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Aire de cien colores y mil formas

Félix Yoldi descubrió la globoflexia al quedarse en paro. Empezó a subir videos a YouTube y de repente se encontró viviendo del aire

Aire de cien colores y mil formas

Pamplona - La crisis entró en su casa, en la del pamplonés Félix Yoldi Espoz, hace seis años y medio. Tenía 33 años cuando perdió su trabajo de electricista en Gamesa y, de repente, se sintió como Bill Murray en la película Atrapado en el Tiempo. “Cada día, él aprendía una canción en el piano para romper con la rutina; yo lo hice haciendo figuras con globos”, recuerda. Poco a poco comenzó a descubrir la globoflexia, que le llevó a crear un canal en YouTube donde explica cómo crear desde flores hasta grandes animales o personajes de televisión. Unos vídeos que en su conjunto reúnen más de 17 millones de visitas desde agosto de 2008, alcanzando el sueño que muchos ansían: vivir del aire.

Así fue como Yoldi empezó a pasar de jugar con cables de colores a hacerlo con globos de diferentes gamas, formas y tamaños; “más de 100 tipos”, asegura. ¿Por qué los globos? “Ya había hecho papiroflexia”, dice entre risas. Además de la curiosidad que dice que le invadía cuando veía a los animadores callejeros en San Fermín haciendo espadas hinchables, Yoldi vio en este arte una escapatoria a la rabia contenida por su reciente pérdida de empleo: “Retorcer globos, no cuellos”. Esa combinación le llevó a probar con figuras de látex de distintas dificultades. “Empecé a subir los vídeos a YouTube porque no había tutoriales en castellano; la gente empezó a mandarme fotos pidiendo que les enseñase a hacer esas figuras”, relata. Pero llegó un punto que, tras 242 vídeos explicativos, “ya no había mucho más que enseñar; además tenía que guardarme algunas cosas para mí, no vaya a ser que saliera otro Félix Yoldi”, bromea.

Esta fama -“un día el carnicero me reconoció y me regaló la carne que había ido a comprar”, relata- le consiguió diferentes contrataciones para realizar espectáculos, animación de cumpleaños y bodas y cursos de globoflexia; incluso un spot protagonizado, en diciembre de 2013, por el futbolista Lionel Messi y el jugador de baloncesto Kobe Bryant para una compañía aérea, en el que ambos deportistas compiten intentando impresionar a un niño con el fin de firmarle un autógrafo. En él aparece el argentino con un gran perro de globos hecho por Yoldi. Cuenta que el rodaje fue un poco “estresante. No sé por qué, pero en el plató se me explotaban todos los globos, parecía que no lo sabía hacer”.

Félix se confiesa “muy hábil con las manos e ingenioso, desde siempre”, cualidades que le han dado puntos a favor para dominar este arte. Aunque con cierto pesimismo apunta que “ves por Internet a los chinos que hacen figuras que son una pasada, y entonces te das cuenta que lo que haces es una mierda”. Habilidades e ingenio aparte, este vecino del barrio de Ezkaba asegura que “cualquiera puede hacer globoflexia, el truco está en dominar los giros que se les da a los globos”.

Cuando su mujer se quedó embarazada de su hijo mayor, Ibai, que recientemente demostró heredar ese ingenio al pedir un silbato con globos “que haga ruido”, Félix Yoldi decidió dedicar más tiempo a su familia y dejar a un lado su canal de YouTube, que sigue recibiendo al día miles de visitas y decenas de nuevos suscriptores. En total, y al cierre de esta edición, desde el 6 de agosto de 2008, cuando subió a la red su primer tutorial, ha conseguido 17.121.854 visualizaciones y 18.805 suscriptores. Entre risas recuerda cómo “a veces la cifra diaria era más que llenar el Sadar -con capacidad para 19.800 personas-. Me imaginaba a toda la gente sentada dándole a la vez a un vídeo mío. ¡Qué pasada!”. Un amor rojillo que en algún momento le dio otros momentos de fama, como cuando en diciembre de 2009 acudió junto a familiares y amigos a un partido de Málaga-Osasuna. Llegaron al estadio con sombreros de globos rojos y azules de diferentes formas, que se llevaron la atención de las cámaras de El Día Después de Canal +.

Pero no se puede vivir del aire: “Ya lo he intentado durante mucho tiempo. Pero me come muchos fines de semana y al final hay cosas más importantes, como la familia”. Por esta razón, pero sin abandonar la globoflexia, pronto empezará una aventura empresarial de la que no quiere dar detalles. “Los globos no los quiero dejar. Ver los ojos de los niños cuando les haces una figura llena muchísimo, no tiene explicación”. Tampoco la estupefacción que produce en los adultos: “Los críos se quedan fascinados por el resultado; los padres en el proceso”.

Y eso de en casa de herrero, cuchillo de palo se amolda a la perfección a la casa de los Yoldi: “En mi cumpleaños nunca hay globos”, reconoce.