La mayoría de enfermedades cardiovasculares presentan una mayor incidencia en hombres que en mujeres, y es que el riesgo de padecer esta patología es mayor en los hombres “porque las mujeres tienen estrógenos, hormonas que les sirven de protección”, explica Manuel Mozota, médico de Familia del centro de salud de Noáin.

“El problema es que, aunque las mujeres tengan menos riesgo que los varones, tras la menopausia ese riesgo de enfermedad cardiovascular se iguala”, sostiene. Por ello, se va a implantar como proyecto piloto en el centro de salud de Noáin la iniciativa Mujer y Corazón, que está dirigida a mujeres de entre 40 y 65 años y que busca mejorar la detección y el tratamiento de la enfermedad cardiovascular.

Perspectiva de género

Según relata, la mayoría de estudios están centrados en hombres o en ambos sexos, pero hay muy pocas investigaciones o programas de prevención centrados en mujeres. Esto hace que la percepción de riesgo cardiovascular en mujeres sea “bajo” y “vemos que muchas no tienen los factores de riesgoestrés, tabaco, colesterol, hipertensión...– bajo control”, apunta Mozota.

No obstante, el estudio que se va a realizar en el centro de salud de Noáin también está enfocado desde una perspectiva de género porque, según indica el facultativo, “el rol de cuidadora que recae sobre las mujeres hace que muchas no se cuiden a sí mismas. Y aquí entra la idea de ‘cuidar del cuidador’, por lo que dentro del proyecto se contemplan programas de autocuidado para prevenir la enfermedad cardiovascular”.

En este sentido, Mozota pone en valor el trabajo que desde hace años se viene haciendo desde el sistema sanitario en prevención. Según detalla, “la tasa de mortalidad de las enfermedades cardiovasculares va en descenso pese al envejecimiento de la población, y eso es gracias a los programas que se han implantado en diferentes ámbitos”.