Un informe del Servicio de Jardines municipal que se adjunta en el expediente del concurso para la reforma del paseo de Sarasate concluye que las obras de reurbanización del paseo realizadas en el año 2011, de la mano de UPN, "modificaron las condiciones de vida del árbolado existente en el mismo", de tal manera que "las afecciones producidas" tanto en esa actuación de 2011, como en las múltiples intervenciones realizadas, "han ocasionado el deterioro del sistema radical de algunos árboles", es decir del sistema radicular o raíces, y lo que es peor, "que incluso han supuesto la inclinación súbita y caída de dos de los ejemplares del paseo" el año pasado.

El informe recuerda que en el paseo de Sarasate hay en la actualidad 77 árboles de 6 especies: Celtis Australis (23), Celtis occidentalis (7), Platanus Hybrida (1), Tilia platyphilos (7), Tilia tomentosa (38) y Ulmus pumila (1). 

Firmado por el Servicio de Zonas Verdes municipal (el jefe y un técnico), el estudio recuerda que el arbolado de Sarasate forma parte del Patrimonio Natural de Pamplona, y “así queda recogido bajo Grado de Protección 2”. 

El análisis cita que durante el siglo XX, los árboles (antes olmos, y tras la enfermedad, almeces y tilos), estaban "plantados en parterres de césped, ligeramente elevados y con algún arbusto puntual", pero la intervención de 2011, de la mano de UPN, les afectó seriamente.

Jardinera metálica que incluyó UPN en la reurbanización de 2011. Javier Bergasa

Explica, así, que en el año 2010-2011, se ejecutó "el proyecto paisajístico de la zona central del Paseo, que transformó la imagen de los parterres laterales". De esta manera, "se generó una nueva orografía, con lomas y taludes de césped sustentados por borduras y muros de acero corten", que, según añade, "cambiaba completamente la percepción del espacio". Así, "se conservaron los árboles y se plantaron grandes masas arbustivas de diversas especies y se generaron zonas acolchadas de áridos con adherente resinoso", precisa el informe.

Un diseño que afectó y cambió "sus condiciones de vida" 

Porque si bien el proyecto mantuvo el arbolado, le ocasionó serias afecciones: “El proyecto conservó los árboles en su sistema actual, pero sí que el propio diseño afectó y cambió las condiciones de vida". Por varias causas importantes: "Debido a un aporte de tierras que enterró el cuello y los sistemas radiculares”, a “una instalación de riego automático con aportaciones de agua superficial y frecuente” y a “una apertura de zanjas para el paso de instalaciones con afecciones a los sistemas radicales”.

Se explica, asimismo, que "pasados 12 años desde la actuación realizada, se ha producido una rápida degradación de los parterres, debido principalmente a la enorme presión e intensidad de uso del espacio público, que ha provocado la necesidad de reurbanizarlo".

Pudrición de las raíces

Todo ello ha tenido sus consecuencias, algunas irreversibles, en la vida del arbolado: "Se ha constatado que la modificación de las condiciones urbanísticas del entorno del arbolado, anteriormente descritas, provoca un deterioro en su sistema radical de sustentación", un "aspecto contrastado tras la necesidad de apeo y vuelco controlado de dos árboles el pasado verano de 2023", tras "sufrir estos ejemplares una inclinación súbita por motivo de pudrición de sus sistemas radicales, achacable a las obras de reurbanización ejecutadas en el pasado y a las continuas intervenciones en su entorno sin aplicar las oportunas medidas de protección".

Por todo esto, se concluye que aquellas “afecciones producidas tanto en la reforma de 2011 como en las múltiples intervenciones han ocasionado el deterioro del sistema radical de algunos árboles, que incluso han supuesto la inclinación y caída de dos de los ejemplares”.