía concedida", señalan, esperando que la solución venga por parte del Área de Bienestar Social del Consistorio, en lo que consideran "un error por retraso del Ayuntamiento".
Entre los meses de enero y agosto de este año, 314 niños han participado en las actividades que Yoar ha llevado a cabo, tales como excursiones, talleres, apoyo escolar o la popular ludoteca que organizan en los periodos estivales. En agosto, aproximadamente 75 niños acudieron diariamente a la ludoteca de la asociación, que tuvo su sede en la ikastola Hegoalde ya que Yoar tampoco cuenta con un local propio en el que desarrollar su servicio. El 60% de los niños que acuden a la asociación juvenil pertenecen a familias en situación de precariedad económica y muchos son derivados de la Unidad de Barrio de la Milagrosa o de los Servicios Sociales de ambas zonas.
sus peticiones En busca de un acuerdo, la asociación juvenil lleva varias semanas reuniéndose con el Ayuntamiento, ya que entienden que llevan a cabo un servicio necesario y de "dinamización del barrio". "Desarrollamos una importante labor tanto a nivel de prevención primaria fomentando el bienestar de los menores y adelantándonos a los posibles riesgos de desprotección que puedan surgir, como a nivel de prevención secundaria al intervenir con menores que se encuentran en riesgo de exclusión o desprotección", apuntan.
Entre sus reivindicaciones, además de que el Consistorio se haga cargo del déficit presupuestario en el que se encuentran en la actualidad, piden la vuelta de la convocatoria de ocio y tiempo libre, ya que "esta subvención es exclusiva para entidades que lleven a cabo proyectos de prevención en la infancia y juventud", la solicitud de un Centro Comunitario de Iniciativas Sociales (CCIS) en la Milagrosa y Azpilagaña, y la aprobación de un Servicio de Acción Preventiva Comunitaria (SAPC) como modelo de trabajo para dichos barrios. "Creemos que hace falta un local adecuado a nivel de barrio en el que se incentive la vía de lo social para que lo utilice el que quiera", comentó Berro.
Además, creen que la situación entre las diferentes zonas de Pamplona es "desigual" ya que en la Chantrea, Rochapea, Etxabakoitz, San Jorge y el Casco Viejo ya existe el trabajo preventivo (SAPC) y no entienden por qué no lo hay en la Milagrosa y Azpilagaña.
apoyo popular Las asociaciones infanto-juveniles de los barrios que cuentan con el SAPC han mostrado su apoyo a la asociación juvenil Yoar en un escrito en el que afirman que este proyecto comunitario "es homologable a cualquiera de los proyectos" que ellos llevan a cabo. "Estamos unidas y trabajamos juntas. Hemos construido redes con una potencia técnica y ciudadana que consideramos merecen ser tenidas en cuenta y escuchadas en situaciones como esta", aseguran.
En caso de no lograr los recursos económicos necesarios, la asociación juvenil podría desaparecer, aunque esa opción todavía no pasa por la cabeza de Aranguren y Berro. "Está claro que no queremos que desaparezca. Este barrio se lo merece. Creemos que los niños de la zona tienen derecho a que se subvencionen este tipo de actividades", destaca Berro.