"Es un elemento estratégico en la movilidad"

Además de hacer un llamamiento a la ciudadanía para desplazarse de forma sostenible en bicicleta, desgranaron siete puntos en los que la administración tiene que centrar sus esfuerzos. El primero es “un plan con financiación específica para implantar medidas de movilidad de emergencia que potencien la bicicleta, para infraestructuras peatonales y ciclistas y para la adquisición de bicicletas urbanas”; piden igualmente que se elaboren planes “para mejorar la movilidad ciclista, peatonal y garantizar un transporte público de calidad durante la desescalada. De no hacerlo es muy probable que se produzca un aumento del uso del coche sin precedentes”. Consideran que las actuaciones no deben centrarse exclusivamente en el centro de las ciudades, sino que deben extenderse “a los barros y polígonos industriales”. Piden la puesta en marcha de “una red de carriles bici y calles con prioridad peatonal y ciclista que cubran toda la ciudad”, que se instalen “aparcamientos seguros en puntos estratégicos: intercambiadores de transporte público, edificios de la administración, estaciones de tren o centros de trabajo”; que se favorezca la intermodalidad “permitiendo viajar con bicicleta en el transporte público”. Y, por último, campañas de promoción de la movilidad activa y sostenible”.

“Es el momento de darles protagonismo a los ciclistas y buenas condiciones de circulación”, afirma Eneko Astigarraga. “Queremos una red básica y conexa de carriles bici a lo largo y ancho de la ciudad, que se hagan con rigor técnico y conectividad”, resume Jesús Sukuntza. “Hay que seguir concienciando y es necesario que la gente recupere hábitos de movilidad activa”, comenta Abel del Rey. “Hasta ahora era una opción con un punto hippie o romántico. Pero se trata de dignificar el uso de la bici, que no solo se recomiende sino que se convierta en un vehículo preferente”, finaliza Toño Peña.