La IX Feria de la Edición de Navarra ha bajado hoy su persiana después de cinco días de grandes ventas y más de treinta actividades que han girado en torno al libro y la creación literaria en el Bosquecillo. Catorce editoriales de kilómetro cero han sido las encargadas de deleitar a cientos de amantes de la lectura de todas las edades y de todos los gustos.

Sin embargo, tal como ha asegurado Aritz Otazu, presidente de Editargi y responsable de la editorial Mintzoa, “los más fieles han sido a partir de los 45 años y la mayoría han venido en busca de la historia local”

“El balance que hacemos de esta edición es muy buena, las ventas han ido fenomenal y han sido muy similares respecto a años anteriores. Los días más fuertes han sido el viernes y el sábado por la mañana”, ha declarado Otazu.

Los beneficios económicos no son los únicos objetivos de las editoriales participantes. “Sobre todo, queremos acercar la lectura a los críos y a la gente joven. Hacer presentaciones literarias y que el público vea qué tipo de libros hay, los compre o no”, ha continuado el presidente. 

“Sobre todo, queremos acercar la lectura a los críos y a la gente joven. Queremos que lo disfruten”

Aritz Otazu - Presidente de Editargi

A pesar de conseguir unos resultados muy similares a las ediciones pasadas, la nueva ubicación, tal como ha corroborado Otazu, ha frenado la curiosidad de los pocos supervivientes que siguen prefiriendo el olor a papel recién comprado frente al click instantáneo del libro electrónico.

“El Bosquecillo es un sitio de paso, lo transita mucha gente pero se para muy poca a ojear. El paseo Sarasate, en cambio, tiene muchos más comercios y, con la excusa, la gente igual compra algo o se detiene más a cotillear los títulos”, ha explicado Otazu. 

Pero las pasiones, las de verdad, no entienden de límites ni fronteras. Así, los “drogadictos de la lectura” han visitado a los títulos de firma navarra sin importar dónde se encontraban. “Vengo a por obras que no están en el circuito normal. Tengo varios libros en mente y, claro, debo de pasarme un buen rato a ver porque hay muchos que no los ofrecen las grandes editoriales”, ha expresado Iosu Chueca, lector.

 El amor por las historias y las aventuras se madura con los años. Sin embargo, se cosecha durante la infancia. Así, esta feria ha alcanzado, según Otazu, unos resultados “espectaculares” con las dinámicas para los más txikis. “Tener un espacio para los pequeños está muy guay y es todo un éxito”, ha atestiguado Dianada Arboniés, encargada de los talleres infantiles.

“Es verdad que el año pasado, por la ubicación, hubo mayor afluencia, pero estamos muy contentas”, ha añadido la trabajadora. “Esta vez han llegado niños que leen mucho, más que otros años. Estoy muy sorprendida y feliz por esto”, ha continuado Juana Sánchez, responsable de los colegios participantes en la feria y empleada en la editorial Pamiela. 

El frío y la lluvia no ha impedido hoy poner el broche final a una jornada cargada de ilusión, cercanía y de un interés, cada vez mayor, por conocer la cultura y la historia de las raíces de la Comunidad Foral. Una feria que, año tras año, no dudará en regresar. “Estos días son muy importantes para nosotros. Queremos que siga funcionando y que la gente conozca más el gran catálogo de las editoriales navarras. Merece mucho la pena”, ha concluído Otazu.