Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, las que dieron lugar a la proclamación de la República, que en Pamplona otorgaron un ajustado triunfo a la candidatura «antirrevolucionaria», fueron impugnadas por los nacionalistas vascos y, como en otros ayuntamientos, tuvieron que repetirse el 31 de mayo siguiente. Curiosamente, el PNV no compareció en esa segunda convocatoria y se enfrentaron en las urnas solo dos candidaturas: la Conjunción Republicano-Socialista y la Coalición Católico-Fuerista. Se impuso la izquierda por muy estrecho margen, 15 concejales por 14 de la derecha.

En las elecciones de 1931, la izquierda se impuso por muy estrecho margen, 15 concejales por 14 de la derecha

Resultaron elegidos Andrés José Aldaba Viguria (empleado, jaimista), Florencio Alfaro Zabalegui (agente comercial, republicano), Mariano Ansó Zunzarren (abogado, republicano), Juan Arilla Echeverría (comerciante, jaimista), Francisco Armisén Huici (comerciante, jaimista), Eleuterio Arraiza Garayoa (constructor, jaimista), Pedro José Arraiza Garbalena (abogado, monárquico), Ricardo Arrivillaga Ayerra (periodista, integrista), Joaquín Arteaga Villamor (farmacéutico, republicano), Francisco Javier Astrain Baquedano (comerciante, jaimista), Miguel María Azcárate Irurita (abogado, monárquico), Jesús Beriain Goñi (procurador, jaimista), José Burgaleta García (empleado, republicano), Martín Donazar Goñi (constructor, republicano), Corpus Dorronsoro Arteta (hojalatero, socialista), Nicasio Garbayo Ayala (médico, republicano), Victorino García Enciso (panadero, republicano), Antonio García-Fresca Tolosana (profesor, republicano), Rufino García Larrache (ingeniero, republicano), Salvador Goñi Urriza (abogado, socialista), Ernesto Llamazares Díez (ingeniero, republicano), Miguel Ángel Martínez Lope-García (farmacéutico, jaimista), Tomás Mata Lizaso (agente comercial, jaimista), Severino Oscoz Barbería (constructor, republicano), Mariano Sáez Morilla (profesor, socialista), Emilio Salvatierra Susunaga (delineante, republicano), Antonio Sánchez Doussinague (abogado, integrista), Julio Turrillas Labiano (ebanista, jaimista), y Valeriano Zabalza Ilundain (comerciante, jaimista).

Fue elegido como alcalde el republicano Mariano Ansó Zunzarren; contrariamente a la imagen prebélica que a veces se ofrece de la época, recibió los votos tanto de los concejales de la mayoría como los de la minoría entre amables discursos que prometían una leal y feliz cooperación de todos por el bien de la ciudad. Ansó en junio fue elegido diputado de las Cortes Constituyentes y, al no poder dedicar tiempo a la alcaldía, dimitió unos meses más tarde y en noviembre de 1931 fue elegido como alcalde Nicasio Garbayo, quien a su vez dimitiría en agosto de 1934, al haber quedado en minoría la izquierda, y sería sustituido por el jaimista Tomás Mata. En aquella época, la ley no preveía suplir automáticamente las bajas, solo si las vacantes alcanzaban un tercio del número legal de concejales. En 1934 la izquierda había perdido dos concejales, a Sáez Morilla, tras obtener una plaza de profesor en Madrid, y a Arteaga por haber recibido el nombramiento para un empleo en la Diputación. Ambas bajas, además de suponer el cambio en la alcaldía, generan un pequeño cisma dentro de la anterior mayoría; dos votos de los concejales del Partido Radical de Lerroux (que gobernaba con la CEDA), Oscoz y Llamazares, se unen a los de la derecha para acordar los ceses y Oscoz es elegido teniente de alcalde. Posteriormente, la corporación se redujo hasta veinticuatro ediles; en octubre de 1934 Salvatierra renuncia por haber sido nombrado «motorista de la Diputación», en diciembre de 1934 Miguel Ángel Martínez Lope-García muere de pulmonía, y la misma enfermedad se lleva al exalcalde Nicasio Garbayo en abril de 1936.

Tras el golpe militar del 19 de julio de 1936, los 15 concejales de la derecha, sin oposición alguna, acuerdan adherirse al alzamiento

Desde que inicié la Investigación que ha acabado por convertirse en el libro Todos se conocían bien, recientemente publicado por el Instituto Navarro de la Memoria, donde los protagonistas son los veintinueve concejales elegidos en 1931, además de incluir una pequeña biografía de cada uno, tenía intención de incluir, entre otras, la fotografía que acompaña a estas líneas. No es una imagen desconocida, se ha publicado anteriormente en varias obras. Es la que se hizo el 5 de junio de 1931, con motivo de la toma de posesión de aquella corporación municipal, y se publicó en el periódico La Voz de Navarra del día siguiente. Aparecen retratados treinta hombres (las mujeres tardarían en aparecer por el Ayuntamiento), pero nadie se había ocupado en poner nombres y apellidos a esos rostros, operación muy complicada porque en aquella época se hacían muy pocas fotos. La mayoría no tuvo otra carrera política fuera del Ayuntamiento y no hay apenas imágenes publicadas con las que comparar para poder identificarlos en esa foto de familia. Era una tarea ardua; tantos años más tarde es posible encontrar familiares de algunos de aquellos concejales que, a menudo con dudas (las familias tampoco suelen conservar muchas fotos de aquellas épocas), son capaces de indicar quién era el abuelo, el bisabuelo, el tío, el suegro, pero de otros resulta imposible hallarlos en Pamplona y, en algunos casos, sus descendientes hay que buscarlos en Madrid, en Chile o en México. Con paciencia y dando la lata a mucha gente, finalmente conseguí poner nombres a las caras de aquella foto de 1931.

Tras el alzamiento militar de 19 de julio de 1936, los concejales de la izquierda dejaron de asistir a las sesiones del Ayuntamiento por fuerza mayor; unos huyeron de Pamplona para ponerse a salvo, otros son detenidos, alguno se encierra en casa por si acaso. Los concejales de la derecha, sin oposición alguna, acuerdan adherirse al alzamiento. El 21 de agosto el nuevo gobernador civil, Modesto Font Campos, nombrado manu militari por el general Mola, destituye por «desafectos al Movimiento Nacional para la salvación de España» a los once concejales republicanos, incluidos a los dos radicales que no se libraron de la operación de limpieza. Cuatro de los concejales elegidos en 1931 son asesinados, Corpus Dorronsoro Arteta, Mariano Sáez Morilla, Florencio Alfaro Zabalegui y Victorino García Enciso, al igual que otros tres exconcejales de épocas anteriores: Gregorio Angulo Martiarena, primer edil socialista elegido en 1914, José Roa García y Amadeo Urla Aramburu, estos dos miembros de la gestora que funcionó de abril a junio de 1931. Cuatro murieron en el exilio (Ansó y García Larrache en Francia, Salvatierra en México, Goñi en Chile); Burgaleta estuvo en el exilio y en un campo de concentración en Francia, aunque pudo volver a Pamplona. Donazar y Llamazares estuvieron detenidos en Pamplona al inicio de la guerra civil y luego fueron liberados; Arteaga y García-Fresca, este se hallaba en Madrid en el momento del alzamiento militar, no sufrieron prisión pero fueron destituidos como funcionarios; Astráin, también en Madrid en julio de 1936, fue detenido y condenado a muerte, se salvó por intervención del ministro navarro Manuel de Irujo; Sánchez Doussinague combatió en la guerra como alférez de requetés y salió indemne. La mayoría, todos los de la derecha y cuatro republicanos, murió en Pamplona a edad avanzada.

Toma de posesión de la corporación municipal, 5 de junio de 1931*

De izquierda a derecha, en la fila superior: Amadeo Urla Aramburu (gestora abril-junio de 1931), Rufino García Larrache, Salvador Goñi Urriza, Antonio García-Fresca Tolosana, Cristino Itúrbide Amézqueta (gestora abril-junio de 1931), Mariano Sáez Morilla, Nicasio Garbayo Ayala, Mariano Ansó Zunzarren (alcalde), Joaquín Arteaga Villamor, Florencio Alfaro Zabalegui, Ernesto Llamazares Díaz y Emilio Salvatierra Susunaga. En la fila central: Francisco Armisén Huici, Jesús Beriain Goñi, Miguel María Azcárate Irurita, Francisco Javier Astráin Baquedano, Martín Donázar Goñi, Ignacio Sanz González (secretario), Severino Oscoz Barbería, Miguel Ángel Martínez Lope-García, Eleuterio Arraiza Garayoa, Valeriano Zabalza Ilundáin, Pedro José Arraiza Garbalena y Antonio Sánchez Doussinague. Sentados: Victorino García Enciso, José Burgaleta García, Ignacio Gatell Laza (funcionario municipal), Andrés José Aldaba Viguria, Tomás Mata Lizaso y Julio Turrillas Labiano. Faltan en la fotografía los concejales Juan Arilla Echeverría (estaba ausente de Pamplona y no asistió a la sesión), Ricardo Arrivillaga Ayerra y Corpus Dorronsoro Arteta. Colección Zaragüeta, Museo de Navarra