pamplona. Arnaldo Otegi, el líder que ha pilotado en la última década la línea estratégica más posibilista dentro del denominado MLNV; testigo y parte de los dos últimos procesos de paz (del Acuerdo de Lizarra, en 1998 y de las conversaciones de Loiola, en 2006) y uno de los artífices de la Declaración de Altsasu en la que la izquierda abertzale tradicional renovó hace escasos cuatro meses su compromiso con las vías exclusivamente políticas y democráticas, no volverá a ejercer la actividad política en ninguna institución pública en los próximos dieciséis años. Arnaldo Otegi permanecerá además, en prisión otros dos años más, en un momento de transición para este sector político necesitado más que nunca de liderazgos fuertes ante su nueva apuesta por las vías pacíficas.
La Audiencia Nacional condenó ayer al dirigente abertzale a la pena máxima de dos años de prisión y dieciséis de inhabilitación absoluta, lo que le impide desempeñar cargos públicos y presentarse a las elecciones, por un delilto de enaltecimiento del terrorismo cometido durante el homenaje al preso de ETA José María Sagarduy, Gatza, celebrado en Amorebieta el 9 de julio de 2005.
Un fallo judicial que llega en un momento delicado para la izquierda abertzale, ya que deja a sus bases sin uno de sus líderes referentes justo cuando se disponen a iniciar de forma "autónoma" y "unilateral" su nueva estrategia políltica, recogida en el documento Zutik Euskal Herria. La Audiencia Nacional y, en particular, el juez Garzón, ya irrumpió en el debate interno de este sector político el pasado mes de octubre cuando detuvo a Arnaldo Otegi junto a Rafa Díez Usabiaga y otros tres dirigentes de la izquierda abertzale. De hecho, todos se encuentran actualmente en prisión preventiva acusados de intentar reconstruir la cúpula de la ilegalizada Batasuna, bajo el nombre de Bateragune.
reincidente La sentencia dictada ayer contra Otegi por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por la magistrada Ángela Murillo, se suma a la que ya le había impuesto la Audiencia por intervenir en otro homenaje al dirigente de ETA José Miguel Bañarain, Argala, el 21 de diciembre de 2003 en Arrigorriaga. En aquella ocasión, la condena de quince meses de prisión fue ratificada por el Tribunal Supremo en 2007 y Otegi ingresó para cumplir la pena en la cárcel de Martutene, de la que salió el 29 de agosto de 2008.
Los hechos por los que fue condenado ayer se remontan a 2005, cuando Otegi intervino en un homenaje a Sagarduy, el preso de ETA que más tiempo -25 años- lleva en prisión. En el auto, la Audiencia Nacional acusa al portavoz independentista de reincidir en el delito de enaltecimiento del terrorismo: "Resulta evidente a todas luces que esta persona se prodiga de manera reiterada en este tipo de actos, lo que por otro lado es algo que resulta público y notorio, resultando ser un destacado líder en estas lides".
Respecto a la acusación que le imputaban el Ministerio Fiscal y la acusación popular, ejercida por el Foro Ermua y Dignidad y Justicia, el tribunal les da la razón, ya que entiende que Otegi incurrió en un delito de enaltecimiento del terrorismo al finalizar su intevención durante el homenaje a Gatza. Exactamente cuando el dirigente abertzale afirmó que el logro de "los objetivos ansiados", en alusión al reconocimiento de la autodeterminación y la territorialidad, "se lo debemos a los presos políticos vascos, refugiados y tantos camaradas que hemos dejado en la lucha".
El fallo de la Audiencia señala que el acusado ofreció un discurso "no censurable", ya que abogó por actuar con"sensatez, inteligencia y prudencia política" como "nos dijo", concluyó Otegi en su intervención, el histórico dirigente de HB Jon Idígoras. No obstante, el dirigente aber-tzale fue criticado por el tribunal por comparar de forma "estrambótica" a Sagarduy con Nelson Mandela.
Arnaldo Otegi fue absuelto, por otra parte, de los delitos de asociación y reunión ilícitas que le imputaba también la acusación popular.
En cuanto a las dos acusadas que se sentaron en el banquillo junto a Otegi los pasados días 27, 28 y 29 de enero, Itziar Galardi Sagardia y Josune Irakulis Albizu, fueron absueltas de todas las imputaciones. Para justificar estas absoluciones, el tribunal se pregunta "por qué no fueron encausados" el departamento vasco de Interior y el Ayuntamiento de Amorebieta" por autorizar el acto y aportar los medios logísticos. El tribunal también absolvió por los mismos hechos al portavoz de Etxerat, Estanis Etxaburu, y al abogado de Askatasuna, Jon Enparantza.
La defensa de Otegi tiene ahora un plazo de cinco días para presentar un recurso de casación contra la decisión judicial dictada ayer. El portavoz de la ilegalizada Batasuna tiene pendientes además, otras tres causas. Una por el sumario 35/02, el de las herriko tabernas; otra por el acto del velódromo de Anoeta, y una tercera por la última operación de octubre en relación a Bateragune.