PAMPLONA - El edificio donde estuvo ubicada, hasta hace prácticamente un año, la tradicional Venta Andrés alberga ahora las instalaciones de un mesón gallego, que abrió sus puertas hace unos días. Así, esta emblemática posada de Pamplona vuelve a ser lo que fue, un asador, después de que en marzo de este año abriera La Casita, un club de alterne que apenas estuvo abierto al público durante unas pocas semanas al no conseguir todos los permisos municipales necesarios. - D.N. / Foto: Unai Beroiz
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