pamplona - “En estos tiempos de vanguardia el apostar por la cocina de siempre es fundamental porque es la base y la raíz de nuestra cocina, sobre todo en Navarra”, destacaba ayer Teresa Gil Ímaz, del gastrobar Las Migas de Iturrama y ganadora del Oro en la XV Semana de la Cazuelica y el Vino de Navarra, uno de los galardones gastronómicos más prestigiosos de la Comunidad Foral. “Contentísima, es un impulso para seguir muy importante”, reconocía acompañada de Constanza Schmidt. Cazuelica entre vanguardia y tradición “con un sabor muy tradicional y le hemos dado un toque de vainilla, que es un clásico de las carrilleras. Y esa mezcla que se suele hacer con patatas la hemos desglosado en tres texturas: en crujiente (canutillo que lleva relleno unas verduritas), patatas pochadas y una salsita, con una carrillera bien glaseada, y aderezado con vino navarro con aroma de vainilla también, tempranillo y cavernet souvignon”, explicaba. “Es un guiso que siempre hemos hecho aunque la hemos preparado de una manera un poco especial para este certamen y hemos disfrutado mucho”, abundó tras recibir el premio.
El jurado, que destacó la calidad de los trabajos presentados, seleccionó la cazuela a base de carrillera de ternera al aroma de vainilla -combinada con un Señorío de Sarria Crianza 2012- entre los 49 establecimientos que competían en esta edición, de los que siete quedaron finalistas. El segundo premio, el de Plata, fue a parar a la creación de Álex Múgica (calle Estafeta 24), con una cazuela a base de callos y manitas con un vino de Señorío de Unx 2015. El bronce recayó en La Barra del Goloso con Ave que vuela a la cazuela (vino recomendado: Príncipe de Viana Tinto Edición Limitada 2012), premio que recogieron José Bendezu, Bernardo Pérez y Anelia Elionva.
Los otros cuatro finalistas fueron La Mandarra de la Ramos, Cafetería 7 del Siete, Restaurante La Olla y restaurante Casa Azcona.
Teresa Gil lleva tres años trabajando en su nuevo establecimiento de Iturrama, pero más de 30 vinculada al mundo de la hostelería junto a su marido Javier Losada. Ambos han regentado diferentes locales como el restaurante Don Pablo, el hotel Iturrimurri en la Sakana, en Zuasti y ahora en Pamplona, en Iturrama 20. Entre las claves del éxito está “apostar por el buen hacer y cuidar mucho la materia prima y el producto navarro, algo que es primordial, y ofrecer ese servicio más directo que permite el gastrobar, más en contacto con el público, además de hacer un pequeño guiño a la vanguardia”, abunda.
La gastronomía está de moda y hay zonas determinadas que se han convertido en lugares de “degustación de gastronomía buena” tanto para los de casa como para los de fuera. Asegura que, además del Casco Viejo de Pamplona, Iturrama es un barrio privilegiado en materia gastronómica. “Es muy boulevard y hay mucha calidad de cocina en muchos establecimientos de cocina que nos rodea y eso nos ayuda a todos”, reitera.
La concejala delegada de Hacienda y Economía Sostenible, Patricia Perales, destacó el “crecimiento” que ha experimentado el turismo gastronómico en la ciudad, así como la consolidación de este evento.
En la presentación, Ana Beriáin, presidenta de la Asociación de Hostelería de Navarra, destacó también el “alto nivel” de los participantes. Javier Díaz, cocinero del Restaurante Alhambra de Pamplona y presidente del jurado, subrayó “que detrás de cada cazuelica se ve mucha mano, mucha dedicación, esfuerzo y trabajo de los hosteleros navarros, señal de que estamos haciendo las cosas bien”.