pamplona - Tres de los cinco acusados de protagonizar incidentes con la Policía y arrojar objetos a los agentes durante la celebración del encierro de la villavesa de 2012 fueron condenados por delitos de atentado a penas de cárcel, aunque en principio ninguno de ellos ingresará en prisión con esas penas al no tener antecedentes. El que recibió el castigo más severo fue Unai C.N., condenado a dos años de cárcel por lanzar una botella de cerveza a un policía nacional que había efectuado una carga en la calle San Agustín. Dos policías confirmaron dicho lanzamiento y en esos testimonios basó el magistrado la condena.
El juez, que dictó sentencia in voce al concluir el juicio, no creyó al joven, que afirmó que se encontraba en un portal, al margen de los incidentes y que los agentes acometieron directamente contra él y su novia, junto a la que se encontraba. Los otros dos condenados a penas de cárcel fueron Isalino D.A.P., al que se le fijaron nueve meses de cárcel por atentado, y Aitor T.E., que aceptó un año de prisión por el mismo delito. Estos dos procesados se conformaron antes del juicio con dichas penas y no se siguió la vista oral contra ellos. Al primero de estos se le contemplaron las atenuantes de embriaguez y de reparación (moral) del daño, puesto que pidió perdón a los policías por haberles arrojado botellas y objetos.
En cuanto a los otros dos imputados, Rubén O.L., fue condenado a una multa de 240 euros por una falta contra el orden público (el fiscal le pedía ocho meses de cárcel por delito de desobediencia), porque “arengó a la gente para que rebasaran el cordón policial” y el último, un joven de Askain (Francia), resultó absuelto (el fiscal pedía para él dos años de cárcel) al tener el juez serias dudas de la autoría de los hechos que se le imputaban (haber arrojado desde calle Estafeta botellas contra el cordón policial). Este muchacho solo fue identificado por los agentes media hora después porque usaba una sudadera gris como la que portaba uno de los protagonistas del incidente. “Los datos de identificación del acusado son bastante imprecisos, de hecho una agente ha dicho que es delgado y no parece que tenga esa complexión y si solo se aporta como dato una ropa que podían llevar varias personas más, no se descarta que pudiera ser el autor de lanzamiento pero es suficiente la duda generada para absolverle”, justificó el juez.
Como se recordará, los hechos juzgados y sentenciados ayer en el Juzgado de lo Penal 2 de Pamplona ocurrieron el 15 de julio de 2012 en el llamado encierro de la villavesa. Al acto acudieron aquel día centenares de personas y el mismo discurrió en tono festivo y sin incidentes hasta que el grupo de mozos alcanzó la calle Estafeta, donde la Policía Municipal, reforzados con antidisturbios de Policía Nacional, había desplegado un cordón policial junto a la calle Espoz y Mina. Según el responsable del dispositivo, se colocaron allí para que el popular encierro no accediera hasta las calles Labrit y Amaya y se pudiera interrumpir el tráfico. Aquel despliegue de los cuerpos policiales, que según testigos recibieron a la mocina con spray de pimienta, provocó la reacción hostil de parte de los participantes en el acto y que se arrojaran vasos y botellas contra los agentes, que según los policías municipales, “tras contener 20 minutos” a los jóvenes, acordaron una carga policial.
Las defensas solicitaron durante el juicio que se tuviera en cuenta la desproporción de la actuación policial en el momento de efectuar la carga y el hecho de que no se comunicara por otros medios, mediante bando municipal o por megafonía, que no procedía superar el cordón policial y seguir con dicho encierro. El magistrado consideró que no eran necesarios tales requisitos para la fuerza actuante, porque el dispositivo trataba de evitar que el encierro influyera en la circulación y no hacía falta altavoces porque “las ordenes por parte de la policía eran claras” para que los jóvenes depusieran de su actitud.
Las defensas y la Fiscalía estudiarán recurrir el fallo.