La creatividad ya tiene su rincón favorito en el corazón de Pamplona, en una acogedora tienda de moda conocida como El Armario de Judith.

Hace diez años, Judith Moreno decidió ponerle su nombre a un pequeño local ubicado en la calle Paulino Caballero. Con la ayuda de su familia pintó paredes, puso puertas, le dio su toque personal y, finalmente, El Armario de Judith cobró vida. “Desde el principio tuvimos muy buena acogida, las ventas siempre han ido bien y las clientas salen muy contentas”, señala Judith, agradecida por la confianza y la lealtad que las consumidoras le procesan.

Natural de Cuba, la experta en moda aterrizó en la Comunidad Foral a los 15 años de edad. Siempre supo que su pasión era el cuidado y el bienestar de las personas, y precisamente por eso estudió un Grado Superior de Imagen Personal. “También me gustaba mucho el deporte. ¡Al principio quería montar un gimnasio y mira qué vueltas da la vida!”, ríe al echar la vista hacia el pasado. En sus estudios, el Gobierno de Navarra le concedió una beca con la que pudo marcharse a Florencia, donde sintió una “conexión especial” con el mundo de la moda. Años después de su viaje aún recuerda con claridad y alegría la decisión que tomó:“Cuando volví de Florencia lo tenía claro, quería darle color a Pamplona”.

Una década después de su apertura y tras haber pasado por una pandemia mundial y dos embarazos, el local de Judith sigue acogiendo a una gran multitud de clientas que buscan un estilo “diferente y original”. Ella, con una sonrisa de oreja a oreja, señala que le encanta llenar de vida las calles de la capital navarra. “Al ser de Cuba siempre me he vestido muy alegre y esa alegría es la que caracteriza a mi tienda”.

Todavía recueda lo que algunos comentaban cuando emprendió esta aventura. “Me decían que era una locura, con todos los comercios que hay y tanta competencia... pero yo seguí adelante. Al fin y al cabo, yo creo que la competencia no existe porque cada tienda tiene su esencia y supe encontrar mi público”, subraya satisfecha.

Ventas online

Las redes sociales le ayudan a impulsar su pequeño establecimiento, aunque la profesional destaca que le resulta más sencillo el contacto con el consumidor en la tienda física. “Es difícil mantener la web al dia, pero también es una oportunidad de impulsar el negocio”, añade. 

Su cuenta de Instagram, con 11.200 seguidores, rebosa popularidad. “¡Hace unos directos estupendos!”, aseguran las clientas. Y es que Judith enseña las prendas para que los usuarios puedan verlas. “A veces ven un vestido que no les llama especialmente la atención, luego subo un vídeo con él puesto y les gusta. No es lo mismo ver una prenda en una percha que verla puesta en otra persona”, puntualiza.

Trato personalizado

Pero, sin duda, uno de los factores que más destaca en El Armario de Judith es la cercanía que tiene con sus clientas. “Aconsejo y opino sobre la ropa que se prueban, por eso siempre salen contentas de aquí”, comenta. 

Asimismo, añade que el “boca a boca” ha ayudado mucho a impulsar el negocio y es un factor clave para los pequeños comercios. “Las tiendas pequeñitas nacen de la ilusión de una persona que ha apostado por perseguir su sueño. Yo quería una tienda que fuese como yo, alegre y distinta. Y por eso llevo diez años aquí y estoy más contenta que nunca”.