‘Galería’, cuatro décadas de la revista de la cárcel de Pamplona
Voluntarios de Pastoral Penitenciaria propician este espacio para que los presos de la penitenciaría navarra escriban / Suma 274 números y se imprimen 500 ejemplares
Este mes de diciembre cumplirá 40 años, por su taller han pasado alrededor de 500 internos y suma 274 números. De publicación bimensual, la revista Galería imprime medio millar de ejemplares -se envían 200 más en pdf- y se reparte en librerías de Pamplona, colegios, parroquias y, por supuesto, la cárcel de Pamplona. El lugar donde nació con un objetivo: ofrecer una actividad. “La revista busca que al preso al que le guste escribir tenga un medio de publicación. No es un cauce reivindicativo ni de adoctrinamiento de la Iglesia Católica, a pesar de que siempre la ha financiado”, dice Antonio Fernández, voluntario de Pastoral Penitenciaria Navarra vinculado desde hace dos décadas a la revista, ahora cotejando textos.
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Galería surgió en 1984 a iniciativa del entonces capellán Antonio Azcona Munilla. “En aquella época no había actividades en la cárcel, él la ingenió y el centro colaboró facilitando la iniciativa”, añade Antonio. Nació de forma “muy rudimentaria. Escribían a máquina, hacían fotocopias... Tenía 16 páginas. Era algo novedoso, el centro no impulsaba mucho la idea, pero nunca puso ninguna pega”, cuenta. Más adelante, “la cárcel se dio cuenta de que era muy conveniente para los presos tener una actividad, y ya se inició como una actividad patrocinada por la cárcel, como un taller. No de elaboración de material de la revista, sino de textos”. En el taller semanal participan “libremente los que quieren, de todos los pelajes. No hay cortapisa de ningún tipo”, asegura.
María Jesús Irigoyen -12 años como voluntaria en la cárcel y desde 2018 delegada de la Pastoral y responsable de su coordinación- recuerda cómo al principio los voluntarios se encargaban de maquetar. Hace 7-8 años se “profesionalizó, mandamos todo a una imprenta para dar un poco más calidad y un poco más vida”.
“El taller es uno más de los que hacemos. Pasamos por los módulos, en este momento en tres módulos de hombres y en el de mujeres. Vamos dos voluntarios, llevamos un artículo o un tema y lo leemos entre todos, lo debatimos... Y quien quiere escribe sobre eso, quien quiere no escribe... Los talleres son nuestra manera de trabajar con ellos. Son una excusa para atenderles, para escucharles, para acompañarles... Somos ese hombro en el que llorar o ese oído que escucha lo que ellos necesitan”.
La labor de voluntariado
Cerca de 50 personas participan como voluntarias en las distintas actividades que realiza Pastoral Penitenciaria en la cárcel. María José escuchó sobre este voluntariado en una reunión en el Arzobispado. “Yo no había pensado en la cárcel para nada. Llevaba mucho tiempo en mi parroquia, en grupos de adultos, y sí que estaba dándole vueltas a esa necesidad de no solo formarme, sino de moverme, de ponerle patas a mi vida”. Se animó y desde entonces ha recibido “mucho más de lo que he dado. Con todo lo que pensamos que vamos allí a hacer maravillas, los que hacen maravillas son ellos en nosotros”. Ella ha aprendido “a no juzgar". "Porque, ¿qué me hubiera pasado si yo hubiera vivido su vida? ¿Cómo hubiera estado? A los chavales, a mis hijos y a los jóvenes, les digo; ‘nos os podéis hacer idea de lo fácil que es entrar en la cárcel, qué línea más fina separa los que están dentro de los que estamos fuera. Creo que todo el mundo tendríamos que conocer la realidad de la cárcel, cambiaríamos nuestra forma de pensar”, argumenta.
Por su parte, Antonio escuchó una conferencia del antiguo capellán sobre este voluntariado “y me quedé con la copla. Lo que oí me tocó. Pensé que era un campo muy interesante. Estuve dos años dándole vueltas y luego ya me incorporé”. Lo hizo principalmente porque “nosotros tenemos claro que Jesús de Nazaret dijo: ‘Estuve preso y vinisteis a verme’. No somos predicadores. Vamos y estamos con ellos. Lógicamente, si hay que dar una opinión sobre determinados temas, vamos a dar la de nuestra iglesia”. A él esa labor también le ha aportado “muchísimo". "Veo a la gente de distinta manera. Veo que tiene sentido ese ‘estuve preso y vinisteis a verme’, tiene sentido ‘tuve hambre y me disteis de comer’, tiene sentido ‘estaba desnudo y me vestisteis’... El mensaje de Jesús de Nazaret tiene sentido. Tú das, pero recibes muchísimo de ellos. Cómo se sinceran, cómo se abren de par en par... No preguntamos nunca por qué estás aquí. Para nosotros es la persona, no los hechos. Con el tiempo, te vas dando tú y se van dando ellos, acaban diciéndote por donde van y ya está”.
"Hay gente que no ha tenido nunca un regalo"
Un club de lectura, grupo de teatro, catequesis, grupos de oración, de acompañamiento a las eucaristías o los Reyes Magos figuran entre las actividades de voluntariado de la Pastoral. En Reyes “preparamos un paquete con el mismo regalo para todos los internos, los 400. Los llevamos el día 5 a la noche, unas veces nos dejan ponerlos en la puerta de cada chabolo, otras solo que los descarguemos... Antes del último recuento les abren un poco la puerta para que puedan coger el regalo. Hay gente que no ha tenido nunca un regalo”, explica María Jesús.
Otro grupo se encarga de actividades fuera; una visita guiada por el Casco Viejo, otra a las Musas de Arellano, al estadio de Osasuna... y el Camino de Santiago.
“Este es el tercer año que se organiza el camino penitenciario carcelario, con 15 cárceles del país apuntadas. Unas 200 personas estarán en Santiago. Quedan en octubre el día de llegada y cada cárcel, dependiendo de su presupuesto, la distancia... decide cuántos días”. Desde Pamplona viajarán seis internos, cuatro voluntarios y dos funcionarios. “Salen por la mañana y llegan a dormir a Pontevedra. A la mañana siguiente hacen la primera etapa. Son cuatro etapas y el sábado se juntan todos en el Monte do Gozo para entrar a la catedral los 200”, comenta María Jesús.
En Pastoral Penitenciaria les preocupa el después de los internos, qué pasa cuando salen de la cárcel. Por eso piden “una formación básica manual. Como esas escuelas talleres que organiza el Ayuntamiento, de fontanería, etc... Se trata de que cuando salgan de allí puedan hacer algo. Eso es lo que falta en este momento y de las cosas que más demandan los internos”, cuentan. Y para participar como voluntarios, al igual que hacen ellos, aseguran que “solo hace falta estar cercano a la Iglesia y tener disponibilidad”.
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