El debutante de 2000
Aitor Aranguren es la última adquisición de Asegarce, un manista rocoso que tuvo un debut de campanillas en Tolosa
Aitor Aranguren (Aginaga, 2000) debutó con la camiseta de Asegarce el pasado 23 de junio, víspera de San Juan. El zaguero se vistió de blanco junto a Aimar Olaizola en el Beotibar de Tolosa, disputando un estelar de lujo ante Iñaki Artola e Ibai Zabala, que sustituía a Álvaro Untoria. El guipuzcoano triunfó en su estreno con el anagrama de la operadora de Bilbao en el pecho. Fue un enfrentamiento duro, que terminó 22-20.
Aranguren lleva desde los quince años bajo la lupa de Asegarce, que le puso un precontrato sobre la mesa a esa edad. El día antes de cumplir 18, el 10 de abril, Pablo Berasaluze, técnico de la escuadra, le comunicó que iba a ser el siguiente manista en debutar en una demarcación por apuntalar. La vinculación firmada es de dos campañas. “Cuando me comunicaron la noticia me puse muy contento. Fue tras un entrenamiento”, certifica el guardaespaldas. El entrenador de Berriz mimó el camino de Aranguren y ya se ven los frutos del trabajo realizado. Durante la presente temporada, Aitor ha disputado la final del Torneo Comarcal de Lezama ante los hernaniarras Paul Ojuel y, uno de los zagueros más destacados del campo aficionado, Aitor Gorrotxategi, sin suerte. “He trabajado bien con la empresa y con mi club. También me ha ayudado mucho mi tío, José Antonio Errasti, que es mi botillero”, explica el aginagarra, quien apostilla que “cuando trabajas bien, llegan los resultados”.
Aranguren se define como un pelotari “rocoso”. De hecho, saca sus mejores prestaciones cuando los partidos se alargan. Aun así, le toca hacer hincapié en “coger altura y gozar más con la derecha”. “En esta nueva fase de mi carrera me toca trabajar y aprender. Lo primero es empezar a encontrar mi lugar entre los profesionales y, después, tratar de mirar un poco hacia arriba”, determina el aginagarra, quien sostiene: “Me gusta entrar de aire. Aun así, con el juego que se desarrolla hoy en día, el zaguero que no defiende de aire no tiene nada que hacer”.
El neófito ya ha disputado dos encuentros en el campo profesional. El primero, el debut, acabó en triunfo y el segundo, el miércoles de la semana pasada en Zumaia, en derrota. Peña II-Urretabizkaia II superaron a Bakaikoa-Aranguren por 22-20 en otra cita peloteada. Si bien su hueco se desliza en las arenas movedizas de los cuadros largos, Aitor se acomoda bien a las distancias cortas. “Tengo alguna txapela dentro del cuatro y medio de mi etapa en aficionados. Eso sí, mano a mano no he jugado demasiados partidos, pero me amoldo bien”, destaca. De hecho, debido a su querencia por la jaula, una de sus referencias es Abel Barriola, poseedor de la Triple Corona y el último zaguero destacado en las pugnas individuales. “Quizás me puedo asemejar a Abel, porque también ando cómodo en el Cuatro y Medio”, cuenta el guipuzcoano, quien añade: “Aimar Olaizola ha sido mi referente en la pelota, el manista que más me ha gustado. Sin embargo, como zaguero, antes me fijaba en Barriola. Albisu, Zabaleta o Rezusta, los de ahora, son más pegadores”.
Experiencia en aficionados De cualquier modo, el guipuzcoano asoma con una senda corta en la categoría sénior del campo aficionado. “Se aprende mucho. Cuando juegas con gente mayor, de casi treinta años, te obligan a hacer partidos de una hora y pico”, mantiene Aranguren, que lleva dos meses labrando el físico a las órdenes de Etor Mendia en Beasain. Además, no acumula parones por mal de manos. “No suelo sufrir mucho. En cuanto noto algún tipo de molestia en la zona, pongo mucho taco. No tengo demasiados problemas. Aunque no cuido demasiado las manos, no he tenido muchas lesiones. Tengo las manos bastante duras. Hasta ahora”, finaliza el de Aginaga.