Ni clima de tensión ni crispación. La Plaza del Ayuntamiento de Pamplona ha sido este jueves una fiesta. Celebrada con la misma normalidad –y más furgonetas de Policía Nacional– que la protesta que organizó UPN el pasado domingo 17 contra la moción de censura. El escenario era el mismo. El personal y el ambiente bien distinto, como se ha encargado de demostrar la txaranga Malatxo de Tafalla a ritmo de clásicos sanfermineros.
La plaza tenía ganas de celebrar. ¿Toda? No. Un pequeño sector de irreductibles regionalistas ha resistido en la calle San Saturnino, tras un cordón policial, las embestidas de la fiesta con sus “Asiron, kanpora”, “Pamplona no se vende” o “Ibarrola no estás sola”. Proclamas que se han colado de refilón en el ambiente, amortiguadas por el jolgorio de una multitud que estaba a otra cosa. El llamamiento de UPN a su militancia, sin autorización de la Delegación del Gobierno para manifestarse en la plaza, no ha empañado ni de lejos la celebración.
“Hoy empieza un nuevo tiempo en Pamplona, un tiempo de progreso, consenso y respeto. Por ello, despediremos a UPN con un silencio ensordecedor. No responderemos a ningún tipo de provocación. Hoy es un día de alegría”, decía la octavilla que se ha repartido por la plaza un buen rato antes del pleno. Dicho y hecho. Los dirigentes regionalistas han entrado al Ayuntamiento con el silencio como respuesta, han salido con la misma naturalidad –allí ya ha habido aplausos, pitos y abucheos a partes iguales– y la mañana ha transcurrido tranquila y sin sobresaltos.
“Mejor tener calma y no hacer caso si la gente provoca”, ha dicho María Victoria Erdozain Garde, pamplonesa que este viernes cumple 76 años. Ella estaba “encantadísima, porque pienso que los cuatro años que ya estuvo Asiron de alcalde hizo mucho y muy bueno. Y ahora a ver si seguimos y no hacemos más párquines y burradas”. Respecto a las críticas de UPN, opinó que “han estado siempre ahí arriba y no quieren dejar de mandar. Y a mí me parece que tienen muy mal perder”, ha dicho.
Pepe Uruñuela, reconocido abogado ya jubilado e implicado en movimientos sociales, ha acudido a la plaza “para celebrar. Es una alegría que nos merecíamos, y tenemos pocas de estas. Pero se tenía que haber hecho antes”, comentó. “El ambiente es de lo más festivo, la gente está tranquila y no hay ningún problema. Al revés. Es una celebración. La pena es que no nos den un chocolatico con churros por el frío que hace”, ha añadido.
Uruñuela se ha mostrado optimista con la capacidad de llegar a acuerdos del nuevo equipo de gobierno. “Tenemos la experiencia de la vez anterior. En estas ocasiones todo el mundo tiene que ceder algo, y es la forma de avanzar. Con lo cual, espero que se consiga avanzar y que tengamos no cuatro, pero tres años y medio de un gobierno con medidas progresistas. Como debe ser”, ha afirmado.
“Es un día alegre, positivo. Y un ejercicio de mayoría democrática que el Ayuntamiento de Iruña y la ciudad va a agradecer”, ha considerado por su parte Xabier Senosiáin, vecino de Mendillorri y miembro de la asociación de vecinos.
"Se está intentando generar crispación, y creo que la sociedad y la mayoría social de Iruña está muy por encima de las declaraciones de Cristina Ibarrola. La demostración que le damos es la fiesta de hoy"
Senosiáin ha percibido en las declaraciones previas de la hasta ayer alcaldesa “resentimiento. Veo que también se está intentando generar crispación, y creo que la sociedad y la mayoría social de Iruña está muy por encima de las declaraciones de Cristina Ibarrola. La demostración que le damos es la fiesta de hoy”.
También le ha dado la bienvenida al nuevo alcalde y le ha deseado “que trabaje por las ciudadanas y los ciudadanos de Iruña, por la gente que más lo necesita. Valentía y adelante”.
Alberto Jáuregui, de la asociación vecinal de San Jorge, ha acudido a la plaza “a dos cosas. Una a despedir a unas personas que han sido fatídicas para esta ciudad durante estos años, que han desmontado servicios esenciales públicos y sin ningún programa se han aprovechado de los proyectos de la anterior legislatura para mantenerse en el gobierno de cualquier manera”.
El segundo motivo era “dar la bienvenida al nuevo gobierno, que representa a las mayorías de esta ciudad y que va a permitir poner en marcha un montón de proyectos para esta ciudad que con el anterior gobierno era imposible, porque ni había actitud ni querían cambiar nada. Ellos tienen una visión de la ciudad como un producto, se han olvidado de que aquí vivimos gente, la mayoría, en barrios de los que no se acuerdan nunca”.
Como otros muchos, Jáuregui seguía la moción de censura conectado al móvil. En la plaza comentaban la jugada: “Ahora habla Txema”, “¡ya está, ya está, se va a votar!”. La multitud aguardaba el final del pleno con impaciencia entre gritos de “UPN kanpora”, “Independentzia”, “Asiron, Asiron” o “jo ta ke irabazi arte”.
Poco después de las 13.00 horas, el pleno ha terminado y, por fin, Asiron se ha asomado al balcón junto con los concejales de EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin que han firmado el acuerdo de gobierno. La plaza ha aplaudido a rabiar y ha aceptado la invitación de la txaranga con el Vals de Astráin cantando el “porque llegaron las fiestas de esta gloriosa ciudad...”.
Tras un par de minutos, los protagonistas han regresado puertas adentro del Ayuntamiento. Ha tenido que pasar casi hora y media, con más paciencia que impaciencia y menos jolgorio, para que volvieran a salir, esta vez a una plaza algo mermada de público. El personal ha vuelto a festejar y ha cantado un “Asiron, urte berri on”.
