Un soleado domingo brindó a San Fermín de Aldapa una mañana bellísima. La comunión entre dantzaris, la Pamplonesa, los gigantes y la procesión crea un ambiente inigualable en las calles del Casco Viejo de Pamplona. Una fecha señalada para muchos en el calendario, dado que mantiene el condicionante clave de ser “unos sanfermines para los de casa”. Unas fiestas que, sin tantas aglomeraciones, fundamentan en mayor medida la pasión y disfrute de los pamploneses con el programa tradicional.

Si bien es difícil tratar de utilizar adjetivos para manifestar la grandeza de este domingo, detrás de toda la organización y de cada evento del programa sí se pueden poner nombres. Nombres que agitan, desde hace tantos años, las almas de muchos vecinos y vecinas que, desde que tienen uso de razón, no se pierden el último domingo de septiembre. Entre muchos otros, en ese listado de nombres, sin los cuales las fiestas no podrían ser tan atractivas y para la gente, está el de Manuel Gurucelain.

Manu Gurucelain, portador de San Fermín desde hace 37 años, posa junto a los gigantes en la antigua iglesia de Corazonistas.

Pamplonica de toda la vida, colocó por primera vez a San Fermín sobre sus hombros a los 14 años. 37 años después de aquella primera vez, sigue participando en la procesión de domingo de San Fermín Txikito. “Es algo más que una tradición, para toda nuestra familia significa algo muy especial”, señala. Y es que, ayer fue una fecha especial para Gurucelain. Su hijo Diego portó por primera vez a San Fermín de Aldapa por las calles de lo viejo, algo que ya hizo su sobrino el pasado año. “Es algo muy bonito para la familia, aquí puede venir cualquiera y llevar a San Fermín, porque es una procesión del pueblo y para el pueblo, y los txikis, al ver a los mayores hacerlo, quieren seguir con la tradición”, aclara. Familia, tradición y pueblo.

Tradición y pueblo

Aclarado el contenido familiar de esta historia, se ve necesario ahondar en la tradición y la unión con su gente.

La procesión de San Fermín Txikito es una cita que nadie se puede perder en estas fiestas. Ni en las grandes ni en las pequeñas. Son parte esencial del programa y congregan a muchas familias por las calles del Casco Viejo, que pasean al son de La Pamplonesa. “Es especial porque seguimos saliendo para recordar el esfuerzo de nuestros mayores que lucharon para que esta procesión siga en pie”, recuerda Gurucelain. 

“Una tradición que, se define de tal manera porque la gente responde. Pasear con San Fermín de Aldapa por las calles repletas de gente, que aplauden y vitorean al Santo, no tiene precio. Además, la gente siempre está ahí. Hoy que ha hecho bueno, se ha animado mucha gente, pero es que el año pasado, que llovió fuerte, tuvimos un apoyo descomunal”, añade.

La Comparsa de Gigantes y Cabezudos, La Pamplonesa y el grupo de dantzas Duguna / Iruñeko Dantzariak hicieron honor al santo e la jornada de este domingo.

En este día grande de San Fermín de Aldapa, los primeros en salir a la calle fueron los gigantes y cabezudos, que a las 11.00 horas abandonaron el palacio de Ezpeleta y recorrieron la calle Mayor hacia la calle Eslava, San Francisco, plaza del Consejo, Nueva, Plaza Consistorial, Santo Domingo, Mercado, Cuesta del Palacio y 2 de Mayo, donde se unen a la procesión. Duguna se unió a las 11.30 horas, generando un escenario inigualable.

Y a las 12.15 horas, las calles Dos de Mayo, Carmen, Aldapa, Zacatín, Mañueta, Curia, Navarrería, Carmen y la Basílica, vibraron con San Fermín alzado hacia el cielo. Gracias a familias como la Gurucelain, la tradición, el pueblo y la fiesta siguen sonriendo de la mano.