Lur Ziarrusta, Mikel Beldarrain, Iñaki Esnal, Andoni Urbieta, Oier Hormaetxe, Lier Arrien, Mikel Aurrekoetxea, Egoitz Amantegi, Kepa Albizu, Enara Gaminde, Amaia Alday, Olatz Arrizabalaga, Leire Garai, Naroa Agirre y Miren Larrarte serán los pelotaris de Euskal Selekzioa que pelearán a partir de este miércoles en el Campeonato de Europa de la Confederación Internacional de Pelota a Mano en la ciudad de Freixo de Espada à Cinta en Portugal.
"El objetivo es igualar los resultados del Mundial del año pasado o superarlos. En chicas logramos el oro y en chicos, la plata. El reto de este año es ser campeones en ambas categorías", explica Aitor Erauzkin, director técnico de la Federación de Euskadi de Pelota Vasca.
Los manistas vascos pugnarán con Italia, Bélgica, Países Bajos, Inglaterra, Comunidad Valenciana, Francia y los organizadores lusos en cuatro especialidades distintas: llargues, juego internacional, wall ball y pelota portuguesa.
Las dos primeras modalidades pertenecen a la rama de "juegos directos", según explican desde la Vasca, y se asemejan al bote luzea. Hay dos equipos de cinco pelotaris y se pueden realizar dos cambios por partido. Se puntúa como en el tenis (15-30-40 y juego) y para ganar es necesario hacer seis jokos. La diferencia entre el llargues y el juego internacional radica en el campo de juego.
La peculiaridad de la pelota portuguesa
En el wall ball, entretanto, se utiliza una pelota de goma -"similar a la del frontenis"- contra un frontis sin chapa. Se disputa tanto a parejas como individual en dos sets a 21 tantos y un desempate a once. Por último, la pelota portuguesa cuenta con varias peculiaridades. "Se juega contra una pared de la iglesia del municipio y, por tanto, cada cancha es distinta. Se toma parte en formato de tríos, a un solo joko de 20 tantos y la pelota es de cuero goxoa de 70 gramos", deslizan desde la Federación.
Patri Espinar y Eneko Uribe son los técnicos de la delegación de Euskal Selekzioa que peleará por las medallas, que se repartirán entre el viernes y el sábado.
