Para Juan Echenique Huarte (Pamplona, 1966), pasear por la capital navarra es casi como hacer un viaje en el tiempo. Al pasar por la Plaza del Ayuntamiento su mente reconstruye el antiguo mercado de la fruta y, cuando lo hace por el Portal de Francia, de la Pamplona amurallada. Una nueva mirada de la ciudad que espera contagiar a los lectores de sus libros Secretos de Pamplona (2022) y Más secretos de Pamplona (2023).  

¿Qué novedades tiene el segundo el libro? 

En la segunda parte se mantiene el formato de los “¿Sabías que...”, donde en el primer libro había un total de 383 curiosidades y en este 318. Las novedades son un apartado exclusivo de fotografías antiguas, Así era Pamplona, del Archivo Municipal, y la sección Pamplona y sus protagonistas, en la que se recupera la memoria de 14 personas muy relevantes en toda la historia de la capital navarra. 

¿Cuál de estas figuras es para usted la más relevante? 

Me quedo con Carlos III, porque el Privilegio de la Unión de 1423 y la unión de los tres Burgos fueron el origen de la Pamplona actual. Se encontró con una situación muy compleja, la gestionó de maravilla y consiguió que Pamplona pasara de ser tres sitios que estaban todo el día entre ellos a la gresca a ser una única ciudad que conoció muchos años de progreso. 

¿Y a qué personaje le ha cogido más cariño? 

Rosa Oteiza, la mujer que sirvió de modelo para el Monumento a los Fueros. Me resulta un personaje muy entrañable por lo injusta que fue la vida con ella. Debía ser una chica de una familia tremendamente humilde y con una belleza fuera de lo común, algo que fue también su ruina. No se sabe si ocurrió antes o después de la creación del monumento, pero ella se convirtió en la amante de uno de los arquitectos, los hermanos Martínez de Ubago, con el que tuvo tres hijos. En aquella Pamplona clasista y machista de principios del siglo XX, él le dejó, continuó con una carrera profesional de éxito, se casó y tuvo más hijos. A los de Rosa se los llevó a San Sebastián, donde él vivía, y a ella la dejó sin sus hijos y con una vida de sufrimiento

¿Qué va a aportar este libro a los lectores? 

Aprender muchas cosas que no conocía antes de leer el libro. A la gente le gusta mucho que le hables de Pamplona y tenemos mucho orgullo de pertenencia, pero en general hay bastante desconocimiento de la historia de nuestra ciudad. Humildemente quiero contribuir un poco a solucionar eso. Además, este libro es muy fácil de leer para todas las edades. La gente joven se enterará de muchísimas cosas que no sabía y los más mayores, a los que creo que más les gusta el libro, les recuerda muchísimo a sus años de la juventud. Me encanta hablar de sitios que ya no existen porque cuando lo haces con gente mayor, como las han vivido, les remueves un poquito los recuerdos

¿Qué cree que podemos aprender en la actualidad sobre el pasado? 

Muchas cosas. En primer lugar creo que la historia, en lugar de reinterpretarla interesadamente, lo que hay que hacer es profundizar y aprender de ella para no repetir los errores. Hay una cosa que me parece maravillosa en el Privilegio de la Unión, en un texto de más de 600 años en el que se pedía borrón y cuenta nueva para empezar de cero. En segundo lugar, también creo que hay una tendencia a juzgar con ojos de actualidad lo que pasaba hace siglos. Me parece un disparate porque no podemos pensar que todo lo que hacemos ahora está bien y es como se tenían que haber hecho las cosas hace 100 años, porque dentro de un siglo pensarán que lo que hacemos ahora son auténticas barbaridades. Tenemos una cierta tendencia a pensar que somos los que mejor funcionamos y los más listos, pero en el pasado hay muchas cosas de las que tenemos que aprender. Es también un consejo para la vida: escuchemos más y juzguemos menos

De todos los secretos, ¿cuál le ha llamado más la atención? 

 Lo antigua que es la celebración de las corridas de toros, de 1385, y de los Sanfermines, desde 1399. Además de otros hechos tan tontos como que, hasta que llegó la luz eléctrica, a finales del siglo XIX, había unas cerillas especiales, más largas de lo normal, para dar tiempo a la gente a subir las escaleras en los portales de lo Viejo. O que durante muchos años en la década de 1940 y 50, el 6 de julio se tiraba el Chupinazo y lo primero que había era una competición de natación en el Arga

¿Ha descubierto algún hecho inédito? 

Siempre se ha dicho que eran las monjas del antiguo Hospital Militar las que sacaban a San Fermín en la cuesta de Santo Domingo para que le cantaran “A San Fermín pedimos...”. Un día me llamó una señora de Pamplona y me dijo que la persona que se había encargado de construir el soporte del santo y de las peñas había sido su padre. Investigué y ambas historias eran ciertas: empezaron las monjas sacando la figura y luego este hombre decidió sacarlo en condiciones.

¿Tiene más anécdotas? 

Hay otra que me gusta mucho, porque tiene que ver con mi padre, que murió de cáncer con 51 años. Las letras de las canciones de las peñas son del maestro Turrillas, pero quienes les pusieron música y voz fueron Los Iruñako, y dos de ellos eran amigos íntimos de mi padre. Hubo un momento en los años 50 que fueron a grabar a San Sebastián un disco con canciones como las de las peñas o el himno de Osasuna, pero les dijeron que tenían que alargar la última para completar el espacio del vinilo. Era la de La Única y ese año a mi padre le había cogido el toro en el encierro, bastante seriamente, y Joaquín Zabalza, acordándose de mi padre, añadió “A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición”. Cada vez que escucho cantar esa canción se me pone la carne de gallina. 

Escribir estos libros tendrá una gran labor de investigación.  

Tremenda. Hay miles de datos y me he esforzado muchísimo como periodista en tratar de que sean rigurosos. Si fallas la credibilidad se diluye. 

¿Habrá una tercera parte de ‘Secretos de Pamplona’? 

Sí, y de hecho está ya en fase de edición, así que esperamos que en mayo o junio de este año salga a la venta. Pero este ya es el último. Como adelanto puedo decir que en el primer libro había 383 curiosidades, en el segundo 318 y en el último habrá 300, lo que suman un total de 1001. De forma que los lectores de los tres libros conocerán 1001 hechos interesantes de Pamplona.