En 1997, Raquel Esquivel Ordóñez abandonó Colombia empujada por la situación que atravesaba su país. “Allí no se estaba bien y se me presentó la oportunidad de buscar nuevos horizontes”, recuerda. Raquel aterrizó en Pamplona e intentó conseguir un puesto de trabajo que estuviera relacionado con su oficio: profesora. “Enseguida me percaté de que iba a ser muy difícil”, relata.

Raquel se buscó la vida y comenzó a trabajar en varios restaurantes del Casco Viejo como ayudante de cocina, cocinera e incluso jefa de cocina. “Nunca me había dedicado a la hostelería. Me dieron una oportunidad y la aproveché”, explica.

Unos platos de mejillones y de huevos fritos con jamón. Oskar Montero

Tras 26 años en los fogones, Raquel se adentra en una nueva aventura con el restaurante Pa Comé, que reemplaza a El Patio de las Comedias. “Hace años que quería regentar mi propio negocio. La idea me rondaba por la cabeza y he dado el salto porque el que no arriesga no gana”, asegura. 

El restaurante ofrece bocadillos, hamburguesas, ensaladas, raciones y platos tradicionales como rabo de toro estofado al vino tinto, carrilleras al oporto con parmentier, ajoarriero con huevo frito, chorizos a la sidra, ensaladilla rusa, patatas bravas y rancheras o queso idiazabal con nueces y membrillo.

Un pincho del nuevo restaurante de la calle Comedias, Pa Comé. Oskar Montero

“La comida la preparamos con mucho mimo y cariño, le ponemos todo el amor del mundo. Los platos están exquisitos. Tienen que probarlos todos”, se ríe Raquel. 

Pa Comé también dispone de menú del día y de fin de semana, ambos cambian cada mes, y una amplia variedad de pintxos y fritos: croquetas, pimientos, jamón y queso, langostino empanado y Maribel, la especialidad de la casa.

Es una bola de carne con bechamel y pasta Orly. El resto de ingredientes son secretos. Maribel, una persona muy especial en mi vida, me enseñó la receta y me la regaló. Le he puesto su nombre como homenaje”, explica.

Por el momento, Raquel no tiene pensado introducir platos típicos de Colombia ni del resto de la gastronomía latinoamericana. “Toda la vida he trabajado la cocina navarra”, insiste. 

Raquel Esquivel (en medio) posa con sus compañeras en la barra del nuevo restaurante de la calle Comedias, Pa Comé. Oskar Montero

El restaurante dispone de dos plantas. En la primera, a ras de suelo, se sitúa la barra, repleta de pintxos y fritos, y unas mesas altas con banquetas donde el cliente puede potear e incluso degustar las raciones.

A través de unas escaleras, se accede al comedor, que cuenta con ocho mesas y un aforo de unas 40 personas. En el comedor predomina el blanco y está decorado con un cuadro de una cocina en plena ebullición y el libro Navarra a la carta. “Ha quedado muy bonito y a los clientes les llama la atención”, asegura. 

Pa Comé, ubicado en la calle Comedias 12, levantó la persiana el pasado 4 de julio, a dos días del inicio de San Fermín. “Al abrir en plenas fiestas, arrancamos muy fuerte. Después, vino el tradicional bajón. Ahora, aún nos estamos dando a conocer porque hemos empezado de cero y El Patio de las Comedias llevaba varios meses cerrado”, confiesa. 

El equipo de Pa Comé lo componen seis personas: dos cocineras y cuatro camareras, una de ellas Raquel, que nunca había trabajado en la barra. “Hay que saber de todo. Estoy aprendiendo y podré cometer errores, somos seres humanos. Si ocurre, trataremos de mejorar cada día”, defiende.