En el cruce invisible entre Iruña y Gaza sobrevuela Yala, una palabra en árabe que significa vamos y que en Navarra se ha convertido en un grito para la lucha colectiva. O, más bien, en un eco para quebrar el silencio y hablar del genocidio que se está produciendo en Palestina a manos del estado de Israel. Yala Nafarroa nació en noviembre de 2023 como un pulso humanitario a modo de plataforma social que ha tejido una red de más de 1.700 personas y 225 colectivos. Y luchan bajo un clamor claro: el alto al fuego inmediato, que se ponga fin al bloqueo en la franja de Gaza, la denuncia contra la ocupación, las graves violaciones del derecho internacional o el apoyo humanitario a través de diferentes campañas de sensibilización. Una de sus próximas intervenciones será en el balcón del Ayuntamiento de Pamplona para que todo el mundo vea que, debajo del pañuelico de San Fermín, caen tres franjas -negra, blanca y verde- que completan la bandera de Palestina. Por tanto, que esta plataforma lanza un cohete al cielo, pero también un mensaje claro: que no hay que olvidarse de lo que duele ni se abandona a quien resiste.
Para eso Navarra tiene las raíces hondas. De hecho, tal y como asegura Lidón Soriano -portavoz-, la génesis de esta plataforma se fraguó gracias a que muchas personas que trabajaban en distintos espacios destinados a la cooperación y la solidaridad, se unieron después del primer bombardeo a uno de los hospitales de Gaza. “Decidimos juntarnos, nos reunimos y diseñamos esta idea”, cuenta.
Se trata de un espacio con el que “sentirse parte. Queríamos crear un espacio amplio y transversal para que, quien quisiera, se pudiera unir”, apunta. La simbología de Gaza traspasó fronteras y expectativas y Yala Nafarroa se convirtió en una marca para las y los miembros de la plataforma y la gente de los pueblos -por ejemplo, se ha creado Yala Tafalla o Yala Erribera- y para otras zonas en las que se han realizado actividades en nombre de la plataforma. “Se podría decir que la marca ha cogido vida propia y se han adherido personas de un abanico político muy amplio; de derechas, de izquierdas, que no se consideran partidistas... una variedad que buscábamos desde el principio”, explica. Así, en diciembre de 2023 convocaron su primera manifestación y comenzaron a dar sus primeros pasos a través de diferentes campañas de sensibilización.
Cisjordania y Jerusalén
El número de asesinados desde el inicio de la operación militar israelí ya supera los 57.000 y no parece que el conflicto vaya a cesar en un futuro inmediato. Soriano lo trata de describir como algo “terrible”, pero reconoce que el término no llega a expresar con total precisión la magnitud de la masacre. Porque no solo es en Gaza. También se está produciendo un exterminio en Cisjordania y en Jerusalén, “pero no son un foco tan mediático. Pero ya solo en Cisjordania más de 30 aldeas y pueblos han sido completamente expulsadas de sus hogares. Y esto forma parte de la limpieza étnica del proyecto colonial”, expresa.
En ese sentido, recuerda que los días 13, 14 y 15 de junio fue invitada al I Congreso Judío Antisionista en Viena, en donde conoció a supervivientes del Holocausto que, con 93 años, mostraban su frustración porque “se han pegado toda la vida luchando para que no volviera a suceder lo que ellos sufrieron y lo están viendo con sus propios ojos. La indignación y la frustración es compartida por cualquier persona con un mínimo de conciencia y corazón”, sostiene y, acto seguido, añade que “quien no quiere detener un genocidio -se cometa sobre quien se cometa- no tiene alma”. Y pese a la frustración, la impotencia y el dolor, ella siente algo de satisfacción porque sabe que está en el lado correcto de la historia. Aunque todo esfuerzo sea poco, aunque haya que realizar grandes sacrificios. “Es que estamos hablando de parar un genocidio. Y eso solo se va a frenar si se detiene a Israel. La ONU, el Tribunal de Justicia de la Haya o las organizaciones de derechos humanos están lanzando un mensaje claro, que es que hay que romper todo tipo de relaciones con Israel”. Sin embargo, muchos gobiernos dan su palabra y prometen frenar sus acuerdos, pero no se traduce en hechos.
En ese sentido, Soriano reconoce que el Ejecutivo foral ha sido “valiente” porque ha impedido diferentes acontecimientos que propician una relación con el estado sionista, como por ejemplo, no permitiendo su participación en la Eurocopa de Softball o revisando todos los acuerdos que mantienen con las empresas israelíes. Con todo, “hay que seguir empujando porque Israel juega al desgaste”. Por eso, cuando les anunciaron que iban a ser los encargados de tirar el chupinazo, muchos amigos palestinos les dijeron que eran una “fuente de energía e inspiración” ante un momento de absoluta crudeza, cansancio y desesperanza. De hecho, el historiador israelí Ilan Pappé -referente de la lucha palestina y autor de La limpieza étnica de Palestina- les dijo: “Lo que habéis conseguido en estos momentos terribles es esencial para continuar con la lucha”. Y eso es lo que quieren demostrar el 6 de julio, cuando todos los medios de comunicación se hagan eco de la plataforma y trasladen un mensaje de solidaridad con la causa palestina. Por un lado, según comenta Lidón, se demuestra que la sociedad pamplonesa ha hablado “alto y claro” y está diciéndole al mundo que se encuentra a favor de los derechos humanos, del derecho internacional y que “no soporta el genocidio”. Y, a su vez, también se manda el mensaje de que hay que frenar el genocidio cuanto antes. “Que estamos con el pueblo oprimido no desde hace dos años, sino desde hace 77”, defiende.
El despertar palestino
Durante décadas, la causa palestina fue tratada con cautela -en ocasiones a tientas, intentando minimizar el conflicto-, pero de un tiempo a esta parte -en el que mucha gente ha alzado su voz para pedir que se deje de derramar la sangre de la población de miles de civiles- se ha roto el cerco mediático y han surgido diversas olas de apoyo que no soportan ver cómo los edificios se reducen a polvo, cómo los niños mueren por desnutrición o porque llueven bombas y balas a cada instante. Pero no todo el mundo mira. O no todo el mundo quiere mirar. Aún hay quienes persisten en minimizar el conflicto y en apuntar que es un tema político o que es un tema que se está sobredimensionando. “La ignorancia es amplia y gratuita. Cualquiera que sepa un mínimo de lo que pasa allí -hay mucha bibliografía tanto sionista como antisionista- sabe que esto es algo que no debería ocurrir porque se están poniendo en juego las vidas de muchos inocentes”, dice.
Y Yala Nafarroa es una plataforma que late fuerte por la lucha del pueblo palestino. Por eso, desde su configuración como plataforma han trabajado a través de la sensibilización, la acción (manifestaciones, conciertos alternativos en Eurovisión o fines de semana de deporte) y la política. “Hemos hecho campañas para que la población conozca qué está sucediendo en la franja, pero también hemos recogido fondos que se han destinado a asociaciones palestinas con las que trabajamos desde el principio” -como la unión de agricultores o la Unión de Mujeres Palestinas desde Gaza (UPWC)- “o con el Hospital Awda, en el que he trabajado varias veces y que fue destruido el pasado 22 de mayo”. Esta fue una de las actividades que se extendió al resto de los pueblos navarros, quienes realizaban actividades de dos horas de duración y lo recaudado lo enviaban a Palestina.
En lo que respecta a la acción política, su trabajo se relaciona con la comunicación y la presión a los políticos para que aprueben mociones donde se comprometen a romper contratos con Israel, entre otras cosas. “Hemos estado como un martillo pilón hasta llegar al punto en el que estamos, que es sorprendente, pero insuficiente”, asegura Lidón.
Oscuro pero esperanzador
La portavoz de Yala Nafarroa reconoce que el futuro inmediato se proyecta “oscuro”, pero también “esperanzador” porque “necesitamos tener y transmitir un optimismo estratégico. Esta brutalidad no es sostenible en el tiempo y, si la humanidad lo permitiera, dejaría de ser humana. Nos tenemos que negar a ese pensamiento”, sentencia. En especial, porque la lucha se sigue escuchando en Palestina a pesar de los pitidos tras las bombas -de los sonidos de muerte- y confían en que el resto del mundo les ayudará a escapar del genocidio. “Hacemos acciones, les mandamos imágenes a las personas que están en la franja y lo agradecen muchísimo porque es un pueblo vital, alegre, hospitalario y con mucha resiliencia”, apunta. Incluso, es una población que, a pesar de que tienen que sobrevivir a una masacre, “no se ancla en el rencor”. Pero sí buscan justicia y que el mundo conozca lo que les están haciendo. “Cuando fui, me hacían fotografiar todo y me decían que contara la crudeza de lo que estaba viendo. Y tienen mucho miedo de ser olvidados”, concluye. Pero eso no pasará mientras permanezca un aliento de humanidad o el eco de la memoria colectiva en las voces de los activistas, de personas comprometidas con la causa. De Yala Nafarroa, una plataforma que lucha con uñas y dientes por quienes resisten. Yala, Palestina.
Fundada en 2023. Yala Nafarroa apareció en 2023 como una plataforma en apoyo con el pueblo palestino que tenía como objetivos fundamentales el alto al fuego, el fin al bloqueo en la franja de Gaza, la denuncia contra la ocupación y las graves violaciones o el apoyo humanitario a través de campañas de sensibilización. Actualmente, cuenta con una red de más de 1.700 personas y 225 colectivos, entre las que se incluyen empresas, entidades y coordinadoras de diferentes ONGs, con quienes también colaboran a través de actividades, campañas de sensibilización y recaudación de fondos.
57.000 asesinados. Según el Ministerio de Salud del territorio, han fallecido más de 57.000 personas desde que comenzó el conflicto entre Hamas e Israel el pasado 7 de octubre de 2023, entre los que se incluyen civiles e infinidad de niños y jóvenes. El resto de la población se ha visto obligada a exiliarse del territorio y migrar a otras zonas del mundo mientras el estado israelí trata de realizar un exterminio total.
No solo Gaza. A pesar de que gran parte del foco mediático se encuentra centrado en la franja de Gaza, los territorios de Jerusalén y Cisjordania también se están viendo afectados por este conflicto. De hecho, la portavoz de Yala Nafarroa menciona que hay 30 pueblos y aldeas de Cisjordania que han sido expulsados de sus hogares y, por tanto, ocupados por el ejército israelí. De hecho, las últimas ofensivas militares en esta zona están dejando centenares de fallecidos.