Pamplona - La población del barrio de Etxabakoitz se siente históricamente abandonada por las instituciones públicas, con una gran carencia de servicios públicos, y opina que su actual presente está además “hipotecado” por la incertidumbre futura de un proyecto, el de la Estación del TAV y la desaparición de Inquinasa, que limita el desarrollo de planes de actuación que pretenden mejorar la convivencia en el barrio, en una zona multicultural en la que actualmente conviven hasta 65 países diferentes.
Estas conclusiones forman parte del diagnóstico Etxabakoitzcon)(vive / Etxabakoitzenelkar)(bizi sobre Convivencia en el barrio de Etxabakoitz, un proyecto realizado por los profesores del departamento de Trabajo Social de la UPNA, Rubén Lasheras e Izaskun Andueza, a propuesta de la Unidad de Barrio al área de Acción Social y Desarrollo Comunitario del Ayuntamiento de Pamplona.
El diagnóstico, presentado ayer por la tarde a los vecinos de Etxabakaoitz por el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, y la concejala delegada de Acción Social, Edurne Eguino, se ha desarrollado entre los meses de febrero y diciembre de 2016 y se trata de un interesante trabajo de campo con tres objetivos: diagnosticar la convivencia a nivel de barrio, mejorar las condiciones de esta a través de la participación e impulsar un proceso integral participado que genere estructuras autónomas con vocación permanente. Para su realización se han desarrollado técnicas cuantitativas (explotación de fuentes y encuestas), así como cualitativas, como grupos de discusión y entrevistas grupales con profesionales, que ha contado, además, con la participación de unas 350 personas.
De hecho, este diagnóstico va a ser el paso previo a la elaboración de un Plan de acción del barrio por la convivencia, una apuesta que a priori se ve factible. Porque una de las fortalezas identificadas en este diagnóstico es el gran nivel de interés y el deseo de participación que muestran vecindario y asociaciones.
MUlticultural y obrero La multiculturalidad es una seña de identidad del barrio Etxabakoitz. Desde su formación en los años 60, esta zona de Pamplona no ha perdido su carácter de barrio receptor de migración. Si antes los que llegaban eran trabajadores, fundamentalmente extremeños y andaluces, ahora son personas de origen extranjero de hasta 65 países diferentes. Tiene históricamente, además, un importante núcleo de población gitana. Pero es también un barrio de paso, ya que las condiciones de habitabilidad de las viviendas y los condicionantes del diseño del barrio han generado una importante bolsa de viviendas en alquiler. El 85% de las personas extranjeras (hay 784 inmigrantes en el barrio) optan por el alquiler y un 60% de ese colectivo declara su deseo de cambiar de barrio.
¿Cómo se siente Etxabakoitz? Su situación como barrio de cierre de la ciudad ha tenido como consecuencia, según el informe, que el distanciamiento físico del centro y las carencias en los servicios al vecindario (esta última idea la sostienen el 77,7% de los vecinos), han ido generando lo que el diagnóstico denomina sentimiento de abandono. Así, el 73% de los vecinos así lo consideran, llegando a un cierto “complejo de identidad colectiva” en el que incluso se sienten estigmatizados por residir ahí. A esto contribuye el desarrollo urbanístico de Etxabakoitz Norte, que lo separó del espacio histórico o zona sur. La inexistencia de espacios de encuentro para el conjunto de ese barrio aterrazado ha hecho que vaya retrocediendo la “convivencia intercultural” presente en la población histórica respecto de una más neutra “coexistencia”, entre los distintos grupos sociales. Por otra parte la situación de “abandono” incrementa algunas situaciones de hostilidad en conflictos locales, muchos de ellos enquistados y no verbalizados. Estas realidades se transmiten a espacios centrales para la convivencia, como el centro educativo.
En conclusión, la construcción deficiente, pocos servicios y un barrio estructurado en dos alturas -cuya distancia trata de salvarse mediante elevadores urbanos- son ideas a las que se suma otro factor que, según ha detectado el diagnóstico, está muy presente en los últimos años en la vida social del barrio. El desarrollo de proyectos como el TAV o el devenir de la empresa Inquinasa, como elementos limitadores de las actuaciones privadas y públicas, generan incertidumbres que deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar planes de actuación para la mejora de la convivencia en el barrio.
70%
de los vecinos, a favor. El origen diverso de Etxabakoitz, con 65 nacionalidades diferentes, es para los vecinos, en cambio, un potencial. 7 de cada diez manifiesta su opinión favorable.5.251 habitantes. Etxabakoitz, según los datos de Padrón, tiene actualmente 5.251 habitantes. Según esa misma fuente, es el cuarto barrio con mayor presencia de población extranjera de la ciudad con un 14,9% de inmigración. Este índice es de un 19% en la zona sur y de un 9,6% en la norte.