El colegio Regina Pacis de Burlada se ha llenado hoy de emoción y reencuentros con motivo del 30º aniversario de la Asociación Juvenil Zagales, un movimiento que ha acompañado a generaciones de niños, niñas y jóvenes del municipio desde los años noventa. La jornada ha comenzado con una misa y ha continuado con un acto de bienvenida que ha reunido a antiguos monitores, familias, hermanas capuchinas y vecinos que han querido celebrar tres décadas de compromiso educativo y comunitario.
“Es un orgullo abrir este acto. Zagales sigue vivo después de 30 años gracias a quienes han creído en este proyecto”, ha expresado Diego Lafuente, actual presidente de la asociación. Con la voz entrecortada, Diego ha agradecido al Instituto Navarro de la Juventud, al Ayuntamiento de Burlada y, sobre todo, “a las familias, monitores y monitoras que generación tras generación han apostado por esta asociación”.
Ha sido el presidente de Zagales quien ha coordinado durante meses los preparativos del aniversario, que ha incluido un lunch comunitario, stands solidarios con entidades –participaron la Asociación Española Contra el Cáncer o la Asociación Española del Síndrome de Mowat Wilson, entre otros– hinchables para los pequeños, una comida popular y un bingo musical.
“Todo está pensado al detalle. Han venido más de 200 personas y seguimos sumando. Tenemos hasta ambulancia, aunque espero que no trabajen”, ha contado satisfecho. La emoción de Zagales se ha mezclado con el bullicio de un patio ya preparado para, como él mismo ha declarado, la verdadera fiesta, “el compartir como la familia que somos este gran día juntos”.
Entre aplausos, la hermana Isabel Baldizáin, superiora de la comunidad de Burlada, ha recordado los orígenes del grupo. “Zagales nació aquí, en este colegio, hace más de treinta años, antes incluso de constituirse como asociación. Es parte de la historia de Regina Pacis y de su carisma”, ha declarado Baldizáin. La religiosa ha hecho, también, memoria de la llegada de las hermanas terciarias capuchinas al municipio en 1943 y del crecimiento del colegio desde entonces.
“Ser Zagales implica, sobre todo, estar al lado de los más desfavorecidos, siendo siempre solidarios, generosos, poniendo en el centro a la persona que necesita ayuda. Es decir, estar al servicio de la ayuda humana y eso habéis hecho todos estos años”, ha añadido Baldizáin. Así, la hermana ha insistido en que más que nunca, la juventud no ha de perder la fe, ya que, como ha expresado, “hay futuro y hay esperanza. Solo puedo decir gracias a esta asociación por hacerlo posible”.
“Ser Zagales implica, sobre todo, estar al lado de los más desfavorecidos, siendo siempre solidarios y generosos"
La emoción se ha mezclado con las risas de los más jóvenes y el orgullo de los veteranos. Juana Murcia, hermana capuchina, ha lanzado un mensaje lleno de simbolismo. “Treinta años es la edad perfecta. Es la edad en la que el padre Luis Amigó fundó las terciarias capuchinas. Es tiempo de vitalidad, de sueños y de seguir emprendiendo. Por eso os digo como el Papa Francisco: haced lío, pero del bueno”, ha defendido la veterana. Sus palabras fueron acogidas con sonrisas y aplausos por parte de los monitores y las familias.
Desde el escenario, Joana Eguillor, concejala del Ayuntamiento de Burlada, ha querido destacar el valor del voluntariado. “Lo más valioso que alguien puede dar es su tiempo, porque no vuelve. Y estas personas lo entregan para acompañar a los niños y jóvenes del pueblo. Es impagable”, ha sostenido Eguillor. Su intervención sirvió para poner rostro al esfuerzo silencioso de quienes, semana tras semana, organizan juegos, convivencias y campamentos.
Las actuales monitoras Amaia Soler y Andrea Roldán son ejemplo de esa continuidad. Ambas comenzaron como alumnas y hoy acompañan a los grupos más jóvenes. “Trabajamos valores como el compañerismo y el trabajo en equipo, pero siempre de forma práctica, con actividades y juegos que les hacen implicarse de verdad”, ha explicado Roldán.
“Ahora hay más chavales y, sobre todo, se mantienen hasta el final. Muchos quieren luego ser monitores. Eso demuestra que el espíritu sigue vivo”, ha añadido Roldán. “Como cada año innovamos y hacemos varias dinámicas nuevas en las actividades, somos cada vez más”, ha coincidido Lafuente.
Esta asociación se ha convertido para muchos jóvenes en mucho más que un espacio de convivencia, y ha pasado a significar una escuela de vida. “Zagales es unión, esa es la palabra. Los valores que se trabajan aquí favorecen muchísimo a los chavales. Aprenden del trabajo en equipo, del compañerismo o de los valores propios del cristianismo. Esto les ayuda muchísimo en su día a día; a sacar lo mejor de ellos mismos”, ha subrayado Soler.
“Los valores que se trabajan aquí favorecen mucho a los chavales. Aprenden a ser compañeros y ayudar al otro”
La asociación, que agrupa a un centenar de participantes de entre quinto de Primaria y cuarto de la ESO, mantiene el mismo objetivo que la vio nacer: educar desde la fraternidad y el compromiso social. “Zagales significa compañerismo, amor y fraternidad”, ha resumido Lafuente, que no ha escondido su deseo de futuro. “Ojalá dentro de otros treinta años nos volvamos a reunir aquí. Que sigamos cumpliendo años”, ha incidido el presidente.
Al terminar el acto, entre risas y abrazos, el patio del colegio se ha transformado en un pequeño reflejo del pueblo que lo vio crecer: familias, religiosas y jóvenes compartiendo mesa y recuerdos. “La mejor palabra es gracias”, había dicho Baldizáin. Y esa palabra, repetida una y otra vez, ha sido el eco que ha cerrado la mañana en Regina Pacis.