PAMPLONA. El número 6 de la calle Monasterio de Iranzu, un bajo en el que la asociación vecinal San Juan Xar instaló su sede hace siete años, acoge desde el año pasado un proyecto dedicado a la población infantojuvenil de Donibane. Hijo del tejido asociativo del barrio, este proyecto vecinal surgió como resultado de la intensa relación que mantiene San Juan Xar con otros colectivos y asociaciones de Donibane. "Fruto de esa relación con la Unidad de Barrio, surgió la idea de darle forma a un proyecto que trabajase la acción preventiva y comunitaria de la población infantojuvenil del barrio", explica Mikel Arretxe, de San Juan Xar, acerca de este plan que trata de generar espacios en los que los txikis puedan relacionarse y crecer.
La chispa que prendió la mecha de esta colaboración entre ambas entidades surgió en un foro de barrio y así fue como echó a andar este proyecto que cada día está más consolidado y cuenta con diferentes líneas de trabajo. Por un lado, clases de refuerzo escolar y, por otro, campamentos urbanos en la segunda quincena de julio y agosto y en Navidad. "Nuestra idea es ir aumentando el número y la variedad de las actividades con el paso del tiempo", asegura Hodei Tapia, vecino y parte del motor que empuja este proyecto vecinal.
Y siempre con los objetivos de generar espacios de encuentro para el tejido colectivo, fortalecer y fomentar las relaciones y la integración entre los vecinos para lograr el fin último; dinamizar el barrio y combatir el envejecimiento poblacional que padece. Itziar Aldaia es voluntaria y el corazón de las clases de refuerzo escolar, que tienen lugar dos veces por semana y un coste simbólico (15 por trimestre) y necesario para poder continuar con este proyecto.
"El martes vienen tres txikis y el miércoles cinco. Vienen de diferentes colegios y cursos e intentamos que el aprendizaje o las tareas también tengan una parte divertida para que les resulte más ameno y sencillo", explica esta estudiante de ADE en la UPNA, mientras Neider y Junior Villamar Márquez, de 10 y 9 años, se afanan en completar los deberes del colegio. "Hemos tenido bastante éxito para el poco tiempo que llevamos", confiesa Hodei, satisfecho con la participación en los campamentos urbanos.
"El verano pasado vinieron unos 20 txikis y 5 o 6 monitores. En Navidad fueron unos pocos menos, pero una docena de chavales sí que estarían", apostilla Tapia, señalando que los interesados pueden escribir a sjx.txiki@gmail.com. De cara a un futuro, y aunque por el momento la meta principal es consolidar aún más estas actividades, los miembros de San Juan Xar también tienen planes.
Como, por ejemplo, que los txikis puedan unirse a las escapadas montañeras que realiza la Asociación vecinal junto a la peña montañera Donibane o integrar a los más jóvenes dentro de las diferentes actividades en las que participa San Juan Xar; Olentzero, carnavales o las fiestas del barrio. En un futuro a muy largo plazo, Hodei y Mikel sueñan con ver replicado todo lo que hacen los miembros de la Asociación en versión mini. "Por ejemplo, que hagan una comparsa txiki, que formen un grupo de zanpanzar como tenemos nosotros...", apunta Arretxe, con la intención de que, de esta forma, los txikis desarrollen sentimiento de barrio y se sientan parte de él.
Algo que, en un futuro, puede ser parte de la solución a uno de los grandes problemas del barrio; el envejecimiento de los vecinos. "Para la gente joven las posibilidades de vivir en el barrio son muy limitadas, tienen muchas dificultades por cuestiones de economía y vivienda", apunta Tapia, con la esperanza de que dinamizar el barrio también lo revitalizará.