El Ayuntamiento de Pamplona y la empresa que se encarga de la gestión de la estación de autobuses mantienen los contactos de cara a solucionar los problemas de filtraciones que se generan de vez en cuando en la zona de los andenes, donde en esos casos ha sido necesario colocar decenas de cubos en el suelo para recoger el agua de las goteras.

Así lo ha comentado este miércoles en la Comisión de Urbanismo el nuevo concejal delegado del área de Proyectos y Movilidad, Borja Izaguirre, que se ha encontrado sobre la mesa un expediente que lleva años dando vueltas a la espera de una solución.

El problema de las filtraciones en la estación de autobuses es antiguo y la imagen de los cubos desperdigados por el suelo para hacer frente a las goteras se repite desde 2014, siete años después de su construcción, cuando empezaron a detectarse las primeras filtraciones que afectaron a varias zonas del complejo, como el espacio comercial y dejaron sin uso varias dársenas.

Los informes técnicos que se elaboraron en su momento apuntaban a defectos en la impermeabilización de la estructura, agravados por la superficie ajardinada, que en episodios de precipitaciones constantes filtra el agua hasta las plantas más subterráneas.

En la pasada legislatura, el entonces concejal delegado Fermín Alonso aseguró que la empresa concesionaria de la estación, Vectalia, había iniciado los pasos administrativos para acometer la reforma prevista, con la solicitud de la licencia correspondiente. El coste aproximado de las obras superaba el millón de euros.

Las discrepancias sobre el origen de las filtraciones y sobre el responsable de su reparación han estado presentes desde el inicio del expediente, que finalmente acabó en la vía judicial.

Recurso desestimado

En 2020, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra desestimó el último recurso presentado por Vectalia, que reclamó al Ayuntamiento una indemnización de 265.498 euros por defectos de ejecución.

La estación de autobuses de Pamplona fue uno de los proyectos arquitectónicos más innovadores (obra de Manuel Blasco, Luis Tabuenca y Manuel Sagastume) por su planteamiento subterráneo y por estar ubicada en el glacis de la Ciudadela.

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Su construcción subterránea permitió ubicar en su parte superior una nueva zona ajardinada de 35.000 metros cuadrados, recuperando el glacis de la Ciudadela. Este parterre es el techo de la estación.

La estación fue inaugurada en 2007 y costó 38,5 millones de euros, de los cuales Gobierno de Navarra y Ayuntamiento costearon 27,5. La UTE Azysa y Gea 21 fue adjudicataria de la gestión de la estación por 40 años, sin embargo, en agosto de 2014, tras declararse Azysa en concurso de acreedores, la gestión pasó en “cesión onerosa” al grupo alicantino Vectalia, a través de sus empresas Autobuses Playa San Juan SA y Subus Grupo de Transporte SL. Pagó 6,5 millones de euros para su gestión los 33 años restantes.