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“El lugar y la hora han sido elegidos con celo para hacer el máximo daño”

Un abogado y una trabajadora de la Comisión Europea, los dos de Pamplona, coinciden en que la masacre pudo ser mayor

“El lugar y la hora han sido elegidos con celo para hacer el máximo daño”

pamplona - El abogado pamplonés Miguel TroncosoFerrer, de 46 años, vive desde hace 19 en Bruselas, donde dirige la oficina de Gómez-Acebo &Pombo, especializada en derecho europeo. Ayer no fue un día cualquiera. Después de dejar a su hija Amaya en el colegio tomó su moto para acercarse hasta el trabajo. Al llegar a la oficina le recibió el ruido de sirenas y policías. “Durante toda la mañana la ciudad ha estado en una calma espesa, sin el tráfico denso habitual, y sólo se oían sirenas de policía y ambulancia. Hemos recibido consignas del servicio de seguridad, que ha redoblado la alerta, cerrando y vigilando los accesos al edificio. Desde entonces, las redes de teléfono móvil están saturadas”, decía Troncoso ayer a mediodía. Este abogado, conocedor del aeropuerto que fue atacado ayer, aseguró que “el lugar y la hora han sido elegidos con celo por los terroristas para hacer mucho daño”. “Vuelo desde el aeropuerto de Zaventem prácticamente cada semana por motivos profesionales. En esa zona del hall principal de entrada confluye el acceso hacia las puertas de embarque de los vuelos europeos, el de facturación, y el de llegada del tren al aeropuerto. A esas horas, además, hay mucho vuelo que sale a capitales europeas. El drama podría haber sido mucho mayor”, afirmó, para añadir que lo mismo sucedió con el ataque al metro. “La parada Maelbeek está en pleno corazón del barrio europeo, y la usa mucha gente para llegar al trabajo. A esas horas no cabe un alfiler en los vagones. De nuevo, todo estaba diseñado para que fuera una masacre”, concluyó Troncoso, que permanecía en la oficina, tal y como habían recomendado las autoridades.

En el mismo sentido se manifestó la también pamplonesa Alicia Cabornero Marco, project officer en I+D en la Comisión Europea, que hasta las 16.00 horas no pudo abandonar la oficina y coincidía con Troncoso en que la masacre podría haber sido mucho mayor. “Todavía estamos con el susto, cuando han sido las explosiones yo estaba en el metro llegando a trabajar. Diez minutos antes había pasado por esa estación”, dijo Cabornero que afirmó haber sentido miedo en la mañana de ayer. Después, ya a salvo en la sede de la Comisión, esperaron a las noticias que les enviaban desde seguridad de la UE. Hoy trabajará desde casa después de que ayer abrieran esta posibilidad para todos los trabajadores de esta institución. - E. Urabayen