Me ha alegrado saber que el pasado 7 de octubre la Comisión de Asuntos Ciudadanos del Ayuntamiento de Pamplona acordó la elaboración de un informe y de una propuesta técnica sobre delimitación de los barrios de la ciudad. Hace dos años y medio llamé la atención sobre la inexistencia de una división oficial y sobre que el propio Ayuntamiento utilizara criterios cambiantes y contradictorios sobre cuántos y cuáles son los barrios sobre los que ejerce competencias (“¿Cuántos barrios hay en Pamplona?”, DIARIO DE NOTICIAS, 19 de febrero de 2023).

El resultado

Al mismo tiempo, me preocupa el buen resultado de esa iniciativa. Entre que publiqué mi artículo y el momento presente, en la web del Ayuntamiento se ha incluido un mapa con una división en barrios que coexiste con otros listados distintos en otros apartados de la misma web. Es de agradecer que ese mapa vaya acompañado con datos sobre población y demografía extraídos del padrón municipal, pero espero que no sea oficializado ya que creo que contiene una división en barrios poco acorde con la realidad histórica, geográfica y sociológica de Pamplona. Dejaré aparte anomalías evidentes como incluir Beloso Alto en los Ensanches, Beloso Bajo en la Txantrea o Erripagaña en Mendillorri, y opciones tan discutibles como incluir Berichitos en Ermitagaña-Mendebaldea, la Magdalena y Aranzadi en la Txantrea, Landaben en San Jorge o el Sadar/Sario en Milagrosa-Arrosadia. Me voy a centrar en el barrio en el que vivo, Azpilagaña. Los límites que se le señalan en el citado mapa me resultan especialmente desatinados.

Azpilagaña vista desde Donapea. Foto: Miguel Izu

Azpilagaña

En virtud de dicho mapa, Azpilagaña, visto de norte a sur, se extendería entre la plaza de los Fueros y el límite con el casco urbano de Cordovilla. No sé si entre mis vecinos los hay con ardores expansionistas, yo no los padezco, si fuera el caso supongo que estarían muy contentos de ver multiplicada la superficie del barrio por ocho, absorbiendo terrenos hasta ahora considerados como parte de Abejeras, Milagrosa, el Sadar o Donapea. En particular, se le adjudica todo el terreno intercambiado hace dos años con la Cendea de Galar en Donapea y que, obviamente, nunca fue Azpilagaña, ya que ni siquiera fue nunca Pamplona.

Terrenos de Donapea recién incorporados a Pamplona vistos desde Cordovilla. Foto: Miguel Izu

Historia

Hagamos un poco de historia. Azpilagaña surge como barrio en la década de los 80 (el doctor Arazuri, en su Pamplona: calles y barrios, editado en 1979-1981, ni lo menciona), con una rápida urbanización y edificación de lo que hasta entonces habían sido campos de cereal. Este desarrollo surge a consecuencia del Plan Parcial de Ordenación del polígono “Azpitagaña”, que en 1972 el Ayuntamiento rebautizó como “Azpilagaña”, por entenderla una grafía más correcta; ambas son variantes de un antiguo topónimo recuperado por el planeamiento urbanístico. Este plan, en desarrollo del Plan General de Alineaciones y Ordenación Urbana de 1957, se comienza a elaborar a mediados de los años 60, desvinculado del llamado “Plan Sur” que afectaba a Milagrosa-Arrosadia-Sadar, pero sufre distintas incidencias administrativas y judiciales, incluida una sentencia del Tribunal Supremo de 1977, que retrasan su aplicación hasta 1980 en que se aprueba su modificación.

El nombre de Azpilagaña, a partir de los años 70, se aplica a ese nuevo barrio surgido al sur de las calles de Buenaventura Íñiguez y Pedro Aranaz y delimitado también por el talud al este de Iturrama, la ronda de Azpilagaña y la avenida de Zaragoza. Lo edificado previamente, en los años 60 y 70, al norte de las citadas calles, se entendía como parte del barrio de la Milagrosa. Hoy se tiende a integrar en Azpilagaña también el inicio de las calles Río Alzania y Joaquín Maya, ambas al norte de Buenaventura Íñiguez, ya que hay una continuidad física.

Visor Ciudad de Pamplona ‘https://www.pamplona.es/la-ciudad/observatorio-urbano/poblacion-y-demografia/barrios’. Detalle del barrio de Azpilagaña.

Visor Ciudad de Pamplona ‘https://www.pamplona.es/la-ciudad/observatorio-urbano/poblacion-y-demografia/barrios’. Detalle del barrio de Azpilagaña.

Sin sentido

Lo que no tiene sentido, como hace el citado mapa municipal, es integrar en Azpilagaña las calles de Abejeras (números impares), Río Ega y Erletokieta, hasta llegar a la plaza de los Fueros. Viví muchos años en la calle Abejeras. No oí hablar de Azpilagaña hasta los años 80. Ni los vecinos de entonces ni, creo, los de ahora, se han sentido nunca parte de Azpilagaña, barrio más moderno y situado más al sur. Al contrario, Abejeras se consideraba barrio propio, alrededor del antiguo camino de las Abejeras, inicialmente un barrio de huertas y casas de campo, colindante con Iturrama, hasta ser urbanizado en los años 60. Más sentido tiene, como hace la web del Ayuntamiento en alguno de sus apartados, utilizar la denominación de Abejeras-Azpilagaña para englobar esas dos zonas contiguas pero diferentes y que comparten el Centro de Salud ubicado en Azpilagaña.

La zona al sur de la ronda de Azpilagaña y del río Sadar, hasta hace poco de carácter rústico y sin apenas habitantes, nunca se ha considerado parte del barrio de Azpilagaña. Históricamente, ha sido el Sadar o el Sario, tiene mayor continuidad geográfica con el barrio del Sadar, al otro lado de la avenida de Zaragoza. Y, por supuesto, ninguna relación tiene ni ha tenido Azpilagaña con los terrenos de Donapea situados más al sur, hasta hace poco parte de la Cendea de Galar, que serán objeto de desarrollo urbanístico próximamente y con los que previsiblemente habrá escasa continuidad urbana, estarán separados por una remodelada Variante Oeste (sin escaléxtric) y el parque fluvial. El nuevo barrio de Donapea estará más vinculado a Cordovilla y al Sadar que a Azpilagaña; tendría sentido definir un futuro barrio de Sadar-Donapea al sur del río.