Pamplona - Llevaba cerrado tres años y no encontraba relevo. El restaurante del ascensor de Descalzos, el local municipal que sobresale sobre la muralla encima de la Rochapea, levanta de nuevo la persiana hoy jueves. Y lo hará con otro nombre, El Búho, porque solo un ave tan curiosa y de vista tan excepcional podría quedarse pasmada mirando el horizonte allí, sobre el Arga, curioseando el devenir de la ciudad. Con esa misma curiosidad, “escuchando e interactuando” con el público y con la idea de dar respuesta a las necesidades de la clientela pamplonesa, la directora de este proyecto hostelero, Ana Gorostiza, asume el reto “con muchísima ilusión”. Porque, como de mirar se trata, El Búho será el “primer restaurante sky-bar de Pamplona”, donde poder tomar una copa, o un vermú mirando el cielo de la ciudad, pero además se concibe como un espacio dedicado tanto “a los sabores más tradicionales de la cocina navarra”, como a especialidades internacionales que la carta irá introduciendo. Desde cocas, a tatakis y hasta hamburguesas de kobe.

Con Ana Gorostiza el buen hacer viene de serie. Esta pamplonesa formada en Turismo ha forjado su experiencia hostelera en establecimientos como el Iruña Park, el Muga de Beloso y el Hostal Izaga, donde comenzó desde abajo “como camarera y recepcionista” y acabó siendo la directora comercial. Ahora, de la mano de varios socios, realiza su apuesta más arriesgada: “He dedicado toda mi vida al tema de eventos y de organización de congresos, y yo era la que me encargaba desde cerrar los menús hasta organizar el desarrollo del acto”, explica Gorostiza, una experiencia polivalente que ahora le permite asumir el todo en uno. Porque aunque El Búho de Descalzos nace propiamente como restaurante, y en eso van a centrar sus energías, el local también va a ofrecer la posibilidad de organizar celebraciones a la carta, desde una boda ambientada, por ejemplo, en Oriente, a una sesión de lectura. Todo ello en un local totalmente reformado, con butacones y cierto aire clásico en la decoración, tipo inglés, y que incluirá pequeños guiños “como la forma de vestir del equipo, por ejemplo”. Porque, según añade, queremos cuidar “mucho los detalles y que el cliente se sienta como en casa”.

Gorostiza estuvo tiempo buscando ubicaciones y se decantó por este local, que el Ayuntamiento de Pamplona puso en marcha en 2008 cuando se construyó el ascensor de Descalzos. Se trata, así, de un espacio municipal adjudicado ahora para el proyecto El Búho por un plazo de 10 años. De 2.013 m2, cuenta con dos terrazas exteriores, una sobre el Arga y otra que otea el Casco Viejo. “Todos los lugares que me encontré eran a pie de calle y yo buscaba esto, algo diferente”, explica Gorostiza. La reforma integral del local ha durado varios meses, y ofrece un espacio singular en pleno centro histórico, una manera de contribuir a revitalizar de paso esta zona que ahora se encuentra en pleno desarrollo. “En el comedor de arriba, hay un amplio comedor para decenas de comensales, aunque también podemos contratar con el Ayuntamiento la sala de abajo, donde se pueden organizar cócteles, por ejemplo, para 200 personas, o banquetes para unos 120”, explica su directora, quien añade que “yo soy muy fan del aperitivo para celebraciones, porque es más abierto y los clientes pueden interactuar con todo el mundo, no están condicionados en una mesa”.

DESDE HOY, EN MARCHA El Búho arranca hoy (las reservas pueden formalizarse en el 948 211356), y ya para este fin de semana celebra su primera boda. “De momento, comenzamos con la carta, y a mediados de octubre, empezaremos a ofertar también el menú del día y el menú de fin de semana”. El horario, de 11 de la mañana y hasta el cierre, de forma ininterrumpida, una oferta gastronómica en la que se va a primar “el producto de temporada, metiendo platos de cuchara, por supuesto, y, sobre todo, de origen local”. En la cocina, de momento, van a contar con un equipo de 3 personas, y otras 5 estarán en sala. Y para curiosos, abre de lunes a domingo, “los 365 días del año”.

“El objetivo es que todo el mundo pueda encontrar su estilo, por eso la oferta es muy amplia”. De hecho, Ana Gorostiza confía en el que negocio sea bien recibido por la ciudad. “Nos gustaría convertirnos en un referente. Estamos abiertos a cualquier propuesta del cliente”, señala.

El Búho mira de nuevo al río Arga y ulula sobre la muralla de Pamplona.