- La peatonalización parcial de la calle Amaya no para de generar polémicas. El proyecto empezó con mal pie desde el principio porque, en teoría, por esa calle solo iban a circular villavesas, taxis, ciclistas y vehículos de residentes. Sin embargo, a la semana de finalizar las obras en junio, el Ayuntamiento tuvo que echar marcha atrás y volver a autorizar el tráfico de todos los vehículos debido a los continuos atascos que se generaban. Y ahora, casi cuatro meses después, los atascos son el pan de cada día y también hay constatación del perjuicio que está causando en el transporte urbano comarcal con retrasos de hasta 5 minutos.

“La villavesa a veces no llega a su hora y viene con algún minutillo de retraso”, aseguró Fernando mientras esperaba al autobús de la Línea 2 en la parada de la calle Teobaldos. “Algún día he llegado un poco tarde porque la villavesa se ha retrasado, pero bueno, en general el servicio es muy bueno”, añadió. “Me parece una vergüenza lo que han hecho en la calle Amaya. Han aumentado el tráfico de una calle por la que ya pasaban muchísimos coches”, afirmó Helena Blanco, también en la parada de la calle Teobaldos. Helena comentó que el tráfico no solo afectaba a las villavesas, “también al resto de vehículos. Se generan unos atascos increíbles”. Además, Helena se preguntó “quién se va a sentar en los nuevos bancos si no paran de pasar coches al lado durante todo el día”.

El mismo ambiente de resignación se palpaba en la parada de Cortes de Navarra. “No me sorprende lo que está sucediendo. Qué querían que pasase si ensanchas las aceras, quitas un carril de circulación, pero dejas pasar a los mismos vehículos de antes... pues que se forman unos atascos enormes”, señaló Cristina, que añadió que los retrasos no le afectaba mucho porque “no cojo la villavesa para ir al trabajo, sino seguramente sí”.

Otros usuarios sí que notaban el incremento de tráfico, pero por el momento no les había supuesto ningún problema: “La calle está más congestionada, pero por ahora no he sufrido ningún retraso, ni me había fijado”, indicó Carla Álvarez. “No me ha tocado que una villavesa llegue tarde”, subrayó María Marcilla.

Las tiendas y establecimientos de la calle Amaya son los mejores testigos de los continuos atascos que se forman a diario en dicha vía. La opinión de los comerciantes es unánime: hay mucho más movimiento y lío que antes de la semipeatonalización.

“Se nota mucha más ruidera. La gente se desespera y no para de tocar la bocina”, relataron desde el establecimiento Trofeos Navarra, que explicaron que la peatonalización parcial no les había afectado al negocio: “Nos han mantenido la zona de carga y descarga, donde los camiones dejan los pedidos”.

En la tienda Optilab observaron lo mismo: “Antes ya había tráfico, pero ahora los coches y las villavesas se quedan parados. Cuando el semáforo está en rojo, la fila llega hasta la cuesta del Labrit”.

“Se nota mucho más ruido. La gente se desespera y no para de tocar la bocina”

Trabajadora