pamplona - La bestia, aunque enjaulada, sigue siendo la bestia. Temible en cuanto pisa un frontón, su voracidad aumenta exponencialmente si hay una txapela en juego. Irujo llega a la final del Cuatro y Medio para ganarla, para seguir arañando títulos y devorando récords. A sus 34 primaveras, y después de ganar todo lo ganable, acude a Bilbao con la intención de seguir engrosando su palmarés. El iberoarra, historia viva de la pelota, saltará el domingo a la cancha con el único objetivo de llegar a 22 tantos y llevarse su cuarta txapela de la distancia.

Haga un balance de cómo ha ido el campeonato

-Pues parecido al del año pasado. Empezamos con derrota, con mal pie, jugando el peor partido del campeonato y, a base de jugar más encuentros, he ido encontrándome mejor. Contra Xala hice una primera parte mala y luego le pude dar la vuelta. En el siguiente, Retegi jugó bastante bien, me puso en problemas, pero pude sacar el partido adelante y luego en la semifinal contra Aimar Olaizola hice un partido redondo.

Perdió contra Urrutikoetxea en la primera jornada, ¿la final se la toma como una revancha?

-No tiene nada que ver. No tiene nada que ver el valor que tenía aquel partido con el que tiene este. Esto es una final, los dos nos jugamos mucho y lo que está claro es que los dos estamos mejor que aquel día de octubre.

¿Qué fue lo que aprendió de aquella derrota?

-Lo que aprendes es que aquí si no haces un partido completo, los rivales te ganan. Lo que tengo claro es que tengo que jugar serio desde el principio, sin concederle facilidades e intentar acabar con el mínimo número de errores.

¿Jugar en Bilbao puede ser un punto a favor de Mikel?

-Es igual. Seguro que él tiene más gente a favor pero, al final, el público no juega, eres tú el que está en la cancha y ya tengo experiencia así que no creo que eso vaya a ser una desventaja para mí.

Es su primera final del año, ¿está aumentando la competitividad?

-Y contento tengo que estar de jugarla. La gente está un poco malacostumbrada. He jugado no sé si 22 o 23 finales con esta, y me tengo que dar con un canto en los dientes. Si juego más finales, mucho mejor pero sino ya me puedo retirar tranquilo. ¿No está mal no? Además las lesiones también están por medio. En el Parejas tuve una rotura de fibras en los lumbares, en el Manomanista me rompí el sóleo. Eso también cuenta en el deporte.

¿Es eso lo que ha cambiado respecto al año pasado?

-El año pasado fue un año estupendo y este también puede serlo si consigo la txapela. Parece que ganar es fácil y es todo lo contrario. Aquí la gente juega un montón a pelota.

Usted es ocho año mayor que su rival. ¿Se puede ver también como un duelo generacional?

-No sé que os ha dado con el duelo generacional. Tengo 34 años y de las últimas nueve finales he jugado siete. Está claro que ver caras nuevas es bueno para todos los deportes, pero que nos echen en la cancha, no metiendo está presión, porque finales es muy complicado jugarlas y ganar los campeonatos pues todavía más.

Hablando de jóvenes, ¿qué opina del torneo que ha hecho Jokin Altuna?

-Un torneo bueno pero le ha faltado ponerle la guinda. Le pudo la presión en ese último partido. La gente le dio demasiado bombo. Tiene 19 años y que la derrota esa contra Bengoetxea le sirva de lección y que aprenda porque, si lo hace, le vendrá muy bien para la próxima. Es un pelotari con mucho futuro por delante.

En cuanto al partido, ¿cuál cree que va a ser la clave?

-Hay que jugar serio todo el partido. Un poco lo que te he dicho antes: no hay que tener errores. Urruti me ganó en la liguilla, puede volver a hacerlo, al igual que yo a él. El que esté más centrado y menos le afecten los nervios tendrá mucho a su favor. El partido hay que jugarlo y tengo que estar centrado.

Con su experiencia, ¿todavía hay nervios en una final?

-¡Hombre! y cada día más. Los días previos los llevas mejor pero el día del partido no sabes cómo vas a estar. Lo que está claro es que esta es una más y una menos, porque los años van pasando y cada vez quedan menos trenes a los que subirse. Cuando eres joven piensas que es una más, pero ahora, ya es una menos.

¿Cómo llega físicamente?

-Bien, a lo largo del campeonato he ido a más. Están los típicos dolores que sentimos todos los deportistas, pero sin ningún problema. Con ganas de jugar la final.

¿Y de sensaciones?

-Buenas. El último partido me ha dado mucha moral, pero bueno, Urruti juega muchísimo y no me puedo confiar nada, sino todo lo contrario, estar centrado e intentar ganarle.

¿Por dónde se le puede hacer daño a Urruti?

-Hay que dominar el frontón y mandar, estar en el centro de la cancha. Sobre todo hacerlo bien desde el primer saque, restar arriba y no dejar la pelota franca como la otra vez. Urruti es muy peligroso, le da mucha velocidad con las dos manos, da el paso para adelante y complica mucho. Voy a tener que sufrir para ganar, tengo que acertar con el gancho como acerté el otro día y la derecha es necesario que me funcione, pero bueno, el otro también juega.

¿Cómo valora el torneo de Mikel?

-Para muchos ha sido sorpresa, pero no es ninguna sorpresa ser campeón del mano a mano. Es un pelotari que ha hecho un campeonato redondo, ha jugado cuatro partidos y ha ganado los cuatro, aquí también hizo una gran exhibición contra Bengoetxea. Se le ve que está con golpe, de físico también muy bien y va a ser muy difícil ganarle.

¿Sigue pensando que el Cuatro y Medio es una distancia en la que no se siente muy cómodo?

-Estoy muy incómodo. Me cuesta adaptarme, cuando va pasando el campeonato me encuentro mejor y me acomodo, pero es una modalidad que no puedes soltar el brazo todo lo que quieres, o haces el tanto perfecto o el rival se defiende. Cuando te agobias, no puedes soltar el brazo y le das encogido, entonces te sientes enjaulado. Tienes que cambiar posturas y a mi me cuesta amoldarme.

¿Su último partido contra Aimar Olaizola puede considerarse como uno de sus mejores en la distancia?

-Sí, apenas cometí errores, le di con la derecha como un tiro y con el gancho acabé muy bien los tantos. Él no tuvo su mejor día, quizás le afectó algo lo de la mano pero está claro que yo no le di opción a nada y lo tuve contra las cuerdas durante todo el partido.

¿Qué le parece que se mantenga la fecha de la final?

-Bien, cuanto antes se juegue mejor. Yo hubiera jugado el primer domingo. Cuando estás bien lo mejor es seguir jugando y, al final, 15 días se te puede hacer largo pero bueno, no pasa nada.

Urrutikoetxea llegó a la final del Manomanista siendo suplente. ¿Cree que puede tener ahora un aliciente?

-Igual que yo, al final es el mismo premio para los dos. Aquella vez él había llegado a semifinales, no le regalaron nada, es un pelotari en progresión ascendente, tiene 26 años y no será su última final.

Si Aimar hubiera decidido no jugar, le habría sustituido Altuna. ¿Qué opinión le merece que un jugador eliminado sustituya a otro en el torneo?

-Lo que me parezca me lo quedo para mí.

¿Tiene ganas de acabar el torneo para descansar y desconectar?

-Es igual, se acaba un torneo y empieza otro. Luego empieza una sesión maratoniana de parejas de 14 jornadas de liguilla, el que quiera ser campeón tiene que jugar 18 partidos y es un torneo muy duro, las lesiones están ahí porque son encuentros muy peloteados. Es lo bueno y lo malo que tiene la pelota. Si pierdes pasas página enseguida y si ganamos no te da tiempo a disfrutarlo con tu gente.

¿El tema de los descansos en los puntos 12 y 18 lo lleva ya mejor?

-A nadie le gusta eso y el único que ha hablado soy yo. Ya lo dije y no hay que darle más vueltas, que parece que estoy todo el día quejándome como un gruñón.

¿No es una medida que, a priori, puede beneficiar a los pelotaris más veteranos como usted?

-Ya tienes los cuatro descansos que los puedes utilizar, pero tres minutos parado es una eternidad, te quedas frío.

Un pronóstico para la final.

-Mientras yo haga 22 tantos, me da igual los que haga Urruti. Lo que tengo claro es que voy a tener que sufrir mucho si quiero ganar, que va a se un partido largo y que no le tengo que regalar nada, si hace tantos que se los curre él.